Helena Bonham-Carter: ‘No pasa nada si no sabes lo que haces’
La estrella de ‘Alice in Wonderland’ y ahora su secuela, ‘Alice Through the Looking Glass’, que hoy cumple 50 años, recorre su carrera
Cuando “Alice in Wonderland” llegó a los cines en 2010, sorprendió a propios y extraños con una recaudación mundial de $1,025 millones, dando así al inicio de la nueva moda en los estudios Disney de adaptar en imagen real sus clásicos animados.
Seis años después, y sin Tim Burton como director (aunque sí en funciones de producción), regresan algunos de los personajes principales de la historia para acompañar a Alice (Mia Wasikowska) una vez más al País de las Maravillas donde deberá viajar a través del tiempo para rescatar emocionalmente al Mad Hatter (Johnny Depp).
En el reparto de “Alice Through the Looking Glass”, que se estrena este fin de semana, también vuelven Anne Hathaway como la White Queen (La Reina Blanca), Matt Lucas en el doble papel de Tweedledee y Tweedledum, y, por supuesto, Helena Bonham-Carter dando vida a la Red Queen (La Reina Roja).
La actriz londinense, que hoy cumple 50 años, y que ha sido nominada a dos Oscar (por “The King’s Speech” y “The Wings of a Dove”), mantuvo una relación sentimental con Burton desde 2001 (la terminaron el año pasado), con quien tuvo un hijo y una hija, y trabajó en siete largometrajes.
Hablamos con ella sobre el filme, su carrera y ser madre.
No es la primera secuela que hace… ¿Qué es lo que la lleva a decir sí a actuar en una continuación?
Preocupación. Porque prácticamente estás obligada a hacerla. Luego esperas que esté bien escrita, tanto como la original. Y esta lo fue. Siempre me ha gustado la Red Queen, es un regalo de papel y me encanta su cabeza… Cuando leí la secuela había mucho sobre ella, sobre su psicología y sobre la mía, y pensé: “Genial. Es un placer”.
Pero es un personaje muy triste…
Sí, es algo patética… por eso luce ese maquillaje de payasa. Todo aquel que sea tan malévolo, debe ser vulnerable. Siempre trato de encontrar humanidad incluso a alguien que es un monstruo, porque en su interior, tienen un corazón. La forma como grita, como se mueve, es una forma de [ocultar] esa vulnerabilidad. Y aquí uno descubre por qué ella es así, y por qué tiene esa cabeza. Es una abusadora, y como todo abusador, tiene un complejo de inferioridad masivo. Y para sentirse bien, su única opción es humillar a los demás.
Personajes como estos son muy extremos. Usted, como actriz, ¿se marca límites?
La base está en la verdad [del personaje]. Tratas de hacer algo que sientes, juegas con tu honestidad.
El filme luce tan real… Me pregunto cuál fue el porcentaje de decorados reales en los que trabajó.
¡Pocos! ¡Es una gran mentira! [risas]. Por eso ha tardado tanto en estrenarse. La rodamos en un gigante foro azul hace 18 meses… y ese es el tiempo que han tardado en crear [los efectos visuales]. Pero sí hay escenas que fueron decorados reales, como la de la coronación. Pero la mayoría fueron habitaciones azules, lo que es difícil, porque cuesta concentrarse, no hay atmósfera, la iluminación en genérica… ¡A menudo te sientes como una completa idiota! [risas], te preguntas qué caray estás haciendo: es terrorífico porque te sientes muy vulnerable, porque no hay nada más que los actores.
Es lo opuesto al teatro…
No he hecho teatro en años, pero al menos en escena tienes la audiencia, el decorado y el directo, que es algo que ayuda mucho. En cine es muy difícil concentrarse y ser impulsiva en tu actuación. Ser impulsiva es lo que deviene, a veces, en tus mejores momentos como actor.
Ha vuelto a trabajar para Disney, un estudio. ¿Cuál es el contraste con películas de corte independiente?
Trabajar para un estudio es maravilloso, porque tienes tiempo de sobras para rodar, te ayudan en todo, hay un cierto lujo en las condiciones de trabajo. En el cine de bajo presupuesto siempre hay prisas. Trabajar para Disney lo que hay es presión, porque sabes que mucha gente terminará viendo lo que haces.
Como madre, ¿acepta papeles pensando en lo que pensarán sus hijos?
Ayuda a que mis hijos puedan identificarse con lo que ven, así puedo explicar porque no estoy con ellos durante meses. Y también los ayuda a mostrar algo a sus amigos…
Empezó en cine a los 19 años, con ‘A Room with a View’. ¿Echa algo de menos de aquella época?
Vi a Jim [James Ivory, director del filme] hace solo una semana. Tiene 89 años y está igual. Me regaló un platillo de la pensión donde rodamos… Fue tan emocionante. Te enseño la foto [la muestra en su iPhone]. Esa época fue muy especial… pero muy dura para mí, porque era muy joven y no sabía lo que hacía. Aún no lo sé, pero ahora no me importa, porque no pasa nada si no sabes lo que haces. No echo de menos cuando tenía 20 años, porque estaba tan confundida. Fue muy duro. La profesión se hace fácil porque ganas confianza en ti misma.