México: elecciones pendientes

Se va formando el panorama para los comicios del 2018

Los mexicanos acudieron a las urnas para renovar cargos públicos.

Los mexicanos acudieron a las urnas para renovar cargos públicos. Crédito: Mario Guzmán | EFE

Los resultados de las elecciones en México pueden ser evaluados de maneras diferentes. La resonante derrota del PRI parece ser lo más remarcable de la jornada. Un signo inequívoco de la pérdida de confianza y contacto de ese partido y sus gobiernos con la ciudadanía. El desprestigio de gobiernos con graves acusaciones de corrupción como el caso de Veracruz, Chihuahua o Quintana Roo no pasó desapercibido al electorado. Para no hablar del problema de imagen y realidad de otras esferas que arrastra el gobierno federal.

Los resultados sientan las bases para las elecciones presidenciales del 2018. Todo puede cambiar en este tiempo, por supuesto, sin embargo los posicionamientos del PAN, por un lado, y de MORENA por otro, son innegables.

Las renuncias de los presidentes del PRD, Agustín Basave, y del PRI, Manlio Fabio Beltrones, aunque por diferente causas cada una de ellas, refrendan el estado de las cosas. Entre algunas de las voces de la comentocracia, se extiende el punto de vista de que la democracia en México está funcionando, pese a todo. Como extensión de ese mismo argumento, se aprueba a los partidos políticos en su papel de legítimos canales de expresión de la voluntad política de la ciudadanía.

Por supuesto, la función de castigar por medio de las urnas una mala gestión gubernamental es parte central de lo que entendemos por democracia. Y esto de alguna manera se cumplió. Sin embargo la alternancia no es el único elemento que conforma un sistema democrático. La democracia es mucho más que eso. La democracia implica una activa participación ciudadana, y no solamente asistir mecánicamente a las urnas cada 3 o 6 años a votar deseperanzadamente, como se ha hecho costumbre, “por el menos peor”.

En este sentido, un sentido más profundo, vemos que aún falta mucho para contar con un sistema genuinamente democrático que responda a los urgentes retos y las necesidades de un país como México. Se avanza, pero se avanza lento. Las estructuras están ahí, pero les falta el ánimo, el entusiasmo, la esperanza y la confianza de la gente. Son muchos los temas de atención en este rubro, desde la falta de transparencia en gastos de campaña y la compra de votos hasta el papel de los medios y los modelos de comunicación de los candidatos,

Un reto importante que habrán de enfrentar los nuevos gobernadores de los estados de Chihuahua, Veracruz y Quintana Roo es dar el seguimiento pertinente y puntual a las acusaciones de corrupción que enfrentan sus antecesores, investigando cada una de ellas con rigor y seriedad. El no hacerlo traerá un desprestigio y una falta de credibilidad automáticas a estos nuevos gobiernos. Es algo que la ciudadanía espera y por lo que votó. Ya se vieron las primeras explosiones sociales en Chihuahua en este sentido.

La opción de candidaturas independientes si bien no despegó con la fuerza con la que algunos esperaban, logró algunas posiciones, alguna de ellas de importancia como la alcaldía de Ciudad Juárez, además de 6 alcaldías más en el país. Vale la pena analizar con más calma esta opción, cuyo fortalecimiento puede representar una vía fresca y una alternativa real en el sistema político mexicano. Dependerá de la ciudadanía darle más fuerza y más peso a esta vía al poder.

Es ahí, en la fuerza de esa mujer o ese hombre que se decide, primero a pensar, y después a actuar diferente y sin miedo, en donde tendríamos que cifrar nuestras esperanzas para un cambio verdadero.

(Gaspar Orozco es escritor y diplomático de carrera. Ha sido Cónsul de Asuntos Comunitarios en Nueva York y Los Angeles, entre otros cargos)

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