“Mi hijo asfixió a su hermana”: el lamento de los padres de la “Kim Kardashian” paquistaní
Qandeel Baloch fue asesinada en un crimen de honor
“Mi corazón nunca pudo sospechar que mi hijo podría hacerle esto a mi hija”, dice Anwar Azeem.
La madre de Qandeel Baloch, la joven paquistaní asesinada por su hermano hace unos días por “deshonrar” a su familia con sus publicaciones en internet, lamenta cómo acabó la vida de la joven de 26 años.
Azeem asegura en conversación con la BBC que la noche del asesinato, ella y su esposo fueron “drogados” por su hijo Waseem, el asesino confeso de su hermana.
“Mi esposo y yo nos quedamos profundamente dormidos. Habíamos tomado leche que estaba mezclada con sedantes”, explica.
“En la mañana llamé a Qandeel para el desayuno. Ella solía levantarse a tiempo todos los días, pero esa vez no se despertó”, agrega.
Cuando fue a averiguar qué le pasaba, la encontró tendida con un chal blanco cubriéndole la cabeza.
“Le quité el chal y toda su cara estaba cubierta de moretones. Su lengua estaba negra, sus labios estaban negros”, recuerda.
Waseem confesó que estranguló a su hermana, cuyo nombre real era Fauzia Azeem y era conocida en internet como Qandeel Baloch.
El padre de la joven, Muhammad Azeem, también dice que no percataron de lo que sucedía porque estaban “drogados”.
“Ella debió habernos estado llamando” para pedir ayuda, asegura el hombre.
“Decían que ella estaba perdida”
Aunque más de 500 personas mueren cada año en Pakistán a manos de familiares que dicen actuar por “honor”, el caso de Qandeel ha dado la vuelta al mundo.
Se consideraba a sí misma como una “feminista moderna”, y ganó gran popularidad por las fotos, videos y comentarios que hacía en sus redes sociales.
Sus publicaciones podrían ser las de cualquier chica occidental, pero las hacía en un país conservador y musulmán como Pakistán.
“Decían que ella estaba perdida”, dice Anwar Azeem sobre los comentarios que despertaba su hija en su localidad, Shah Saddardin.
La gente “instigaba” a los hermanos de Qandeel. “Envenenaron sus mentes”, considera.
Tras confesar que él fue quien la mató, Waseem Azeem dijo que no tenía ningún arrepentimiento pues “ella deshonró a nuestra familia”.
Crímenes de honor
El gobierno de la provincia de Punyab investiga el caso como un crimen contra el estado, lo que le impide que la familia de Qandeel pueda perdonar a Waseem.
Un vacío legal en Pakistán permite que los “crímenes de honor” puedan quedar sin castigo cuando la familia así lo considere.
Luego de este caso, un proyecto de ley será puesto en discusión en el Parlamento paquistaní para eliminar ese vacío legal que deja impunes este tipo de asesinatos.
Anwar Azeem asegura que tenía una excelente relación con su hija.
“Éramos madre e hija, compartíamos todas nuestras penas y secretos. Solía decirme ‘tu hija está trabajando duro, va a llegar lejos’, y yo le decía, ‘¿de verdad, Qandeel?’ Ve por tus metas y ten éxito”.