¿Qué hace que la gente cometa asesinatos masivos?
Las fuerzas de seguridad contraterrorista buscan definir y entender una serie de ataques recientes para evitar otros en el futuro
Ataques recientes como el asesinato masivo de Niza han borrado los límites entre los actos terroristas individuales y grupales.
Los cuatro ataques de la semana pasada en Alemania que ocurrieron poco después del asesinato masivo de 84 personas en Niza tienen a las fuerzas de seguridad contraterrorista luchando por encontrar un factor en común.
¿Existe alguna característica que compartan estos ataques que pueda ayudar a prevenir y evitar que sucedan en un futuro?
A simple vista, la respuesta parece ser que no.
Acusan a cinco por el ataque en Niza donde murieron 84 personas
El conductor del camión que perpetró el ataque en Niza tenía problemas psiquiátricos y arrebatos violentos, y sin embargo, tuvo la capacidad de esconder sus planes durante meses.
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El autodenominado Estado Islámico se adjudicó el asesinato masivo de Niza, tal como lo hizo con el ataque con un hacha por parte de un joven afgano en un tren en la ciudad alemana de Wurzburgo y la bomba suicida detonada por un sirio en un festival de música en Ansbach.
Sin embargo, el tiroteo en un centro comercial en Múnich por parte de un adolescente parecería tener más una motivación individual que política, relacionándose más con los ataques recientes en campus estadounidenses y menos con los actos terroristas mencionados.
De igual forma, los investigadores concluyeron que el asesinato de una mujer polaca con un machete por parte de un refugiado sirio en Reutlingen no tiene vínculos con el terrorismo.
“Un problema psiquiátrico”
Peter Aylward pasó gran parte de su carrera como detective en la Policía Metropolitana de Reino Unido y luego como psicoanalista forense en el Hospital Psiquiátrico de Broadmoor, Inglaterra.
En su opinión, es posible encontrar un hilo conductor entre estos ataques a través del pasado de los asesinos. Según Aylward, la clave está en los antecedentes disfuncionales de cada uno de ellos.
“Es un problema psiquiátrico”, dice. La planificación de ataques como los de Niza y Múnich, agrega, “indican trastornos de personalidad”: “Tal premeditación muestra un deseo de llevar a cabo una suerte de venganza y generar una gran sensación de terror”.
Pero, de ser así, ¿por qué hay tantas personas con trastornos psiquiátricos similares que jamás atacan a alguien?
“Al analizar la historia de esos atacantes”, dice Aylward, “lo que vemos es una especie de cerradura bloqueada con una contraseña: si se acierta a la secuencia correcta de números, entonces la cerradura se abre y un asesinato masivo se desata“.
Para Aylward es necesario trabajar mucho más en identificar las señales que conducen a este tipo de eventos antes de que sucedan.
El desafío para las agencias de inteligencia
El problema de los gobiernos y las agencias de inteligencia de Estados Unidos y Europa en sus intentos de frenar los asesinatos masivos por parte de “lobos solitarios” es que la salud mental no está dentro de su ámbito de competencias.
En una reunión reciente de las oficinas de contraterrorismo de Occidente realizada en Washington se concluyó que las agencias bien equipadas para confrontar organizaciones ideológicas como el Estado Islámico estaban mal preparadas para hacer frente a los individuos solitarios que cometen asesinatos masivos.
El desafío se vuelve todavía mayor cuando un individuo con trastornos mentales es reclutado por una organización terrorista, borrando las líneas entre la persona y el grupo.
Michael Hayden, exdirector de las agencias estadounidenses CIA y NSA, dice que el fenómeno “le permite a las personas verdaderamente trastornadas y peligrosas llegar a una causa más amplia que da sentido a su alienación”.
El concepto de organizaciones terroristas aprovechándose de personas perturbadas para promover sus objetivos no es algo nuevo.
Sin embargo, dada la gran cantidad de refugiados desplazados y la extensa duración de los conflictos en Siria, Irak y Afganistán, es probable que el patrón se repita.
Por eso, dice Aylward, es tan importante ayudar a proteger a los más vulnerables para que no sean explotados.
Siete días violentos
Una semana de ataques sangrientos azotó a Alemania, país que lideró el movimiento para aceptar a los sirios solicitantes de asilo. Hasta la fecha, sólo el primero de los cuatro atacantes tiene un vínculo probado con el Estado Islámico:
- 18 de julio:Un adolescente de Afganistán solicitante de asilo fue matado por la policía luego de que hiriera a cinco personas con un hacha en un tren en la ciudad de Wurzburgo. El Estado Islámico se adjudicó el ataque, publicando un video del atacante previo al incidente.
- 22 de julio: Un adolescente alemán de padres iraníes protagonizó un tiroteo en un centro comercial en Múnich, matando a 9 personas, antes de suicidarse. Las autoridades informaron que estaba obsesionado con los asesinatos masivos principalmente en colegios y que planificó el ataque por más de un año.
- 24 de julio: Un joven sirio solicitante de asilo fue arrestado en la ciudad de Reutlingen, luego de matar con un machete a una mujer polaca y herir a otras dos personas. La policía luego informó que era probable que se tratara de un “crimen pasional”.
- 24 de julio: Un hombre sirio que había solicitado el asilo en Alemania pero se lo habían negado se suicidó con explosivos en la puerta de ingreso de un festival de música en la ciudad de Ansbach, lesionando a otras 12 personas. La policía encontró un video en su casa donde juraba lealtad al autodenominado Estado Islámico.