Hay que dar una mano a Puerto Rico
La comunidad puertorriqueña de Nueva York celebró este fin de semana su tradicional desfile a lo largo de la Quinta Avenida. Es un evento multitudinario que congrega a los boricuas de aquí y de allá, donde se resalta la contribución de esta comunidad en la Gran Manzana.
Sin embargo, el desfile también abre un espacio de reflexión para poner sobre el tapete la difícil situación que atraviesa en el este momento la Isla del Encanto.
Los problemas económicos de Puerto Rico duelen e impactan la vida de los nuyoricans. Siempre ha ha habido una estrecha relación y compromiso con todo lo que ocurre en la isla.
Cifras del censo indican que entre el 2010 y 2013, al menos 144,000 puertorriqueños se fueron de la isla. La mayoría abandonó su tierra por razones financieras debido a la falta de empleo. No solo se van los profesionales sino también las familias que ya no soportan el peso de la pobreza.
Por su condición de ser un estado libre asociado, Puerto Rico se encuentra entre la espada y la pared para hacer frente a la crisis fiscal. La deuda pesa. $Son 72,0000 millones. Y si esto no fuera poco, parte de esa deuda fue comprada por inversionistas predatorios.
Hoy vemos como los servicios públicos se han deteriorado a tal punto que ni siquiera se puede capear la sequía. Los racionamientos de agua son brutales.
Por todo esto, nos hacemos eco de ese clamor generalizado que ha levantado muchas voces pidiendo una acción a nivel federal que saque a Puerto Rico del camino del descalabro hacia el que se dirige. Washington tiene que prestar atención. No queremos que la isla pierda su encanto. Demos una mano a Puerto Rico.
