Editorial: Muchas palabras y pocas ideas nuevas

El debate republicano no aportó nada nuevo a la lucha contra ISIS más que críticas a Obama

DEBATE PRESIDENCIAL REPUBLICANO EN LAS VEGAS

Crédito: Mike Nelson | EFE

El combate al Estado Islámico (ISIS) es el tema del momento a partir de los ataques terroristas de París y San Bernardino. Esto permite que la seguridad nacional, una de las áreas tradicionalmente fuertes para los republicanos, y que hoy es la principal preocupación de este electorado, ocupe una parte central en la primaria presidencial, tal como se vio en el debate de hace unos días.

Los aspirantes presidenciales aprovecharon la ocasión para mostrarse como el más fuerte y decidido para combatir a ISIS en Siria. El tono beligerante hacia ISIS como hacia el presidente Barack Obama, por una supuesta debilidad y falta de liderazgo, fue el común denominador. Lo irónico es que la mayoría de las propuestas presentadas son muy similares a las acciones ya tomadas por el mandatario en la región.

Se escucharon propuestas de bombardeos sobre las posiciones de ISIS en Siria e Irak, incluyendo los pozos petroleros, el entrenamiento y armamento de rebeldes moderados, trabajar para que las naciones árabes aporten ya sea gente o armas y acciones de grupos especiales estadounidenses, entre otros.

Todo esto es parte de la política que Obama está desplegando. La diferencia es que los precandidatos lo anuncian con la severidad y tono guerrero como si fuera una nueva idea para contrarrestar la “debilidad“ de Obama.

Cabe destacar que en el debate el gobernador Chris Christie dijo estar listo para derribar aviones rusos si sino respetan el área de no volar, el senador Lindsey Graham quiere enviar tropas estadounidenses, al senador Ted Cruz se le tuvo que corregir como inexacto el tipo de bombardeo que abogaba y el senador Marco Rubio, igual que Christie, creen equivocadamente que la aparición de ISIS está directamente ligada al gobierno de Assad en Siria y a Irán.

La dificultad de hallar opciones distintas y nuevas a las de Obama indica la complejidad de la situación en el Medio Oriente, en donde hay numerosos intereses en juego. Este es un problema también en el campo demócrata con la favorita Hillary Clinton.

Pero el nivel de beligerancia es preocupante porque atiza la inquietud entre los votantes republicanos con una  narrativa engañosa de soluciones que parecen simples y que por culpa de Obama no se hacen cuando la realidad es todo lo contrario. Más que tomar en serio la amenaza de ISIS, está parece ser otro instrumento para la demagogia electoralista.

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