Latinos negados en Cooperstown

Te presentamos un listado de peloteros hispanos exitosos que no han tenido el privilegio de entrar al Salón de la Fama del Béisbol

No son todos los que están, ni están todos los que son. Este refrán popular aplica al hablar de latinos ausentes en el Salón de la Fama del Béisbol.

He aquí algunos peloteros hispanos con méritos suficientes, que no han recibido el premio máximo de ser exaltados en Cooperstown, Nueva York.

Orestes “Minnie” Miñoso:

El cubano, el primer hispano de color que llegó a las Grandes Ligas, un año después de Jackie Robinson, debutó con Cleveland, aunque su mayor éxito cosechó con los Medias Blancas. Sus cifras en 17 años de carrera: .298 bateo; 1,963 hits, 186 jonrones; 1,136 anotadas; 1,023 impulsadas; 205 bases estafadas. En marzo murió el jardinero sin recibir el más grande reconocimiento que anhelaba.

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Luis Tiant:

El lanzador cubano que debutó en Cleveland en 1964, y fue uno de los mejores pitchers de la década de los 70s, con Boston, dejó marca de 229-172 y 3.30 de efectividad, durante sus 20 años de carrera en la “gran carpa”, ganando 20 juegos en cuatro temporadas, tuvo 2,416 ponches y 1.20 de WHIP (caminadas + hits por innings lanzados). Vive en Boston, tiene 74 años.

Edgar Martínez

Nacido en Nueva York de padres puertorriqueños, año tras año, el bateador designado de Seattle ha recibido menos votos. Su pecado, haber sido DH. Estos son sus números: .312 bateo; 2,247 hits, 309 jonrones; 1,219 anotadas; 1,261 RBIs; .418 OBP; .933 OPS. ¿Se corregirá el error luego de que Frank Thomas, DH de los Medias Blancas es ya un inmortal? El ídolo de Chicago entró con estas cifras: .301 bateo; 2,468 hits, 521 jonrones; 1,494 anotadas; 1,704 impulsadas; .419 OBP; .974 OPS.

Dennis Martínez:

El nicaragüense conocido como “El Presidente”, es considerado uno de los mejores lanzadores latinoamericanos en Grandes Ligas; defendió a cinco equipos durante sus 23 años en las Mayores, sobresaliendo con Baltimore 1976-1986 y Montreal 1986-1993. Estas son sus estadísticas: 245-193, 3.70 ERA en 562 juegos (3,999.2 innings); ponchó a 2,149; 1.27 de WHIP; lanzó un juego perfecto en 1991, año en que fue campeón en ERA de MLB. ¿Se le habrá negado el honor por su problema de uso de drogas (recreativas) y alcohol en la década de los 80s?

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Tony Oliva:

El guardabosques cubano y ex estrella de los Mellizos ganó tres títulos de bateo; fue líder de hits en la Liga Americana cinco veces entre 1964 y 1970. Junto a Roberto Clemente, Rod Carew y Pete Rose, Oliva fue considerado uno de los mejores bateadores en los 60s, era dominada por los pitchers; sus cifras: .304 bateo; 1,917 hits, 220 jonrones; anotó 870 carreras; impulsó 947. En 2014 se quedó corto de amarrar el boleto a Cooperstown por un voto.

Mateo Alou:

“Matty”, hermano de Felipe y Jesús Alou, debutó en las Grandes Ligas con San Francisco (1960-1965) y pasó los mejores años de su carrera en Pittsburgh (1966-1970). El veloz jardinero central, de 5-9 pies de estatura jugó 15 temporadas con seis equipos, dejando las siguientes marcas: .307 bateo; 1,777 hits; 780 carreras; 427 impulsadas; 156 bases estafadas, en 1,667 juegos; campeón de la Serie Mundial en 1972; campeón de bateo de la Nacional en 1966. Matty murió en noviembre de 2011, a la edad de 72 años.

LA MANCHA DE LOS ESTEROIDES

Rafael Palmeiro:

El inicialista cubano que defendió a Cachorros, Rangers y Orioles durante su carrera, bien podría ser parte del Salón de los Inmortales si no fuera por la mancha de los esteroides. Miembro del club de los 3,000 incogibles, con 3,020 hits incluyendo 569 jonrones, Palmeiro impulsó 1,835 carreras y anotó 1,663; su promedio de bateo quedó en .288.

Sammy Sosa:

El jardinero dominicano ha ido en declive en la votación para Cooperstown; la ex estrella de los Cachorros de Chicago, que conectó 609 jonrones, muchos durante su duelo con Mark McGwire, que revivió el béisbol, recibió el 6.6% en la pasada votación; si este año cae debajo del 5% quedará fuera de la papeleta. Sosa dejó en .273 su promedio de bateo; conectó 2,408 hits; 1,667 RIBs y anotó 1,475.

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Manny Ramírez:

El nativo de Santo Domingo, que brilló con Cleveland y Boston, dio positivo a substancias prohibidas, por lo que recibió dos suspensions. A pesar de sus grandes estadisticas, es difícil que llegue a Cooperstown; los puristas han puesto el asterisco junto a su nombre. Estos son sus números: .312 de bateo; conectó 2,574 hits, 555 de ellos fueron jonrones; anotó 1,544 carreras e impulsó 1,831.

Juan González:

El jardinero puertorriqueño nunca dio positivo a esteroides, pero las especulaciones han recaído en su persona. “Igor”, que pasó la mayor parte de su carrera con los Rangers de Texas, se retiró con promedio de bateo de .295; conectó 1,936 hits, 434 jonrones; anotó 1,061 veces y empujó 1,404 carreras.

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