Receta del día: Panecitos de Pretzel de Trigo y Miel
Te servirán para el desayuno de tus hijos o para una buena merienda
Estos panecillos de pretzel les darán un toque divertido a los almuerzos escolares. Rellénalos con queso, jamón, ensalada de atún, ensalada de huevo, etc. ¡A tu niño le encantarán!
Para 16 panecitos
Ingredientes:
3 cucharadas de miel
1 1/3 taza de leche entera caliente (aproximadamente a 110º F)
1 taza de agua caliente (aproximadamente a 110º F)
2 ¼ cucharaditas de levadura
2 cucharadas de mantequilla derretida
2 ½ tazas de harina común
2 ½ tazas de harina integral
1 ½ cucharaditas de sal Kósher
Huevo batido o leche para pincelar
Semillas de ajonjolí (opcional)
Sal para pretzels o sal marina gruesa para espolvorear (opcional)
Relleno de tu elección
Preparación:
Mezcla la leche, el agua, la levadura y la miel en una batidora eléctrica. Deja reposar de 5 a 10 minutos hasta que la mezcla se vuelva espumosa. Agrega mantequilla y deja a un lado.
Mezcla las harinas y la sal en un tazón grande.
Agrega lentamente la mezcla de harinas a la mezcla de leche y levadura con la batidora a velocidad mínima (con el accesorio tipo gancho) hasta que la preparación se despegue del fondo del tazón y se forme la masa. Amásala a velocidad mínima durante 3 a 5 minutos hasta que quede suave y flexible.
Coloca la masa en un tazón ligeramente engrasado. Cubre y deja crecer la masa por 2 horas a temperatura ambiente.
Espolvorea tu superficie de trabajo con un poco de harina y vacía la harina crecida sobre ella. Divide la masa en 16 partes. Para dar forma a los panecitos, moldea la masa sobre la superficie hasta que tenga forma redonda.
Coloca los panecitos en una charola para horno ligeramente engrasada, cubre y deja reposar durante 15 minutos.
Precalienta el horno a 425°F.
Pincela cada panecito generosamente con leche entera o huevo batido y luego espolvorea con semillas de ajonjolí y sal para pretzel, si lo deseas.
Hornea durante 20 minutos hasta que los panecitos se doren y estén cocidos por dentro. Retira del horno y colócalos sobre una rejilla para que se enfríen. Rellénalos o disfrútalos al natural.
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