Senado federal aprueba reforma educativa

Medida bipartidista devuelve buena parte del control de la política educativa a los gobiernos estatales

WASHINGTON – El Senado aprobó este miércoles una nueva reforma educativa que devuelve buena parte del control sobre asuntos escolares a los gobiernos estatales y distritos escolares, y tiene el apoyo de la Casa Blanca.

La medida, que sólo requería una mayoría simple, fue aprobada con 85 votos a favor y 12 en contra, después de que la semana pasada la Cámara de Representantes también le diera el visto bueno.

Poco después del voto, la Casa Blanca dijo que el presidente Barack Obama firmará la ley mañana temprano porque, a su juicio, la medida “cimenta el progreso realizado en la educación primaria y secundaria en los últimos siete años” y corrige la reforma educativa de 2001.

La iniciativa reemplaza a la ley “Que Ningún Niño Quede Atrás”, promulgada durante la presidencia de George W. Bush en 2001, que fue objeto de críticas de sindicatos de maestros y asociaciones de padres porque, entre otros elementos, ponía demasiado énfasis en las pruebas para medir el progreso de los estudiantes y la calidad de los maestros y escuelas.

Aunque la medida mantiene en pie las pruebas anuales en lectura y matemáticas para estudiantes entre tercer y octavo grados, el  “Acta por el Exito de Cada Niño” (“Every Child Succeeds Act”) da a los gobiernos estatales la autoridad para determinar el peso que pueden darle a los exámenes para evaluar a los maestros.

Además, por primera vez, los estados tendrán que evaluar la calidad de las escuelas con base en asuntos como la inversión en cursos avanzados, programas de arte y música, consejeros, enfermeras y bibliotecarios.

La medida ha recibido el espaldarazo de la influyente Asociación Nacional de Educación (NEA, en inglés) porque, según Mary Kusler, encargada de relaciones gubernamentales de la agrupación, el gobierno federal “no podrá dictar, coaccionar o exigir” que los estados adopten de los “Estándares Comúnes Estatales” (“Common Core”, en inglés).

“Esto significa también que los gobiernos estatales deberán adoptar normas para preparar a los estudiantes para la universidad y para carreras”, explicó.

El saliente secretario de Educación, Arne Duncan, aplaudió la medida porque, al igual que los sindicatos de maestros, considera que es la debida corrección a una “desfasada” ley que exigía demasiadas pruebas e imponía condiciones a las escuelas sin tener en cuenta las variaciones sobre el terreno.

Los detalles de la medida, en su versión final, se pueden leer aquí

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