Haciendo que se escuche la voz de los inmigrantes

Los estudiantes necesitan saber inglés para poder terminar su educación secundaria e ir a la universidad.

Hay muchas razones por las cuales los inmigrantes son importantes. Ellos mantienen la diversidad del país, crean negocios que son críticos para una economía saludable, y contribuyen a la riqueza y el bienestar de nuestra sociedad. Pero para sustentar todo esto existe una habilidad básica que ellos necesitan de tal forma que estas cosas pasen: la capacidad de comunicarse en inglés.

Los padres inmigrantes necesitan del inglés para poder participar en la educación de sus hijos; según los Institutos Nacionales de Salud, el nivel de alfabetización de una madre es el factor más importante que afecta la alfabetización de un hijo. Los trabajadores necesitan del inglés para poder obtener empleos que paguen un salario digno; no es casualidad que la tasa de desempleo para adultos con bajo nivel de alfabetización sea el doble de la de los trabajadores que se pueden comunicar en inglés. Los empresarios necesitan del inglés para poder navegar a través de la burocracia que implica iniciar sus propios negocios. Los estudiantes necesitan saber inglés para poder terminar su educación secundaria e ir a la universidad. Y esta educación nos beneficia a todos. Cada trabajador con credenciales de escuela secundaria genera $324,000 en beneficios netos para la ciudad de Nueva York y va a depender menos de los beneficios públicos y contribuir más en impuestos.

Pero, ¿qué se está haciendo para apoyar a los inmigrantes que quieren aprender inglés? ¿Cómo tantas personas con diferentes necesidades de aprender inglés están encontrando ayuda?

Un programa de educación continuada, el Centro Internacional de Manhattan, está diseñado precisamente para enfrentar el reto de dar instrucción a estudiantes que son cultural, socioeconómica y lingüísticamente diversos, y a su propio nivel para así lograr el mismo objetivo: aprender inglés y desarrollar una mayor comprensión de la vida americana.

Además de ofrecer más de 40 clases semanales en muchos niveles de inglés, el programa ofrece a cada estudiante un entrenamiento personalizado estilo uno-a-uno y conocido también en inglés como “conversation partnerships”, el cual se centra en la idea de que tanto el instructor como el alumno están en una asociación de iguales, y que cada estudiante aprende mejor estudiando con un profesor-colaborador. Esta colaboración de profesor-alumno permite que el recién llegado adquiera el idioma en un ambiente uno-a-uno de confianza y apoyo.

Recientemente, un estudiante fue capaz de obtener su licencia para trabajar en el campo de bienes raíces después de trabajar durante meses con un profesor preparándose para el examen de la licencia. Otro estudiante, un panadero en su país natal, practicó preguntas de la entrevista por varias semanas con su pareja asignada y fue capaz de obtener un puesto en una panadería en el Bronx. Algunos estudiantes, debido a su estatus migratorio, se enfocan más bien en mejorar las habilidades que van a necesitar una vez que su estado legal sea seguro. Por ejemplo, un joven de Guinea recientemente encontró un trabajo voluntario con una organización de caridad en Nueva York. El espera algún un día poder trabajar en ese mismo lugar.

Los inmigrantes en los EE.UU. siempre van a perseverar, pero de igual forma van a necesitar de acceso a programas como el nuestro para que sus voces sean de verdad escuchadas.

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