¿Te puedes dar el lujo de vivir hasta los 100?

La esperanza de vida está aumentando en Estados Unidos, pero ¿durarán tus ahorros tanto como tú?

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Vivir muchos años implica una planeación financiera. Crédito: Shutterstock

¿Cuánto tiempo vivirás? Es una pregunta clave en la planificación de la jubilación, y muchos de nosotros la respondemos con una conjetura. Si estás saludable y tu árbol genealógico tiene ramas que perduran en el tiempo, sabrás que tienes décadas por delante. Si tus padres murieron jóvenes por causas naturales, puedes suponer que tendrás una vida más corta.

Sin embargo, las investigaciones muestran que los genes tienen un papel más pequeño de lo que piensa la mayoría de la gente en la determinación de la longevidad. Más importante es la conducta. Si comes mejor, fumas menos y haces más ejercicio que tus padres, hay una buena probabilidad de que vivas más que ellos. Así que tiene sentido pensar que tu propia jubilación puede extenderse entre 30 y 40 años.

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También debes tener en cuenta la cantidad de dinero que necesitas para vivir. Si bien con gastos bajos podría bastarte con tan solo el 55% de los ingresos que tenías antes de jubilarte, creemos que es bastante acertado considerar el 85% de los ingresos de tu último año de trabajo, según una encuesta de Consumer Reports realizada a lectores recién jubilados.

Así que ¿cómo puedes asegurar la longevidad de tus ahorros? Aquí hay algunos pasos inteligentes:

1. Posterga el cobro del Seguro Social

El retraso del Seguro Social es la manera menos costosa de aumentar los ingresos en el futuro. Por ejemplo, los que nacieron en 1949, que ahora están llegando a la “plena edad de jubilación”, pueden obtener un beneficio que es un 8% más alto por cada año que se retrasan, hasta los 70 años.

Cómo funciona: El retraso de tu cobro acorta el período de pago de tu beneficio, y así obtienes más cada mes. Por el contrario, si reclamas pronto el cobro del Seguro Social (puedes hacerlo a partir de los 62 años), se reduce permanentemente tu beneficio mensual porque el pago se estira durante un período más largo.

Qué hay que saber: Si retrasas el reclamo del cobro del Seguro Social, te arriesgas a no llegar a usarlo nunca. Pero si gozas de buena salud, vale la pena hacerlo.

Algunas personas piensan que es inteligente reclamar pronto el cobro porque temen que el Seguro Social vaya a la quiebra. De hecho, el informe de los Administradores del Seguro Social de 2014 sostiene que los fondos estarán agotados para 2033 si los niveles de financiación y beneficios se mantienen como están. Pero después de eso, el programa igualmente podría pagar el 75% de los beneficios programados incluso sin una infusión nueva de impuestos, según los Administradores.

Sumado al aumento de impuestos para apoyar al sistema, las modificaciones de los beneficios podrían ser mucho más modestas, sugiere Kathy Ruffing, socia senior del Centro sobre Presupuesto y Prioridades Políticas independiente. Esos cambios, “cuidadosamente elaborados para proteger a los destinatarios con recursos limitados y dar un amplio aviso a todos participantes, podrían ubicar el programa sobre una base sólida de forma indefinida”, sostiene.

Estrategia: Por lo menos, espera a reclamar el cobro hasta alcanzar tu plena edad de jubilación, que oscila entre los 66 años (para las personas nacidas entre 1943 y 1954) y los 67 años (para las personas nacidas en 1960 o después). Los divorciados, las parejas con diferencias sustanciales de ingresos, los cónyuges supérstites y otras personas pueden usar las estrategias de reclamo de cobro para aumentar los beneficios.

2. Compra una anualidad simple

Las encuestas que Consumer Reports realizó a los lectores jubilados muestran que tener una anualidad (ingresos garantizados) está relacionado con la satisfacción en la jubilación. A medida que las pensiones tradicionales desaparecen, las aseguradoras están reforzando su comercialización de anualidades, que prometen ingresos similares a las pensiones y de por vida.

Hay dos tipos de productos de anualidades simples que son dignos de mirar:

  1. Con una anualidad inmediata y fija, pagas una prima global y obtienes un ingreso mensual garantizado de inmediato. Eso podría ser útil si necesitas los ingresos de la jubilación pero quieres aplazar los beneficios del Seguro Social.
  2. Con una anualidad de ingresos diferidos [DIA], pagas una prima por adelantado o extendida durante varios años; los pagos comienzan a partir de los dos años y hasta 40 años más tarde. Las versiones con plazos más largos se llaman anualidades de longevidad. Saber que tendrás un ingreso adicional garantizado en el futuro podría darte la confianza para jubilarte antes.

