“Empanada Loca”, impactante drama urbano con mucho ‘sabor’ hispano

Después de ver “Empanada Loca”, la próxima vez que estés en la plataforma del subway esperando por el tren, es probable que detengas tu ritmo para mirar, mejor dicho observar, hacia el infinito de los túneles y su oscuridad más profunda. Y la próxima vez que comas una empanada, quizás titubees antes de darle una mordida.

Escrita y dirigida por Aaron Mark, “Empanada Loca” es protagonizada por la actriz y cantante de origen panameño Daphne Rubin-Vega, recordada -entre otras obras- por su memorable rol de la bailarina sensual Mimi Márquez en “Rent“, el exitoso musical de Broadway.

La pieza de Mark es un monólogo potente y macabro basado en una leyenda urbana londinense del siglo XIX. En realidad, bien puede ser, como decía Rubén Blades en el clásico salsero “Pedro Navaja”, una más entre las ocho millones de historias que se tejen en Nueva York.

Esta producción de Labyrinth Theater se estrenó el pasado 30 de noviembre y continuará hasta el 8 de noviembre en Bank Street Theater, a pasos del Meatpacking District. Se trata de esas pequeñas-grandes obras que, gracias al word-of-mouth, suman audiencia en cada función.

Por los altavoces suenan Elvis Crespo, Romeo Santos y Juan Luis Guerra, en la previa a la subida del telón. ¿Un antídoto para lo que viene? La escenografía de penumbra es ideal para la historia que Dolores, la protagonista, va a contarnos. Esta joven hispana dice que tomó clases de planificación urbana en la universidad, quería superarse, pero esos sueños se truncaron por los golpes de la vida, que muchos no pueden superar y se aferran a la vía más fácil.

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Sentada sobre una mesa de masajes, “Dolores” habla con su interlocutor. Foto cortesía Monique Carboni.

Dolores es hija de una mujer policía y un portero. Siendo apenas una adolescente, pierde a su mamá en un arresto de droga y poco después el padre, que nunca se recuperó de la pérdida de su esposa, fallece víctima del alcohol y es encontrado muerto en su departamento, entre su propio mar de vómito.

Sola y perdida, a los 21 años Dolores se enamora de Dominic, un “drug-dealer” del barrio y se muda con él. La luna de miel dura cinco años. Fue la mejor época de su vida, recordará con nostalgia en su refugio subterráneo. Dolores llega a su infierno dantesco cuando es condenada a 13 años en prisión por vender droga y agredir a un policía. Dominic desaparece. Y ella lo recordará cada día de su vida entre rejas.

Rubin-Vega, o Dolores, habla sin anestesia, con la fuerza de un lenguaje crudo y callejero, el único que conoce. La actriz hace malabares con las voces de los otros personajes de la historia: Dominic, el joven casero Jonah, Luis, y el adolescente transgénero.

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La actriz y cantante Daphne Rubin-Vega tras una reciente función en Bank Theater. Foto Marcela Álvarez/El Diario

Sentada la mayor parte de la obra sobre una mesa de masajes, un “skill” que aprendió en la cárcel, Dolores a veces se muestra frágil, pudo haber sido otra cosa. La mesa de masajes es lo único que rescata cuando, tiempo después, tiene que huir y refugiarse en las profundidades de Manhattan. La joven habla con su interlocutor, que no sabemos quién es y solo se desnuda al final de la obra.

Al salir de la prisión, Dolores no tiene donde ir. “¿Puedes creerlo? Me entregaron la misma ropa que tenía puesta cuando entré hace trece años”, dice a su oyente entre irónica e incrédula. Camina todo Manhattan hasta llegar a Washington Heights, a la 168th St y Broadway. De repente, cual fantasma, aparece ante sus ojos un viejo edificio con un letrero que le resulta familiar: es el restaurant “Empanada Loca”,  donde ella solía “hangear” de chica. El dueño ahora es Luis, que heredó el negocio del papá y es un amigo de la infancia de Dolores. Él la recibe con los brazos abiertos y le ofrece quedarse gratis en su casa.

Aquí la obra despega con extra fuerza. Dolores empieza a trabajar en el restaurant y, además, a poner en práctica el “skill” que aprendió en la cárcel: dar masajes. Se deleita con su empanada favorita, “de guava y queso”,  al tiempo que Luis le muestra la mejor manera de rellenar “con carne” ese snack latino por excelencia. Los eventos que siguen son perturbadores, impactantes, tristes, inhumanos. Dolores es un animal nocturno magistralmente interpretado por Rubin-Vega.

Son noventa minutos, sin receso, de un drama urbano que está más cerca de lo que podríamos imaginar. ¿Cuál es el límite de la miseria humana?

AQUI TIENES LOS DETALLES
“Empanada Loca”, con Daphne Rubin-Vega. Hasta el 8 de noviembre.
Dónde: Bank Street Theater, 155 Bank St, Manhattan
Subway: A, C, E hasta West 14th St .
Informes: 212-513-1080/labtheater.org

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