Proponen que historia salarial sea… historia

La Defensora del Pueblo presentó una ley para prohibir que se pida información sobre salarios anteriores a un solicitante de empleo, y evitar así que eso se use para pagar menos a las mujeres

La igualdad de salario por el mismo empleo “es parte de los derechos humanos”. Letitia James, defensora del pueblo, no dejó este miércoles ninguna duda sobre cuál es su posición sobre la persistente diferencia de salarios entre hombres y mujeres en el país.

El pasado abril su oficina presentó un estudio que detallaba que las mujeres de la ciudad de Nueva York tienen unos salarios conjuntos de $5,800 millones menos que los hombres. Es algo que afecta desproporcionadamente a latinas, negras y asiáticas. Y ahora, James quiere acabar con ello.

La Defensora del Pueblo presentó este miércoles una propuesta de ley que llegará al Concejo Municipal la semana que viene y que prohíbe a los empleadores – públicos y privados-, pedir la historia salarial de solicitantes de empleo, o investigarla por otros medios, para usar esa información en la determinación de la compensación del candidato. Incluso si el solicitante al puesto hace mención voluntariamente de su historia salarial.

La propuesta de ley tiene el apoyo de los concejales Elizabeth Crowley, Laurie Cumbo, Julissa Ferreras, Brad Lander, Rafael Salamanca y Helen Rosenthal, y James se mostró confiada en poder contar con más apoyos para tener audiencias sobre la propuesta y negociaciones.

El objetivo es que la historia salarial no perpetue y multiplique las diferencias salariales que están documentadas por varias fuentes y que en el caso de la oficina de James apunta a que las mujeres blancas ganan 84 centavos por cada dólar que gana un hombre. En el caso de las latinas esta diferencia es un 54% mayor al ganar sólo 46 centavos por cada dólar. Aunque negras y asiáticas ganan mucho menos que las blancas, el informe de la Defensora del Pueblo apunta que las latinas son las que peor remuneradas están.

Acabar con el ciclo de la discriminación salarial exige muchos pasos, reconoció James en rueda de prensa pero “este es uno de los muchos pasos que hay que dar”. La Defensora explicó que “creemos que no preguntar por los salarios anteriores tendrá un efecto claro a la hora de acabar con esta discriminación salarial para las trabajadoras”, y agregó que “los salarios tienen que estar basados en una escala objetiva”.

Massachusetts dio el primer paso

La propuesta no es del todo novedosa porque hace unos días Massachusetts aprobó una ley para igualdad de salarios que entre otras cosas prohíbe a nivel estatal preguntar la historia salarial de los demandantes de empleo hasta que hacen una oferta de trabajo. La American Association of University Women (AAUW), sugirió en un reporte de septiembre del año pasado que una de las maneras de avanzar es establecer transparencia en los salarios. Entre las acciones a considerar figura la prohibición de represaliar o discriminar a empleados que hablen de sus salarios y la prohibición de pedir una historia salarial. Este grupo, además, cree que los empleadores deben dar publicidad a un rango salarial en los anuncios de empleo.

En este sentido, de momento, Nueva York solo tiene una ley para acabar con las represalias por hacer públicos los salarios.

Aleyamma Mathew, directora de justicia económica para la mujer en la Ms. Foundation for Women, aplaudió la presentación de esta ley porque da la oportunidad de romper un círculo vicioso salarial que afecta a las mujeres en general y en particular a las minorías.

La propuesta de ley, de ser aprobada, se incluirá en el código administrativo de la ciudad y se vigilará su cumplimiento como en el caso del resto de las posibles discriminaciones. “Es un derecho humano y se establecen multas y sanciones criminales en casos”, explicó la Defensora del Pueblo. Para James, “cuando se engaña” en el salario a una mujer también se perjudica su pensión del Seguro Social y no hace más que contribuir a la “feminización de la pobreza en nuestro país”. Un pago igualitario, explicaba “no solo es bueno para las mujeres sino para la economía, la ciudad y los negocios”.

Mike Aitken, vicepresidente de asuntos gubernamentales para la Sociedad de Gestores de Recursos Humanos (SHRM), comentó a El Diario que la historia salarial es una información que los empleadores tienen a la hora de diseñar un paquete de compensaciones pero no la única. “Los empleadores utilizan además factores geográficos, experiencia, etc…”. La historia salarial “es una parte del proceso para gestionar expectativas de los demandantes de empleo y en muchos casos ayuda a los demandantes de empleo a negociar una mejora sobre lo ofrecido por el empleador”, dijo.

“En SHRM apoyamos la igualdad de salarios para trabajos similares pero nos preocupa que se prohíba usar información para establecer una oferta de empleo”, indicó Aitken.

Un pulso desigual:

Según el informe de Letitia James presentado en abril,

  • Tener una licenciatura o posgrado solo cierra la brecha salarial modestamente en Nueva York.
  • La diferencia de salarios se amplía cuando las mujeres son mayores, con la vida laboral.
  • En el sector privado las mujeres están en mejor situación que las que trabajan para el gobierno municipal que sufren una brecha salarial tres veces mayor que las que trabajan en empresas.
  • Las latinas de NYC ganan un 54% menos que un hombre blanco, una diferencia más aguda que la registrada a nivel nacional.

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