En su visita al Capitolio, Trump habla de unidad del partido pero se topa con reclamos republicanos

Donald Trump

Donald Trump Crédito: Branden Camp | Getty Images

El virtual candidato presidencial republicano, Donald Trump, llegó este jueves al Capitolio esperando un sólido apoyo de su partido por su intención de unir las facciones dispersas del GOP, pero se topó en cambio con la frustración de legisladores que le pidieron un cambio en el tono de su mensaje.

A once días de la convención nacional republicana en Cleveland (Ohio), en la que previsiblemente recibirá la nominación presidencial, Trump se reunió en privado con la bancada republicana en ambas cámaras del Congreso, para fomentar la unidad del partido. Fue su primera visita desde que afianzó de forma extraoficial la nominación presidencial del partido.

En la primera reunión, en la Cámara de Representantes, participaron alrededor de 200 legisladores mientras que en la del Senado, la cifra fue de aproximadamente 41, según fuentes legislativas.

El propio presidente de la Cámara Baja, el republicano Paul Ryan, dijo en una posterior rueda de prensa que “la reunión fue positiva” y restó importancia a las continuas críticas de las posturas de Trump.

“Tuvimos un buen intercambio sobre muchas ideas y muchos asuntos de política (pública)… él (Trump) está elaborando una fuerte campaña para la elección general” en noviembre próximo, dijo Ryan.

Otros republicanos que lograron hacer preguntas directas a Trump, entre ellos el legislador neoyorquino, Chris Collins, también calificaron el encuentro como un paso constructivo para remendar la fractura de su partido.

Respecto al temor de que la retórica anti-inmigrante de Trump va a ahuyentar al electorado hispano, el legislador republicano por Nueva York, Peter King, dijo que Trump “se manejó bien” y ofreció una extensa respuesta, haciendo énfasis en el combate a la inmigración ilegal y en la urgencia de mejorar la creación de empleos.

Una visita de alta tensión

Pero la visita se vio opacada por el tenso intercambio entre Trump y varios senadores republicanos, que temen que su candidatura sea tóxica para sus propios esfuerzos de conseguir la reelección el próximo 8 de noviembre.

Fuentes republicanas que participaron en el encuentro confirmaron a la prensa que el intercambio más tenso ocurrió cuando Trump reprochó las críticas del senador por Arizona, Jeff Flake.

Flake no pertenece al movimiento “anti-Trump” pero sí ha dejado en claro su molestar por los comentarios de Trump hacia los inmigrantes, hacia un juez mexicoamericano  y contra el servicio militar de su colega de Arizona, el senador John McCain, que fue prisionero de guerra en Vietnam.

“Soy el otro senador de Arizona, el que no fue capturado, y quiero que hablemos de comentarios como ese”, dijo Flake, en alusión a la burla de Trump porque McCain fue capturado en el campo de batalla.

En su cuenta en Twitter, Trump no dio ningún asomo del tono de las reuniones en el Capitolio, y más bien dijo que fue “un día muy interesante” con gente que “ama a nuestro país”.

De hecho, Trump expresó confianza en que podrá ganar en estados que desde hace décadas pasaron a la columna demócrata, como Michigan, Oregon y Washington.

Pero está claro que la visita no logró apaciguar las dudas de varios legisladores republicanos, algunos de los cuales han decidido boicotear la convención en señal de protesta.

Una encuesta del Centro de Investigación Pew reflejó la escasa confianza de los conservadores de que Trump pueda forjar la unidad del partido.

Durante la visita, Trump se comprometió a incrementar la recaudación de fondos para campañas republicanas, pero también pidió expresamente el apoyo del líder de la mayoría republicana del Senado, Mitch McConnell, quien ha expresado escepticismo hacia el magnate empresarial.

Trump también se reunió con su otrora rival en la contienda republicana, el senador por Texas, Ted Cruz, cuyos antiguos partidarios forman parte del movimiento “#JamásTrump”.

Cruz, que no ha respaldado públicamente a Trump, dijo que la reunión fue “positiva y productiva”, tanto que aceptó su invitación para servir como uno de los oradores de la convención en Cleveland.

“Le dije que estaría muy contento de hacerlo”, manifestó Cruz, quien abandonó la contienda en parte por los constantes ataques de Trump en su contra.

Trump pudo contar con el respaldo de los senadores Bob Corker y Jeff Sessions, quienes lo defendieron por sus polémicas declaraciones sobre la estrella de David –un sagrado símbolo judío- y su reciente elogio del fallecido dictador iraquí, Sadam Hussein, por matar a terroristas.

Ambos destacaron que Trump es un hombre con “muchas sensibilidades” que los votantes irán conociendo en los próximos meses.

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