Demócratas se alistan para su primer debate presidencial en Nevada
O'Malley insiste en ampliar el número de debates de los precandidatos presidenciales demócratas
Washington.- Opacados por las luchas de sus rivales republicanos, los precandidatos presidenciales demócratas preparan desde ya su artillería para su primer cara a cara en Nevada en octubre próximo, decididos a mantener el control de la Casa Blanca en 2016.
A 62 días del primer debate presidencial demócrata en Nevada, el próximo 13 de octubre y presidido por la cadena televisiva CNN, el reto de los precandidatos será marcar la diferencia entre ellos y con sus rivales republicanos, enzarzados todos en una disputa interna por destronar al magnate inmobiliario Donald Trump.
En el bando demócrata, son cinco los que aspiran a la nominación presidencial, pero solo un trío domina en la prensa y en las encuestas: la exsecretaria de Estado, Hillary Clinton; el exgobernador de Maryland, Martin O’Malley, y el senador por Vermont, Bernie Sanders.
El gobernador de Rhode Island, Lincoln Chafee, anunció su candidatura el pasado 3 de junio, mientras que el exsenador de Virginia, Jim Webb, lo hizo el pasado 2 de julio.
El vicepresidente Joe Biden tiene previsto anunciar si se lanzará o no a la contienda el mes próximo.
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Por ahora, se prevé que los cinco precandidatos declarados compartan escenario en Nevada, en el primero de seis debates programados por el Comité Nacional Demócrata (DNC) entre octubre de 2015 y febrero o marzo de 2016.
Consultadas por este diario, las campañas de Clinton y O´Malley prometieron que, contrario a los republicanos, sus debates ofrecerán a los votantes “sustancia” sobre los asuntos más acuciantes del país.
“Como lo ha dicho en el pasado, Hillary Clinton espera sumarse al resto de candidatos demócratas en los debates autorizados por el DNC. Contrario a los debates republicanos sobre su agenda desfasada, creemos que estos debates serán una gran conversación sobre los asuntos que interesan a los estadounidenses de a pie y los ideales demócratas para el avance del país”, dijo una portavoz de la campaña de Clinton, Xochitl Hinojosa.
Por su parte, Gabriela Domenzain, una de las principales asesoras de O’Malley, reiteró el malestar del exgobernador por el reducido número de debates organizados por su partido.
O’Malley “está emocionado por participar en los debates presidenciales, pero sigue insistiendo que necesitamos más debates dentro del Partido Demócrata. Hay demasiado en juego en estas elecciones para limitar drásticamente” estos encuentros, dijo Domenzain.
En la antesala de los comicios presidenciales de 2004, el DNC programó 15 debates, y en los de 2008, un total de 25.
La presidenta del DNC, Debbie Wasserman Schultz, sin embargo, considera que seis es más que suficiente para que los votantes “tengan amplias oportunidades para escuchar de boca de los candidatos su visión de futuro para nuestro país”.
Hasta ahora, la mayoría de la cobertura mediática se ha centrado en el “show” de Trump, quien sigue liderando en las encuestas conservadoras, pese a que ha levantado ampollas entre la comunidad inmigrante, las mujeres y los veteranos de guerra.
Los demócratas cortejan activamente el voto hispano, y tanto Clinton como O’Malley emiten a diario mensajes en español a través de las redes sociales, conscientes de que los latinos serán un voto definitorio en estados clave.
El trio de principales candidatos demócratas también ha emitido fuertes mensajes a favor de la reforma del sistema de justicia criminal, a raíz de presiones del movimiento afroamericano “Black Lives Matter” en contra de la brutalidad policial hacia las minorías.
De todos, Sanders se ha posicionado a la extrema izquierda de Clinton con una agenda de corte progresista –se autodescribe como un socialista demócrata- y es, paradójicamente, el que más multitudes ha atraído en sus eventos electorales.