Cómo funcionan: Los asegurados que fallecen antes subsidian a los que sobreviven. Cuanto más tiempo la aplazas, más te beneficias porque la anualidad tiene más tiempo para crecer.

Qué hay que saber: Tendrás que pagar más para obtener una DIA que se ajusta por inflación. Un tipo relativamente nuevo de DIA ofrece ingresos de dividendos como una inversión protegida de la inflación, pero no garantiza la cantidad.

El Servicio de Impuestos Internos exime hasta $125,000 (o el 25%) de las cuentas de jubilación invertidas en “contratos calificados de anualidades de longevidad” al determinar tu distribución mínima requerida, hasta los 85 años. Eso significa que puedes retrasar los pagos casi 15 años más de lo normal ahorrando en impuestos.

Estrategia: Cuanto más pequeños sean tus ahorros, menos querrás destinar a una anualidad que efectivamente bloquea tus ahorros. Wade Pfau, Ph.D., profesor de ingresos de jubilación de la American College of Financial Services, desaconseja gastar más del 40% de tus activos en anualidades. Pero proyecta que una persona de 65 años podría cubrir todos los gastos posteriores a los 85 años destinando de un 10 a un 15% de los activos actuales a la compra de una anualidad de longevidad.

Elige una aseguradora bien calificada por su solidez financiera según las Calificaciones de Weiss (weisswatchdog.com), ya que descubrimos que son más imparciales que otras agencias calificadoras. Un agente independiente puede ayudarte a obtener varias cotizaciones.

Evita la cláusula de “reembolso en efectivo” de la prima, pagadero a tus herederos si no usas todo lo que pagaste. Eso invalida efectivamente los beneficios financieros del producto, dice Pfau.

3. Considera el seguro de atención a largo plazo

Genworth Financial, el mayor vendedor de seguros de atención a largo plazo, calcula que el costo promedio de la atención en un hogar de ancianos en una habitación semiprivada es de $80,300 por año (para ver los gastos de tu área, consulta genworth.com).

Probablemente no termines afrontando tales facturas aterradoras por años y años. El Centro de Investigaciones de Jubilaciones [Center for Retirement Research] de Boston College calcula que, aunque el 44% de los hombres y el 58% de las mujeres que actualmente tienen 65 años necesitarán atención en un hogar de ancianos en algún momento, las estadías tendrán un promedio de menos de un año para los hombres y de menos de 18 meses para las mujeres. La mayor parte de la atención se prestará en el hogar o en otro entorno de la comunidad. Alrededor de la mitad de los gastos de la atención en un hogar de ancianos y de atención a jubilados están cubiertos por Medicare o Medicaid.

Sin embargo, es posible que los centros de vida asistida, donde la estancia media es de 22 meses y el costo promedio es de $43,200 al año, no acepten Medicaid. Y aunque Medicaid financia algunos tipos de atención en el hogar, pagar la diferencia puede ser una carga para tu familia. El seguro de atención a largo plazo puede ayudar a reducir la brecha.

Cómo funciona: Si bien contratas una póliza en función de un beneficio mensual, en realidad estás comprando un beneficio de por vida: un frasco de dinero que se puede gastar de manera flexible.

Si, por ejemplo, tu póliza ofrece $4,500 por mes para cuidados de enfermería por un total de $162,000 de por vida, pero solo usas $3,500 por mes durante el primer año de atención domiciliaria, tendrás más para usar en un hogar de ancianos después. (Con una cláusula de beneficio colectivo, ambos integrantes de la pareja pueden obtener beneficios de un fondo colectivo.)

Qué hay que saber: Una persona de 55 años que compra $6,000 por mes de cobertura para un fondo de beneficios de por vida de $219,000 y una protección contra la inflación del 3% podría pagar $2,664 por año, dice Steve Cain, director de LTCI Partners, una compañía de corretaje de seguros de atención a largo plazo. (La póliza incluye un período de carencia de 90 días, durante el cual el comprador debe pagar la atención de su bolsillo). Las mujeres solteras pueden pagar más que los hombres solteros. En la mayoría de los casos, pierdes todos los beneficios si tus primas no se pagan. Y, como con cualquier seguro, es posible que nunca lo uses.

