Juntos, pero separados

“Te quiero”. “Te adoro”. “Nos vemos la próxima semana”.

No todos los enamorados quieren compartir cada segundo de su vida con su media naranja, contemplar las mismas estrellas, respirar el mismo aire. Hay parejas que necesitan su espacio y su tiempo y agradecen cierta distancia de por medio.

Margaret Anderson y Felix Quevedo, de 75 y 73 años respectivamente,  se conocieron en una iglesia de San Dimas, California,  hace seis años y desde entonces han estado juntos, pero separados. Anderson es viuda y vive con uno de sus tres hijos y Quevedo es divorciado.

Las relaciones en las cuales cada uno vive en su propia casa son conocidas como L.A.T. por sus siglas en inglés: Living Apart Together. Son relaciones monógamas y comprometidas, pero con paredes de por medio. Anderson y Quevedo viven en la misma ciudad, pero existen casos de parejas que hasta viven en diferentes pueblos.

“Los dos ya somos personas mayores y no creímos necesario mudarnos, ni hacer grandes cambios”, explicó Anderson. Según la novia, este tipo de arreglo sentimental no sólo es cómodo, sino que le agrega sabor a la relación.

“Con mi primer marido vivíamos juntos y llegó un momento en el que ninguno de los dos se cuidaba. Ahora me pinto y me arreglo porque sé que tengo una cita con mi novio”, explicó. La independencia fue otra de las razones que los hizo decidir por este tipo de relación.

“Este tipo de relación es más común en otros países”, indicó Jacquelyn Benson, especialista en gerontología de la Universidad de Missouri (extensión.missouri.edu). “Un tercio de adultos europeos mayores de 50 años tienen parejas L.A.T.”. Una de cada diez personas en Gran Bretaña está involucrada en este tipo de relación.

Me atrae la idea

Como todo en la vida, este arreglo sentimental tiene sus contras, pero también sus ventajas. Si estás considerando la opción, ten en cuenta los siguientes detalles:

• Tu carrera. Si tienes un trabajo demandante al que no quieres renunciar y el trabajo de tu enamorado le impide mudarse cerca de ti, esta es la opción para ti. Verse sólo los fines de semana y los días feriados, puede ser más que suficiente.
• Tus ?sus- hábitos. Quizás tu pareja es un encanto en todo sentido, pero no se lleva la medalla de pulcritud, ni se especializa en tareas domésticas. Es mejor que te quedes en tu lindo departamento, y que él se quede en el suyo. De este modo, no tendrás que lavar los platos que dejó en la pileta por una semana, ni lidiar con las medias sucias, que se empeña en olvidar debajo del sofá.
• Sus gustos en entretenimiento. Tu enamorado puede ser una persona extremadamente inteligente y divertida, pero su inteligencia no se refleja en sus opciones de programas de televisión. En lugar de comprar dos televisores, o tener que pelear cada noche por el control remoto, ¿qué mejor que cada uno vuelva a su nidito y disfrute las palomitas de maíz, frente a su show preferido, sin comentarios molestos ni interrupciones innecesarias?