Boehner, una “baja” del ala derecha del Partido Republicano en el Congreso
Explicó que renuncia a escaño y presidencia de la Cámara de Representantes para no causarle “daño” a la institución
WASHINGTON, D.C. – A catorce meses de las elecciones, en las que el Partido Republicano se las juega todas por recuperar la Casa Blanca, el presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, se convirtió este viernes en una “baja” de la cruzada del ala conservadora en EEUU.
Boehner renunciará a su escaño y cargo el próximo 30 de octubre porque, según dijo en una emotiva rueda de prensa, no quiere causarle “daño” a la institución de la Cámara de Representantes, donde afrontaba la revuelta de conservadores inconformes con su presunta tibieza para defender sus causas.
“Esta mañana me desperté y oré como siempre lo hago y me dije ´hoy es el día que haré esto´… fue así de simple”, dijo Boehner, secándose las lágrimas con un pañuelo.
Boehner, de fe católica, dio la noticia un día después de haber logrado su sueño de 20 años de recibir a un papa en el Congreso.
Elogios en medio de la tormenta
Tanto el Comité Nacional Republicano (RNC) como legisladores en ambas cámaras del Congreso tomaron turno para elogiar a Boehner.
El propio presidente Barack Obama, que mantuvo fuertes diferencias con Boehner, lo calificó como “un hombre bueno” y un “patriota”, y se comprometió a trabajar con él en los asuntos pendientes en lo que queda de su término.
La líder de la minoría demócrata de la Cámara Baja, Nancy Pelosi, dijo que la noticia es “seismica” y, haciéndose eco de su contraparte en el Senado, Harry Reid, consideró que es producto del “desbarajuste” interno del Partido Republicano.
Un Congreso polarizado
El segundo en la línea de sucesión presidencial después del vicepresidente Joe Biden anunció su renuncia en unos momentos de polarización en el Congreso, que no es el mismo en el que Boehner desembarcó en 1991 como representante del octavo distrito de Ohio.
Aunque Boehner logró su cargo actual en 2011 aupado por el movimiento conservador del “Tea Party”, pronto comenzó a chocar con legisladores de ese ala de su bancada sobre asuntos como el aumento del techo de la deuda nacional; la aprobación de fondos públicos; “Obamacare” y la reforma migratoria.
Fue el ala extrema de su partido el que eventualmente mandó al congelador el plan que presentó Boehner en enero de 2014 para legalizar a los indocumentados.
Para conservadores de corte moderado, sin embargo, la culpa también recae sobre Obama, que prometió la reforma migratoria en 2009, y sobre los demócratas, que tampoco la sometieron a voto cuando aún controlaban el Congreso hasta 2010.
En declaraciones a este diario, la estratega demócrata, Melisa Díaz, consideró que ahora que Boehner no tiene “ataduras”, bien podría aprovechar la pequeña ventana de oportunidad para intentar un voto sobre inmigración.
“Creo que con la configuración actual de la Cámara de Representantes, desde luego que eso es casi imposible de lograr, y él (Boehner) lo sabe. Si trata de aprobarla entre ahora y finales de octubre, ya no pone en riesgo su liderazgo porque de todas maneras se va”, observó Díaz.
¿Habrá cierre parcial del gobierno?
La batalla más reciente gira en torno a la amenaza conservadora de provocar un cierre parcial del gobierno federal la próxima semana a menos que se eliminen los fondos para la organización de planificación familiar Planned Parenthood.
Pero, ante la derrota electoral que sufrieron los republicanos la última vez que provocaron un cierre del gobierno, Boehner se decanta más por someter a voto una medida que deje intactos los $500 millones en fondos públicos para Planned Parenthood y evite la parálisis del gobierno.
Ilyse Hogue, presidenta del grupo “NARAL”, que defiende el derecho al aborto, lamentó que Boehner, uno de los más férreos anti-abortistas en el Congreso, no pudiese contener al ala “extremista” que intenta, a su juicio, sabotear al partido en las urnas.
Hogue vaticinó que con la zancadilla de los ultraconservadores a Boehner por un asunto que goza de apoyo popular – siete de cada 10 estadounidenses apoyan los servicios de Planned Parenthood- el partido afronta su “autodestrucción”.
Cambio de guardia
La noticia de la renuncia alimentó las conjeturas de que el legislador republicano por California, Kevin McCarthy sea el sucesor de Boehner, pero la lucha apenas comienza y McCarthy necesitaría el apoyo de al menos 218 congresistas.
Durante una cumbre conservadora, donde la noticia fue recibida con ovación, el senador republicano por Florida y precandidato presidencial, Marco Rubio, dijo hoy que, sin ánimo de ofender a Boehner, considera que “ha llegado el momento de pasar página… y abrir paso a una nueva generación de liderazgo en este país”.
Rubio apoya que el Congreso elimine los fondos a Planned Parenthood, que ha sido blanco de grupos ultraconservadores opuestos al aborto.
Una encuesta conjunta del Wall Street Journal y NBC News, realizada entre el domingo y ayer pero difundida hoy, señaló que el 72% de los votantes de primarias republicanas está insatisfecho con el liderazgo de Boehner en la Cámara Baja y de Mitch McConnell en el Senado, y un 36% aprueba quitarlos de sus cargos.
Los logros de Boehner
Gracias en parte a la labor de Boehner, los republicanos lograron amasar en los últimos años la mayoría más significativa en la Cámara Baja desde la década de 1930.
También logró que el Congreso aprobase, pese a la objeción de la mayoría de los demócratas, un acuerdo comercial y recortes a los programas de beneficiencia social.
El senador demócrata por Nueva York, Charles Schumer, expresó confianza en que la mayoría republicana trabaje con los demócratas “de forma constructiva y no permita que un puñado de derechistas dicten las políticas de su partido”.