Luis Robles, el boricua de Red Bulls, agradecido con la vida
El guardameta confía en mantener un buen nivel para la segunda parte de la temporada de la MLS
Boxeo, baloncesto, béisbol son los deportes que han dado gloria a Puerto Rico. ¿Pero el fútbol?
El deporte más popular del mundo de a poquito empieza a echar raíces en la “Isla del Encanto”. El mes pasado, Carmelo Anthony, la estrella de los Knicks de Nueva York, compró un equipo de fútbol en Borinquen.
No obstante, Luis Robles, el portero de los Red Bulls, ha puesto a Puerto Rico en el mapa del fútbol gracias a su talento y a su sangre boricua.
Su papá nació en Puerto Rico, pero su carrera militar lo llevó a Arizona. Y fue en ese estado, en Fort Huachuca, para ser más precisos, donde nace Luis el 11 de mayo de 1984.
Aunque su papá, como buen puertorriqueño el encaminaba al béisbol, gracias a sus amigos de infancia Luis le tomó gusto al fútbol.
Empezó su carrera en la prestigiosa Tucson Soccer Academy; defendió a los Pilots, el equipo de la Universidad de Portland y luego jugó en la reserva de los Rapids de Boulder, de la Liga de Desarrollo antes de levantar vuelo a Alemania, a pesar de haber sido seleccionado pro el D.C. United en el draft de 2007. Entre ese año y 2012 defendió el pórtico de FC Kaiserslautern y del Karlsruher SC, clubes de la segunda división alemana. En 2009 fue convocado por la selección de Estados Unidos en la Copa Oro.
Su vida iba a tomar un giro imprevisto: se quedó sin empleo, junto a su esposa Cara pareja decide regresar a Estados Unidos. Nadie le ofrecía empleo.
“En ese punto de mi vida, no tenía muchas expectativas como jugador profesional”, manifestó el portero.
Pero un buen día llega la llamada de los Red Bulls, dos meses antes de que naciera el primer hijo, con el salario mínimo de la liga, pero con el seguro de salud que cubriría los gastos del parto.
“Por la forma en que se dieron las cosas, mi esposa y yo estamos muy agradecidos”, indicó. Esta oportunidad la tomo como un regalo, nada lo damos por sentado; dicho eso, esperamos lo que nos traiga el futuro”.
Robles fue contratado como el tercer arquero, detrás del joven Ryan Meara y el internacional Bill Gaudette.
Pero, como reza el adagio popular: “lo que está pa’ti, nadie te lo quita”. Una lesión de Meara —hoy cedido al New York City FC— dio la oportunidad a Luis, quien en 2012 fue figura clave para que los Red Bulls lograran el mejor récord de la temporada regular de la MLS y por ende el Supporters Shield.
Con el equipo en medio de la tabla de posiciones del Este, el portero de 31 años considera que “aún hay mucho trabajo que hacer”.
Robles destacó también el espíritu de lucha de su cuadro cuando pasaban por la mala racha. “Había signos alentadores sobre nuestro equipo”, dijo tras la goleada de 4-1 sobre el Cosmos en la US Open Cup la pasada semana.
“Nuestra perspectiva para la segunda mitad de la temporada es seguir jugando al mismo nivel, minimizando nuestros errores y podemos terminar con éxito”, añadió.
AGRADECIDO
Robles es un hombre agradecido con la vida, pero sobre todo con sus padres. Su mamá es coreana.
“Todo lo que yo he logrado es por mis padres”, señaló. “Sin mis padres no hubiera conseguido nada”.
Aunque su papá nunca jugó fútbol, Luis dice que ama el deporte. “Ahora yo como profesional, él es mi más grande aficionado”, destacó. Su papá seguirá disfrutando por televisión de las tremendas atajadas de su hijo.
Este sábado, desde las 7:00 p.m. su conjunto regresa al Red Bull Arena, para entrentar al New England Revolution.
Pase lo que pase, al final Luis volverá a su hogar a dar amor a sus dos hijitos y a su esposa Cara.
Y quién sabe si algún día puede levantar la hasta ahora elusiva Copa MLS con el equipo que lo contrató como el tercer arquero, el último eslabón.