Un día para celebrar un año de avances laborales
Una parcial mejora de los salarios mínimos, de los pagos de horas extraordinarias y revisión de definiciones laborales son motivos de celebración entre los trabajadores
Si se hace balance del año desde la perspectiva laboral el veredicto es claro y lo resume Kelly Rodríguez, asistente del vicepresidente ejecutivo de la AFL-CIO, Tefere Gebre. “Hemos visto logros importantes”.
Y ha ocurrido por una serie de factores que se han unido en el tiempo.
A la mejora de la economía y la evidencia de una profunda desigualdad social se suma la voluntad de la Administración de Barack Obama por avanzar en su agenda laboral para restaurar derechos y protecciones a los trabajadores. Brendan Duke, analista de política económica del Center for American Progress cree que se ha creado “interés en dar a los trabajadores una mejora”.
Solo en el último trimestre han llegado desde el ejecutivo y algunas de sus agencias varios cambios de la situación de unos trabajadores que durante décadas han ido perdiendo terreno económico y social.
Desde la Casa Blanca se han modificado las reglas para que más trabajadores puedan beneficiarse de las pagas y beneficios de las horas extraordinarias, algo que va a suponer un importante cambio para millones de familias latinas. También se ha incluido a los trabajadores sociales de salud en la categoría de los que pueden cobrar salarios mínimos, algo que no ocurría hasta ahora y convertía a estos trabajadores clave en un momento en el que cada vez hay más personas mayores, en mano de obra infrapagada.
Además se han clarificado definiciones para que se deje de calificar a algunos trabajadores como contratistas o consultores independientes que a la postre lo que implica es la creación de una serie de puestos de trabajo con menos beneficios que los que son oficialmente considerados plantillas de las empresas.
Esta es una cuestión importante en un momento en el que sea por el aumento de los trabajos a tiempo parcial, sea por la austeridad laboral de las empresas o sea por que existe posibilidad de hacerlo, ha dado lugar a una serie de empresas que basan su fuerte crecimiento en la mano de obra temporal e independiente y están dando lugar a algo conocido como la gig economy. El ejemplo con el que siempre se ilustra este fenómeno es el de Uber, una empresa que ofrece servicios de taxis pero no considera empleado a ninguno de sus conductores. Cada uno se paga su seguro médico, se hace cargo de sus vacaciones y días de enfermedad entre otras cosas.
Según Duke, esta economía gig que es una tendencia que tiene tiempo “no trata a los trabajadores como si fuera una inversión sino como si fuera una commodity (una materia prima)”. “Algunos de los servicios que ofrecen las nuevas empresas son muy buenos pero queremos innovación que no llegue con explotación”, explica este experto.
Rodríguez señala como crucial la última decisión del Consejo Nacional de Relaciones Laborales (NRLB), algo en lo que “desde los sindicatos llevamos años trabajando”. Se trata de una resolución que redefine qué significa ser empleador y considera que puede ser empleador conjunto el dueño de una franquicia con su franquiciador o la empresa que subcontrata los servicios de otra. Es algo que se cambió en los ochenta y dio lugar a una explosión de subcontratas y franquicias donde no todos los trabajadores haciendo el mismo trabajo disfrutan de las mismas condiciones laborales.
Esta decisión del NRLB, que tiene potencial de cambiar drásticamente el panorama laboral aún puede ser revocada por los tribunales a los que distintas asociaciones empresariales tienen intención de acudir.
Obama no ha podido sacar adelante dos propuestas de incremento de salario mínimo que tiene que ser aprobado por el Congreso pero muchos estados y ciudades lo están legislando por su cuenta y está generando una ola de cambios en todo el país. Rodriguez explica que incluso en estados y ciudades del sur, un área más conservadora, “esta habiendo un consenso para mejorar los salarios. Ciudades con Saint Louis lo elevaron hace poco a $11 la hora y en noviembre se va a votar en Kansas City“.
La cuestión pendiente más llamativa es el crecimiento de los salarios que aún no ha llegado. Aunque algunas empresas han decidido subir sus retribuciones mínimas, la mejora generalizada del poder adquisitivo de los trabajadores, central para el crecimiento del país, aún no ha llegado pese a la rebaja del desempleo en otro año de fuerte creación de puestos. Y así es difícil que se avance rápidamente en deshacer las desigualdades “que son el resultado de que los salarios de la clase media no han crecido mientras que los de los que más cobran lo hace rápidamente”.
La otra y que afecta a buena parte de la población latina “es la protección para trabajadores migrantes que está por llegar”, dice Rodríguez. Con todo, y “a pesar de que la Corte ha bloqueado la acción ejecutiva del presidente para ayudar a los emigrantes se ha movilizado un interés que no habíamos visto a otro nivel”, explica esta sindicalista.
Apoyo sindical
Según una reciente encuesta de Gallup este es el momento en el que más baja es la popularidad de Barack Obama entre los sindicatos. El problema, según Rodríguez, es el empuje que desde la administración se está dando al tratado de libre comercio TPP, algo que tiene en contra a la unión sindical porque se considera que se erosionan los derechos de los trabajadores.
El movimiento sindical, no obstante, no tiene la fuerza de antaño. Si en 1973 el 23% de los trabajadores en el sector privado estaba afiliado las últimas cifras apuntan a que no más del 6.6% lo está en este momento. Según los sindicatos y el Center for American Progress, ha habido avance en la afiliación en el último año pero aún sigue siendo bajo. En buena medida, el movimiento sindical debe buena parte de su relevancia al protagonismo de la lucha por los $15 a la hora iniciada por los trabajadores de restaurantes de comida rápida.