La inmigración salió mal parada en el debate

Los candidatos republicanos no tienen la menor intención de buscar soluciones prácticas, reales y honestas al problema migratorio

El mensaje de los precandidatos del Partido Republicano que participaron en el debate organizado por la cadena de noticias Fox, en materia migratoria, es claro y sonoro: Jamás permitiremos que los inmigrantes no autorizados formen completamente parte de la sociedad estadounidense.
Todos los contendientes del cuadro principal se oponen a que se les conceda a los inmigrantes no autorizados una vía hacia la ciudadanía.

Sólo Jeb Bush dijo específicamente que apoyaba una vía hacia la legalización, sin ciudadanía, pero el énfasis de su discurso fue el control fronterizo e interior.

Scott Walker y Ted Cruz expresaron que se oponen a una “amnistía”. De las declaraciones de Walker se entendería que el tema de una eventual legalización es simplemente inexistente en su agenda. Las declaraciones de Cruz fueron más ambiguas. Se vanaglorió de ser el único candidato que jamás ha apoyado alguna forma de “amnistía”.
Como fueron ambiguas las declaraciones de Marco Rubio, Chris Christie y John Kasich. Rubio dijo simplemente que que el generoso sistema de inmigración de los Estados Unidos estaba siendo abusado. Christie culpó a la avaricia de la Cámara de Comercio por el caos migratorio. Y Kasich ponderó las declaraciones del candidato que lidera las encuestas como un reflejo de la frustración de los estadounidenses.
Y el candidato estrella del partido, que está en la cúspide de las preferencias, dijo que hay que contruir un gran muro con una hermosa puerta, y, que solo gracias a él, el tema migratorio es tema de discusión. Además fue incapaz de responder a la pregunta que le hiciera Chris Wallace referente a si tenía alguna prueba o evidencia de que el gobierno mexicano estaba enviando a sus criminales a los Estados Unidos. Respondió confusamente que eso era lo que afirmaban los agentes de la Patrulla Fronteriza con los que había conversado en su visita a la frontera.
Asegurar que los candidatos republicanos no tienen la menor intención de buscar soluciones prácticas, reales y honestas al problema migratorio es casi como descubrir el agua tibia. Ya lo sabemos, y muy bien. Esta actitud los pone en pelea en la primaria, pero puede costarles muy caro en la elección general.
Pero el castigo que deben recibir en las urnas debe darse de la mano de los votantes hispanos, de los 17 millones de votantes actuales, y de los ocho millones de residentes legales que pueden hacerse ciudadanos y ejercer el derecho al voto.

Si no nos convetirnos en una comunidad políticamente activa seguiremos siendo maltratados por los políticos de oficio de los dos partidos principales. En nuestra manos está el usar el arma del voto para terminar con el manejo politiquero y sucio del que somos víctimas.
Hágase ciudadano, regístrese y vote.

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