Gobierno Obama apuesta por los “contactos de pueblo a pueblo” para promover democracia en Cuba
Las medidas anunciadas ayer por el gobierno del presidente Barack Obama han suscitado una amplia gama de reacciones, desde el optimismo de grupos progresistas hasta el recelo entre el exilio cubano en Miami
MIAMI.- La Administración Obama apuesta a que la proliferación del acceso al “Wi-Fi” en las calles de La Habana, el apoyo a un incipiente sector privado y un mayor intercambio de información, viajes y comercio entre EEUU y Cuba, ampliarán los “contactos de pueblo a pueblo” que, a su vez, tenderán puentes entre ambas naciones y labrarán un sendero hacia la transición democrática en la isla.
Las medidas anunciadas ayer por el gobierno del presidente Barack Obama, en vísperas de su histórico viaje a Cuba, se producen en unos momentos en que la isla atraviesa un momento coyuntural, pero también han suscitado una amplia gama de reacciones, desde el optimismo de grupos progresistas hasta el recelo entre el exilio cubano en Miami.
Durante su primera contienda presidencial en 2008, Obama prometió dejar de lado una política de aislamiento de más de medio siglo, y su viaje a Cuba entre el 20 y 22 de marzo es parte de ese esfuerzo.
Optimismo por la cosecha futura
La nueva política hacia Cuba se ha ganado elogios de una vasta coalición de grupos cívicos, empresariales y de derechos humanos, entre ellos “Engage Cuba”, que además abogan por el levantamiento del embargo de 1962.
“Esto va más allá de los viajes y comercio, porque se trata de ampliar el acceso de los cubanos a las telecomunicaciones, que puedan abrir cuentas en Facebook o Twitter, enviar correos electrónicos o comprarse tarjetas de llamadas telefónicas”, explicó James Williams, presidente de “Engage Cuba”.
“Ya estamos viendo resultados, con el surgimiento de la pequeña empresa, en la que participa un creciente número de cubanos y que se alimenta de los contactos de pueblo a pueblo y del envío de remesas desde EEUU”, afirmó Williams.
En la actualidad, hay 65 sitios de “Wi-Fi” en la isla este año se abrirán otros 80, además de un programa piloto para acceso a la banda ancha desde los hogares en toda la isla. El internet, después de todo, ha permitido que blogueras como Yoani Sánchez informen al mundo sobre la situación en Cuba.
Millie Herrera, exrepresentante de la región del sureste a la entonces secretaria del Trabajo, Hilda Solís, confío en que el viaje de Obama “tendrá un impacto increíble moral y psicológicamente”, porque, a su juicio, abrirá espacios de diálogo para mejorar la situación de derechos humanos en la isla.
“Es hora de sentarse a la mesa con el régimen cubano y exigir mejoras en esa área, pero ese cambio sólo sucederá si estamos sentados a la mesa… la única manera de cambiar las mentes es a través del contacto humano con el mundo afuera, y allí los contactos directos jugarán un papel importante”, consideró Herrera, de origen cubano.
A Obama lo llevarán a bonitos lugares, pero podrá ver de primera mano la precaria situación del pueblo cubano y “no podrán engañarlo”, dijo.
Es que, más que un ejercicio intelectual, la política de apertura permitiría que un país como Cuba, que ha hecho avances en investigaciones científicas y médicas, pueda estrechar sus lazos de cooperación con expertos al otro lado del estrecho de la Florida.
Recelo del exilio cubano
Sin embargo, en el emblemático restaurante de Versailles, en la Calle 8 de Miami, Armando Flores, nacido en esta ciudad de padres cubanos, y Frank Acosta, quien emigró de Cuba hace 50 años, enfatizaron su recelo sobre la política de apertura a la isla.
“Uno siempre desconfía del gobierno de Cuba. Yo trato de ser optimista porque creo que el presidente Obama tiene las mejores intenciones, y ojalá logre una apertura, y romper todo lo que Cuba ha llevado por tantos años con la dictadura”, dijo Flores, nacido en Nueva Jersey de emigrantes cubanos.
“Hablan de tanta apertura comercial, pero si el gobierno se abre mucho hay una amenaza contra el mismo gobierno, y estoy casi seguro de que no están dispuestos a comprometer. Se supone que esta apertura traiga un oleaje de libertad para el pueblo cubano, pero China tiene apertura comercial con EEUU y su dictadura se mantiene”, observó Flores.
Por su parte, Acosta dijo que jamás pensó que vería a un presidente de EEUU viajar a Cuba pero consideró que “esto servirá de muy poco bueno y bastante malo” porque, a su juicio, Obama “ha cedido muchas cosas” y el gobierno de La Habana “no dará nada a cambio”.
“¿De qué sirve tanto internet ni compañías de cable? Lo que el pueblo de Cuba necesita es que pueda expresarse libremente y en cualquier lugar, lo que le dé la gana y sin temor. Allá hay presos todos los días“, puntualizó Acosta.
Se prevé que durante su viaje entre el 20 y 22 de marzo próximos, Obama aborde el asunto de los derechos humanos tanto con el gobernante cubano, Raúl Castro, como con líderes de grupos disidentes en la isla.
Varios observadores han indicado que una forma de medir el éxito del viaje de Obama, más allá del golpe mediático, será si Cuba permite que expertos internacionales de grupos como la Cruz Roja Internacional o de Naciones Unidas visiten las cárceles del país y puedan evaluar de primera mano la situación de derechos humanos en la isla.
Tan solo ese paso justificaría el viaje de Obama –fuertemente criticado por los republicanos y legisladores cubanoamericanos- y enviaría una señal de buena voluntad del gobierno cubano, según expertos.