Cam Newton, una fiera como nunca hubo otra en el Super Bowl
Las habilidades atléticas y su maduración hacen del quarterback de Carolina un hombre de una especie propia
San Francisco.- Steve Young, el quarterback de los 49ers que está en el Salón de la Fama, es considerado uno de los mejores mariscales corredores que hayan jugado en el Super Bowl. El zurdo Young era elusivo para correr, no poderoso, y en realidad no contaba con un brazo de mucho alcance.
Colin Kaepernick, quien también estuvo en un Super Bowl con San Francisco, sigue siendo un corredor fenomenal, pero ha sido inconsistente lanzando el balón.
Russell Wilson, el brillante mariscal de los Seahawks, ya es uno de los mejores quarterbacks corredores de la historia, aunque su talla de 1.80 m y 94 kg hacen de él un quarterback en realidad pequeño.
Y luego está Cam Newton, quien ha llegado por primera vez al Super Bowl en su quinta temporada como profesional. El quarterback de los Panthers tiene uno de los brazos más potentes de la NFL y ningún otro mariscal representa un mayor desafío para las defensas rivales por su habilidad y fuerza para correr.
Newton es un quarterback como ningún otro que haya participado en el Super Bowl. Con sus 6-6 pies (1.98 m) y 260 libras (118 kg), es un gigante. Newton lo mismo se planta en la bolsa de protección y dispara sus cañonazos, que sale por piernas y arrolla a los linebackers, a quienes casi siempre supera en tamaño, no se diga a los defensivos profundos.
Si se le suman dichas características físicas y atléticas a la madurez que el quarterback de Carolina ha alcanzado, entonces se entiende por qué el originario del estado de Georgia está por ser premiado como el Jugador Más Valioso de la NFL y a un triunfo del campeonato.
Lo primero, su tamaño
Son muchas las cosas que Newton puede hacer: su gran estatura le permite ver con claridad a todos sus receptores y lanzar pases rectos sin peligro de que sean desviados en la línea. Ha demostrado precisión en trayectorias largas y cuando la cobertura defensiva es buena o los rivales le ponen presión, él no tiene ninguna complicación para salir con su larguísima zancada, para luego hacer sufrir al que se le ponga enfrente. Por lo regular, se necesita más de uno para poder derribarlo.
Mike Shula, hijo del legendario entrenador de los Dolphins, Don Shula, es el coordinador ofensivo de Carolina y el hombre que ha guiado el desarrollo de Newton.
“He estado cerca de muchos quarterbacks y he entrenado a muchos, y pienso que su simple habilidad física es la cosa principal que (Cam) pone en la mesa: su habilidad para correr con el balón”, comenta Shula, subrayando el hecho de que Cam sea tan grande y tan fuerte, casi como un corredor.
Esta temporada, Newton acumuló 636 yardas por carrera y 10 touchdowns, que se suman a sus 3,837 por pase y 35 touchdowns; solamente sufrió 10 pases interceptados y en parte por eso es que su equipo ganó 17 de sus 18 encuentros.
Es como dos en uno
La tarea para la defensa de los Broncos de Denver el domingo en el Super Bowl 50 es compleja: limitar su ataque por pase, presionarlo atrás y cerrarle caminos.
“Cam Newton es un reto”, dice DeMarcus Ware, una de las estrellas de la defensa de Denver, la mejor clasificada de la temporada 2015 en la NFL. “Es uno de esos tipos que son como dos jugadores en uno”.
Dice Gary Kubiak, el entrenador en jefe de los Broncos:
“Es un talento raro. Esta liga tiene a lo mejor en todo. Están los grandes pasadores con Tom (Brady) y Aaron (Rodgers), y ahora tienes a alguien que es una combinación de todo. No sólo derrota a sus rivales con su brazo, sino con sus pies, su habilidad para moverse”.
Kubiak también observa que Newton es inteligente para leer formaciones defensivas e improvisar en la línea, algo que hace todo el tiempo su propio quarterback, Peyton Manning.
Ese crecimiento intelectual como quarterback de Newton tiene a su mejor testigo en Ryan Kalil, el centro de los Panthers, el hombre que le entrega el balón para iniciar cada jugada.
“Cada año ha ido mejorando gracias a la experiencia”, asegura Kalil. “No podría estar más orgulloso de él”.
Rostro de la liga
Dados sus atributos, su juventud (26 años), su plenitud física, sus armas atléticas que son únicas y extraordinarias, Newton puede estar convirtiéndose en la mayor estrella de la NFL, especialmente ahora que leyendas como Manning y Tom Brady están cada vez más cerca de su final.
En San Francisco, Newton ha sido inundado con preguntas sobre su impacto en el juego y su influencia como quarterback afroamericano, al grado de que el miércoles finalmente se enfadó un poco.
“¿Cómo puedo usar palabras distintas para responder preguntas que me han hecho tantas veces?”, dijo en su encuentro con reporteros en el hotel de los Panthers en San José. “Nada ha cambiado en las pasadas 24 horas… No sé qué decirles. Sueno como un disco rayado”.
Newton fue quien abrió esa discusión desde una semana antes al decir que había mucha gente en Estados Unidos que se asustaba con él por ser afroamericano y porque no sabían con quién compararlo.
“No quiero tocar el tema de ser un quarterback negro porque pienso que este juego es algo más grande que ser negro, blanco o incluso verde”, dijo.
La discusión seguirá muy viva, porque Cam Newton está revolucionando este deporte como posiblemente el mejor atleta que haya alcanzado un Super Bowl en la posición de quarterback. Y si gana el domingo no habrá de otra, tendrá todo para ser el nuevo rostro de la NFL, con su talento, sus grandes jugadas y sus celebraciones.
Una derrota contra equipo mexicano le ayudó a crecer
Antes de convertirse en el jugador No. 1 del futbol americano colegial a nivel nacional con la Universidad de Auburn, Cam Newton pasó en 2009 por Blinn College, un modesto colegio comunitario localizado en Brenham, al este del estado de Texas.
Como quarterback de Blinn, Newton jugó un partido de práctica contra el equipo del Instituto Tecnológico de Monterrey, la gran potencia del futbol americano estudiantil de México. Los Borregos Salvajes del Tec acostumbran jugar contra equipos de divisiones menores de Texas aprovechando la vecindad geográfica, y aquel encuentro con Blinn emergió el miércoles durante la conferencia de prensa de Newton. La superestrella de la NFL recordó el episodio.
“Ellos estaban muy organizados, con sus jerseys de colores, sus zapatos del mismo color, y nosotros ni siquiera podíamos ponernos leotardos del mismo color. Me hace recordar lo que es un colegio comunitario”, dijo Newton.
A diferencia de Blinn College, el Tec de Monterrey es una escuela privada con grandes recursos económicos y mucha inversión a lo largo de décadas en sus equipos de futbol americano.
Newton dijo que la derrota (35-14) les ayudó a cerrar filas, sincerarse como compañeros de equipo, mejorar y triunfar a nivel nacional.
“Fue increíble que la hermandad que se formó después de ese partido nos llevó a ganar el campeonato nacional de colegios junior”, dijo Newton. “Nosotros creímos en algo especial en ese punto y no dejamos que nada nos detuviera”.
Siete años más tarde, Newton está cerca de la gloria.
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