Donde esté Frida, allí van ellas

Siete mujeres recorre la muestra de la artista mexicana en el Jardín Botánico

Flores de vibrantes colores adornan sus cabellos trenzados y poderosas ideas hacen ebullición en sus cabezas tal como ocurría con Frida Kahlo. El grupo, integrado por unas siete mujeres, recorre la muestra en homenaje a esta gran artista y emblema del siglo XX que actualmente presenta el Jardín Botánico del Bronx. “Nos enteramos de esta réplica del jardín de Frida en su Casa Azul de Coyoacán y vinimos a rendirle tribute”, comenta Virginia Ayress, una artista chilena que toma la palabra en representación de ‘las Fridas’.
“Fue espontáneo. Somos fervientes admiradoras de Frida y les dije: ‘Pónganse creativas y vayan ataviadas con lo más festivo que encuentren”.
Su vestimenta, vistosa como la de Frida es un imán para los visitantes que las inundan con pedidos de fotografías. “Aprovechamos también para dialogar sobre la artista, su visión política y para celebrarla”, sostiene Virginia. “Encuentro que hay muchos que se quedan en el morbo, que se regodean con los capítulos dolorosos de su vida y Frida, pese a todo, fue una mujer alegre que celebraba la vida”.

Distintas agrupaciones, una misma misión

Algunas ingenieras, otras trabajadoras sociales y otras artistas, estas mujeres representan tres agrupaciones: Taller de Arte Experimental, Mujeres por la Paz y Mamá Tingó- y todas trabajan por el avance de su género.
Nathalie Tejada, Isolina Cruz, María Contreras y Solemnie Arroyo son dominicanas, Virginia es chilena, Graciela Muñoz es Panameña y Magdalena Rendón, mexicana. Plantean que hay que regresar a los valores y principios de Frida.
“Rompió con las ataduras de su época. Fue feminista, comunista y con un carácter fuertísimo que utilizó para acercarse al pueblo y la causa indígena”.

Frida en el cuerpo

Todos los ornamentos que lleva Virginia –basados en distintos trabajos de Frida- los hizo ella misma: anillos, pulseras, un hermoso pendiente de un colibrí en canutillos y mostacillas de un azul intenso. “Es similar al que luce en su pintura autorretrato con collar de espinas,” explica.
Para Virginia mostrar estas bellas piezas es sinónimo de tiempo cálido y de renacer: “Las hago durante el invierno cuando el clima me impide pintar murales en las paredes del Sur del Bronx y ahora es el momento de mostrarlas”.

Fridas que siguen a Frida

No dudaron en subirse a un carro para ir a Filadelfia en el 2008 cuando el Museo de Arte de esa ciudad realizó una gran exhibición y ahora planean regresar al Botánico el día del cumpleaños de Frida, el 6 de julio. “Vamos donde esté y además la llevamos en el corazón”.

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