¿Qué hay detrás de los apodos de los narcos mexicanos?
"El Chapo", "La Barbie", y hasta "El Zucaritas"; todos tienen su explicación
El tamaño sí importa, al menos en cuestión de apodos. La estatura de 1 metro y 64 centímetros (5.4 pies) le valió el apodo de “El Chapo” a Joaquín Guzmán Loera, jefe del Cártel de Sinaloa, quien se fugó de dos prisiones de máxima seguridad y fue recapturado este año.
El por qué del apodo de José Manuel García Simental es desconocido. García Simental formaba parte del mismo grupo narcotraficante con su hermano “El Teo”.
Benjamín Arellano Félix junto con su hermano Ramón Arellano Félix, alias ”El Comandante Món”, eran jefes del Cártel de Tijuana. Otro apodo para referirse a ellos era el de “Los Aretes”. Benjamín fue detenido en el 2002 y extraditado, mientras que a Ramón lo mataron ese mismo año.
Francisco Javier Arellano es otro de los hermanos Arellanos. A Felix le decían ”El Tigrillo” por ser el menor de la familia. El fue detenido por la DEA en 2006 cuando paseaba en yate por aguas internacionales al sur de la península de Baja California. En el 2007 el fue sentenciado a cadena perpetua. En el 2015, su sentencia fue reducida gracias a su colaboración con el gobierno de Estados Unidos.
Sergio Enrique Villarreal con sus 2 metros de altura (6.5 pies) se ganó el alias de “El Grande”. Fue detenido en Puebla en 2010 como uno de los operadores del grupo de los Beltrán Leyva.
Jaime González Durán de los Zetas. Cuentan que González Durán, uno de los fundadores de Los Zetas detenido en 2008, lanzó una amenaza de muerte a quien se comprara una camioneta como la que él tenía.
Osiel Cárdenas Guillén, preso en Estados Unidos, fue llamado así por haber matado a su amigo Salvador Gómez para quedarse como jefe del Cártel del Golfo cuando en 1996 Juan García Ábrego fue detenido.
Un accidente al conducir una motocicleta obligó a Raydel López Uriarte a usar muletas durante un tiempo, un objeto que además de llevarlo en el mote era parte del logo en el uniforme que llevaban los sicarios que comandaba en Tijuana y al servicio del Cártel de Sinaloa, hasta que en 2010 fue detenido.
Manuel Torres Félix fue asesinado en el 2012. Era principal lugarteniente del Cártel de Sinaloa y mano derecha de Ismael “El Mayo” Zambada. El único argumento en el negocio del narco eran las balas. Por ello solía disparar a cuanto enemigo se le pusiera enfrente. Muchos decían que se volvía loco disparando, “que se ondeaba”, lo que también le valió el alias de “El Sanguinario del M1”, por el gusto que tenía por un fusil de ese tipo.
Santiago Meza López decía preparar un “caldo” con las personas que eran secuestradas y ejecutadas por sicarios del Cártel de Tijuana. Las disolvía en ácido. Cuando en 2009 lo detuvieron, confesó que fueron alrededor de 300 los cadáveres que hizo desaparecer de esa forma bajo las órdenes de Teodoro García Simental “El Teo” o “El Tres Letras”.
Amado Carrillo Fuentes se ganó este mote por su extensa flota aérea para el tráfico de cocaína cuando fue líder del Cártel del Juárez. Murió en 1997 durante una cirugía plástica para modificar su rostro.
“El Zucaritas”
Más incierto es el razonamiento tras los motes de José Guadalupe Rivas González (“El Zucaritas”). El está preso desde 2011. Su apelativo contrasta con sus actividades como operador del grupo criminal de La Línea, el grupo armado del Cártel de Juárez.
Edgar Valdez Villarreal obtuvo el sobrenombre por ser rubio y de ojos azules. A el lo comparaban con la famosa muñeca. Fue detenido en 2010 y pertenecía al grupo de los hermanos Beltrán Leyva.
El origen no está claro el origen del apodo de Servando Gómez Martínez, líder de Los Caballeros Templarios detenido en 2015, pero aparentemente está vinculado a la profesión que tenía como maestro de escuela.
También conocido como “El Lazca”, Heriberto Lazcano Lazcano, asesinado en 2012, solía usar la decapitación contra sus enemigos al ser uno de los fundadores de Los Zetas.
Dámaso López Núñez fue uno de los operadores del Cártel de Sinaloa en Culiacán, pero antes de dedicarse al narcotráfico sacó adelante la carrera de Derecho en la Universidad Autónoma de Sinaloa. Incluso ejerció la abogacía. Sus logros educativos le valieron su alias.
Gonzalo Inzunza, líder del Cártel de Sinaloa en la región de Sonora que murió en un tiroteo en 2013, habría sido llamado así por su complexión y el oscuro color de piel que tenía.
“El Pastor”
Los dotes como líder religioso que tenía Nazario Moreno González, también conocido como “El Más Loco” o “El Chayo”, lo llevaron a sumar seguidores al fundar La Familia Michoacana y más tarde a Los Caballeros Templarios.
A los hermanos Rodolfo, Nicolás, Mariano y Carlos, de apellido Sierra Santana, se les atribuye el control de la producción de metanfetamina en la región de Tierra Caliente, Michoacán. Los llaman así porque al más chico (Carlos) le gustaba peinarse con gel y acomodarse el cabello de tal forma que casi siempre traía los pelos parados.
“El Cochiloco”
Manuel Salcido quedó rengo de una vez que lo balearon y a alguien se le ocurrió decir que caminaba al estilo de un puerco enloquecido. Fue ejecutado en 1991 por un grupo sicarios colombianos y de los Arellano Félix por haberles robado 4 toneladas de cocaína procedentes del Cártel de Cali.
“El Ostión”
A Israel Nava Cortez, conocido como el responsable de armas y explosivos del grupo criminal Los Zetas y quien murió en 2009, le pusieron así de niño porque su padre tenía un puesto donde vendía pescado y mariscos en Oaxaca.
Juan José Esparragoza, uno de los legendario integrantes del Cártel de Sinaloa que se presume ya murió, habría obtenido ese sobrenombre por su tono de piel.