Estrategia: Pregúntale a un planificador financiero si puedes pagarlo. La Asociación Nacional de Comisionados de Seguros recomienda no pagar más del 7% de los ingresos anuales en primas. “Los consumidores que consideran esto, en general, tienen activos por $300,000 o más, sin incluir su casa”, dice Cain. Pagarás menos si inicias la cobertura antes de los 60 años; según Cain, como regla general, tendrás que pagar de 6 a 8% más cada año que esperes.

Basa tu beneficio diario esperado en los costos actuales donde planeas jubilarte y en tu estilo de vida y presupuesto. Resta lo que puedes pagar por día de tu bolsillo por el costo diario. Mientras mayor sea tu período de carencia, más barata será la póliza; lo más común es 90 días.

Si es posible, compra una cobertura a través de un programa de asociación estatal de Medicaid. Si los costos de atención exceden tu cobertura del seguro privado, no tienes que reducir tanto los costos para calificar para Medicaid. No todos los estados ofrecen los programas; comunícate con tu departamento estatal de seguros para obtener la disponibilidad.

Al igual que con las anualidades, elige una compañía bien calificada. Y prepárate: las primas podrían subir mucho con el tiempo.

4. Cuida tus retiros

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Si las costosas primas de seguros no son una opción, considera cambiar tu estilo de vida y las expectativas.

Cómo funciona: Trabajar más y reforzar los ahorros durante unos pocos años más puede mejorar tus perspectivas. Supongamos que ganas $85,000 a los 59 años, tienes $75,000 ahorrados y obtienes aumentos anuales del 2%. Suponiendo una rentabilidad anual del 6%, ahorrar el 15% de tus ingresos durante cinco años aumentaría tus ahorros a $175,000 a los 64 años.

Qué hay que saber: Ahorrar más en tus últimos años de trabajo no solo refuerza tus ahorros sino que también te obliga a practicar vivir con menos. Si puedes aumentar los ahorros un 10% y continuar pagando las cuentas, es probable que necesites menos del 8% de los ingresos según la tasa de reemplazo que recomendamos.

Estrategia: Trabaja en conjunto con un asesor financiero para elaborar un plan realista de presupuesto de ahorro y jubilación, que en general no sea superior al 4% de los activos.

5. No pases por alto Medicaid

Si hay una posibilidad de que necesites atención a largo plazo, ya sea en el hogar o en un centro, es aconsejable al menos conocer tus opciones a través de Medicaid.

Cómo funciona: Los inscritos deben estar en el nivel de pobreza; alrededor de $2,000 en bienes “contables” para individuos; $3,000 durante al menos cinco años (llamado período “retroactivo”) para las parejas. Pero algunos estados pueden permitir más activos y un cierto nivel de ingresos mensuales. Y muchos no cuentan para Medicaid.
No tendrás que vender tu casa si tu cónyuge o ciertos parientes viven allí; se aplican límites en el valor de la vivienda. Los activos exentos también incluyen las cuentas de jubilación, un carro y los lotes prepagados en el cementerio. Las normas estatales varían; para obtener más información, consulta benefits.gov

Qué hay que saber: Las reglas de reducción de costos eximen a las mejoras de capital que te permiten permanecer en tu hogar para recibir la atención. Puedes gastar activos dentro del período de cinco años si los usarás para tu atención.

Estrategia: Un abogado previsional puede ayudarte a transferir algunos activos antes de realizar la solicitud. Michael Ettinger, un abogado previsional que vive en la ciudad de Nueva York, recomienda un fideicomiso irrevocable de protección de activos de Medicaid [Medicaid Asset Protection Trust, MAPT]. Solo se permiten los retiros de dividendos e intereses.

¿Ya puedes retirarte? Cómo calcular los números

¿Qué ingresos necesitarás durante la jubilación? ¿Vas por buen camino? Una calculadora de jubilación, si se usa correctamente, te ayudará a obtener una imagen realista. Dos de las que nos gustan son la de AARP y la de T. Rowe Price porque admiten a las parejas, no solo a personas solas. Con algunas calculadoras, es posible que debas ignorar suposiciones incorporadas.

