Critican proyecto de ley sobre suicidio asistido

Asociación pro vida dice que la propuesta da inmunidad y protege a todos los implicados en una muerte, menos al paciente

La pérdida de la dignidad, muchas veces argumentada por quienes favorecen el suicidio asistido, no es suficiente para apoyar el proyecto de ley.

La pérdida de la dignidad, muchas veces argumentada por quienes favorecen el suicidio asistido, no es suficiente para apoyar el proyecto de ley. Crédito: Alex Proimos

La Asociación pro Vida Independiente de Nueva York (NYAIL, por sus siglas en inglés) es una organización de membrecía a nivel estatal sin fines de lucro creada y compuesta por Centros de Vida Independiente a través de todo el estado de Nueva York. Estos centros están dirigidos y administrados localmente por organizaciones que  proporcionan apoyo y ayuda a las personas con discapacidad de todas las edades para vivir de forma independiente y completamente integrados en sus comunidades. NYAIL se opone firmemente a los proyectos de ley a.5261B / S.5814 y A.2129A / S.3685, que legalizarían el suicidio médicamente asistido en el estado de Nueva York.

La legislación del suicidio asistido refuerza la idea de que las personas con discapacidad son una carga onerosa en nuestras vidas y no tiene significado que sigan viviendo. Los temores de quedar discapacitado y a la pérdida funcional a menudo reportada por los médicos, son las razones  por las que los pacientes  solicitan el suicidio asistido. Los defensores del suicidio asistido citan a menudo la pérdida de dignidad como razón para interrumpir la vida de una persona. La organización pro vida se opone firmemente a la creencia de que requerir la ayuda de otra persona para actividades de la vida diaria, tales como vestirse, bañarse e ir al baño les resta dignidad o es una razón legítima para legalizar el suicidio médicamente asistido.

Los defensores del suicidio asistido por médicos a menudo argumentan que esta opción es necesaria para evitar el sufrimiento de una persona al final de su vida. Este no es el caso, ya que hay opciones alternativas para evitar el sufrimiento. Ya es legal en Nueva York que los individuos puedan crear por anticipado una directiva de cesar el tratamiento en cualquier caso que  elija y de rechazar el tratamiento en cualquier momento. Los cuidados paliativos están disponibles y pueden proporcionar alivio a los dolores para garantizar que una persona no los está sufriendo, incluso en aquellos casos raros en los que se requiere sedación paliativa total. Nueva York debe invertir en la educación de la comunidad acerca de estas opciones y centrarse en la promoción y expansión de los cuidados paliativos para que sea una opción disponible para cualquier persona que enfrenta una enfermedad dolorosa.

También ya es legal en Nueva York que un individuo pueda suicidarse. La preocupación surge cuando se permite a un médico decidir y activamente facilitar dicho acto. Las personas confían en sus médicos, sin embargo, los médicos algunas veces pueden estar desacertados. Es cierto que hay muchos casos en que las personas han dicho que tienen una enfermedad terminal, sólo para vivir más tiempo, una vida satisfactoria. Un informe de la CBS el año pasado encontró que 12 millones de estadounidenses cada año son diagnosticados erróneamente.

Sin embargo, los pacientes tienden a confiar en sus médicos y pueden elegir el suicidio asistido si esto se presenta como la mejor opción sin el preciso y bien informado consentimiento, renunciando a unos buenos meses o años de vida.

Por otra parte, hay un riesgo significativo de que las personas puedan ser inducidas hacia esta decisión por razones financieras. Empresas gubernamentales  y privadas de seguros y profesionales de la salud encontrarían el suicidio médicamente asistido mucho menos costoso que proporcionar tratamientos que salvan vidas. La coerción directa no es ni siquiera necesaria. Si las aseguradoras niegan, o incluso simplemente retrasan, costoso tratamiento para salvar vidas, la persona van a ser aconsejadas hacia el suicidio asistido. Las personas con discapacidad y enfermedades graves no deben ser presionadas para el suicidio asistido por razones económicas.

La legislación propuesta se basa en las leyes de Washington y Oregon, que han demostrado tener garantías ineficaces contra los abusos. No hay nada en la legislación para evitar que algún miembro de la familia sea inducido  por un cuidador o individuo a encontrar un médico que le proporcionará la droga fatal. No hay nada en la legislación propuesta que evite que un cuidador abusivo o miembro de la familia dirija al individuo hacia el suicidio médicamente asistido, presenciando el formulario de solicitud, recogiendo la dosis letal, e incluso la administración del fármaco. Con ningún testigo independiente que se requiere en la muerte, no hay ninguna garantía de auto-administración o incluso consentimiento.

Por último, los proyectos de ley de suicidio asistido Nueva York no contienen los requisitos de información aparte de unas cuantas entradas en el registro médico y el formulario de solicitud, que están sujetos a los estrictos requisitos de confidencialidad de HIPAA ( Ley de Responsabilidad y Transferibilidad de Seguros Médicos). Los proyectos de ley son simples estatutos de inmunidad, protegiendo a todos los implicados en la muerte, excepto el paciente, sin hacer preguntas.

Para leer este artículo en inglés, ingresar a: CityLimits.org

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