Violencia y corrupción definen elecciones en México

MEXICO – El mensaje es claro y directo. Más allá de la guerra sucia, candidatos, encuestas, dimes y diretes, el electorado mexicano midió su voto a partir de los niveles de violencia y corrupción para castigar con la alternancia a los gobiernos más cínicos en ocho de los doce estados del país donde se renovaron gubernaturas, congresos y ayuntamientos.

Y ese el perfil de voto que definirá las elecciones presidenciales de 2018, según coinciden analistas entrevistados por este diario, después de que el Partido Acción Nacional (PAN) se impusiera al Partido Revolucionario Institucional (PRI) en siete estados; tres de los cuales triunfó con la alianza del Partido de la Revolución Democrática (PRD).

“Una cosa es lo que el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto dice acerca de que todo va bien y que nos quiera cotorrear y otra es lo que los ciudadanos sufren en el día a día con los homicidios dolosos, el secuestro, la extorsión, la violencia y las lesiones dolosas”, observa José Antonio Ortega, presidente del Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal.

“La inseguridad y cómo enfrenten los gobiernos este tema es lo que va a definir las elecciones de 2018”.

Así ocurrió en la jornada del pasado domingo con los estados de Tamaulipas, el estado con mayores índices de secuestros y desapariciones donde desde hace 86 años gobernaban los priistas. Así ocurrió en Durango, donde el tricolor nunca había sido derrotado, y así ocurrió en Veracruz, el tercer padrón electoral más grande después del Estado de México y la Ciudad de México.

El analista Alfonso Zárate, presidente del Grupo Consultor Interdisciplinario,  observa en Veracruz además un factor de relevancia: la corrupción.

“Al candidato del PAN en ese estado, Miguel Ángel Yúnez lo acusaron de todo, incluso de pederastia, y aún así ganó... y da la impresión de que a los votantes les importó más castigar a un gobernador como Javier Duarte, al PRI, por sus niveles de corrupción y escándalos políticos marcaron todo su gobierno”.

“En Chihuahua ocurrió lo mismo con el otro Duarte (Javier) y obviamente el electorado les pasó la factura y lo que sigue es que en adelante van a sufrir una investigación a fondo: ambos gobernadores deben de estar temblando”.

Otro factor que debe preocupar para las siguientes elecciones es el abastencionismo, dice Javier Oliva, politólogo de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). “Esto está produciendo gobernantes débiles en términos de legitimidad aunque tengan el respaldo de la ley.

Por otro lado, Oliva matiza la victoria de la alianza PAN-PRD con una observación sobre el origen de los contendientes. “No fue esa alianza exactamente la que ganó sino sus candidatos que son ex priistas como ocurrió en Durango, Quintana Roo, Oaxaca y Veracruz.

El consultor Zárate cree que los grandes perdedores de la contienda son las casas encuestadoras.”Los resultados fueron muy diferentes a los que ellas predecían: por ejemplo, le daban el triunfo al PRI en nueve estados”.

Tanto Zárate como Oliva coinciden en que Morena tuvo un “gran avance” como opción de izquierda al tomar el control de la Asamblea Constituyente que realizará la constitución de la Ciudad de México, aunque no se hizo de ninguna gubernatura, ni siquiera en Zacatecas, donde tenía su candidato más fuerte con David Monreal.

“Morena no ha necesitado de alianza”, destacó Oliva.

LOS RESULTADOS

– Aguascalientes, Martín Orozco Sandoval (PAN)

– Chihuahua: Javier Corral (PAN)

– Sinaloa: Quirino Ortíz (PRI)

– Durango: José Rosas Aispuro (PAN-PRD)

– Zacatecas: Alejandro Tello (PRI)

– Tamaulipas: Francisco Cabeza de Vaca (PAN)

– Hidalgo: Omar Fayad (PRI)

– Tlaxcala: Marco Mena (PRI)

– Puebla: José Antonio Gali (PAN)

– Oaxaca: Alejandro Murat (PRI)

– Quintana Roo: Carlos Joaquín González (PAN-PRD)

– Veracruz: Miguel Ángel Yúnez (PAN- PRD)