Aquí, las recomendaciones:

  • Inflación. Ingresa 3 o 3.5%. ¿Pesimista? Usa 4 o 5%.
  • Rendimientos de las inversiones. El rendimiento pasado no es predictivo y tus distribuciones cambiarán con el tiempo. El promedio del rendimiento anual histórico de 9.6% para las acciones y de 5% para los bonos significa que una combinación del 60% en acciones y del 40% en bonos devolvería un 7.8%. Pero para estar seguros, te sugerimos que el cálculo sea inferior: para una combinación del 60/40, 5 o 6%.
  • Reemplazo de ingresos. No viajarás diariamente al trabajo, no financiarás un plan 401(k) ni deberás impuestos de la Ley de Contribución Federal al Seguro Social [Federal Insurance Contributions Act, FICA], pero es muy probable que gastes en ocio al principio de tu jubilación. Después, gastarás más en atención médica. Así que acepta el 85% de los ingresos anuales finales esperados.
  • Beneficios del seguro social. Obtén un presupuesto gratuito en ssa.gov. Para obtener estrategias que tengan una mayor rentabilidad, utiliza el planificador gratuito del Seguro Social de Financial Engines o paga un servicio como Social Security Choices o Maximize My Social Security, $40 cada uno.
  • Tasa de retiro de activos. Las teorías varían, pero un 4% al año es un buen punto de partida.

7 estrategias de ahorro para la jubilación comprobadas y efectivas

Algunas herramientas clave de inversión no cuestan nada: tiempo, paciencia, vigilancia y perseverancia. Úsalas incluso con inversiones pequeñas para obtener grandes beneficios en la jubilación.

Comienza pronto. Con el tiempo, los aumentos del precio de las acciones y los dividendos compuestos pueden convertir un grano de arena en una montaña. Entre 1928 y fines de 2014, el índice 500 de Standard & Poor’s informó un promedio del 9.6% anual, no ajustado por inflación. Incluso a un ritmo más conservador del 6.5% para una cartera de acciones del 100%, un joven de 22 años que invierte $200 por mes, más o menos el costo de un sándwich y una gaseosa por día, terminaría con $248,600 a los 67 años, aunque no haya invertido nada después de los 30 años. Si invirtiera $200 por mes durante 45 años, tendría más de $591,000.

Invierte con regularidad. Ahorra de un 10 a un 15% de tus ingresos. Las contribuciones automáticas de tu sueldo permiten beneficiarte de la “inversión constante”. El principio: esos $200 por mes compran menos acciones cuando los precios son altos y más cuando los precios de las acciones son bajos. El precio promedio de las acciones es menor que si hubieras invertido de forma esporádica y hubieras dependido de la sincronización del mercado.

Evita futuros impuestos. Erosionan las ganancias. Mientras tus ingresos sean relativamente bajos, usa los planes Roth 401(k) y la cuenta individual de jubilación [IRA] que tienen ventajas fiscales. No recibirás una rebaja de impuestos al principio, pero tus inversiones crecerán libres de impuestos (un enorme incremento para la rentabilidad) y no pagarás ningún impuesto por las extracciones años después, cuando tu ingreso presumiblemente superior podría estar sujeto a tasas impositivas más altas.

Diversifica y distribuye. Variar tus tenencias reduce el riesgo de perder dinero; por lo general, cuando algunas tenencias bajan, otras suben. Los fondos de inversión (grupos de acciones o bonos) ofrecen esa diversificación. Invertir en varios fondos de inversión que se centran en diferentes tipos y tamaños de compañías (de gran capitalización, de pequeña capitalización e internacionales, por ejemplo) reduce más el riesgo. Mientras seas joven, pon todas o casi todas tus tenencias en fondos de inversión de valores (acciones) orientados al crecimiento. A medida que envejeces, cambia gradualmente a tenencias de bonos de menor riesgo.

Concéntrate en los costos bajos. Según una estimación, una pareja típica pierde más de $150,000 en gastos de fondos de inversión durante toda la vida de ahorros por el plan 401(k). Elige fondos de inversión indexados a índices del mercado con condiciones amplias como el índice 500 de S&P; tienen tasas bajas porque requieren poco manejo activo. La compañía de investigación de inversiones Morningstar ha mostrado una alta correlación entre un costo bajo y un rendimiento superior en el tiempo.

Reequilibra. Vende periódicamente las tenencias que hayan crecido para restablecer la proporción adecuada de acciones y bonos. Los fondos de jubilación con fecha cierta son cestas de fondos de inversión indexados que tienen bajo costo y se reequilibran de forma automática a medida que envejeces. Son la opción de inversión por defecto en muchos planes 401(k) por una buena razón. Abarcan muchos de los principios de inversión clave mencionados aquí: la diversificación, el bajo costo y el reequilibrio automático.

Sé paciente. Los estudios realizados por la compañía de investigación de inversiones Dalbar han demostrado que a las personas que se quedan quietas durante la volatilidad del mercado les va mucho mejor que las que entran en pánico y venden, esperando volver a los mercados después. Así que compra, espera y cosecha las recompensas.

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