Una gestora latina para propietarios en Nueva York

María Virginia Velázquez, vende viviendas en la ciudad y ese negocio le ha abierto las puertas a otro de cuidadoso manejo de estas propiedades

“Cuando llegué a Nueva York estaba tan perdida que tomaba un taxi para ir de la calle 21, en Chelsea, hasta Union Square porque no conocía nada de nada”. Lo dice ahora riéndose casi de sí misma porque 10 años después María Virginia Velázquez Sanclemente está perfectamente orientada. Y al mando de un negocio que demanda conocer sin fisuras la ciudad, sus procedimientos, sus gentes y sus peculiaridades legales y administrativas.

Le gusta dar los dos apellidos porque está muy ligada a su madre pero en su tarjeta como agente de bienes raíces de Douglas Elliman, una de las mayores empresas del sector del país, usa solo su primer nombre y el primer apellido para evitar confusiones en EEUU.

Nacida en Cali hace 33 años, esta mujer da la impresión de sentirse cómoda haciendo varias cosas a la vez sin perder el hilo de ninguna. Durante la entrevista con El Diario mira de reojo los mensajes que entran al teléfono, silencia las llamadas entrantes no sin antes dar la impresión de que toma nota mentalmente de ellas, o contesta una llamada de negocios mientras se termina de arreglar antes de atender a la fotógrafa.

Antes de  Nueva York, Velázquez vivió en Miami porque su familia había decidido mudarse a EEUU en un momento en el que la vida en Colombia era muy complicada. Primero con su padre, que fue presidente de un banco durante 20 años, y luego con su madre. Su madre, Margarita Sanclemente, montó una empresa inmobiliaria y es ahora una de las más reconocidas agentes de Miami.

Aunque ayudó a su madre en el negocio y aprendió de ella, Velázquez tenía su interés puesto en el mundo culinario y se asentó en Bogotá para ser la general manager de un conocido restaurante. Un día recibió la llamada de su madre, que confiaba en las buenas dotes de gestión y venta de su hija, diciendo que había una oportunidad de trabajo en Nueva York para ella. No lo pensó dos veces. Agarró su maleta y llegó a la ciudad de sus sueños para un trabajo de coordinadora de contratos en un condominio. “Lo primero que me dijeron es que me veían muy joven, muy chiquita”.

Pese a ello la contrataron inmediatamente. “Revisaba contratos, los cobraba, aseguraba que todo estuviera en orden, era una posición más administrativa que de ventas. Aprendí mucho de contratación, algo que me ayudó muchísimo después”. En esa posición estuve año y medio, luego sacó la licencia en bienes raíces y terminó haciendo ventas en el edificio antes de unirse a Douglas Elliman donde ahora trabaja en equipo con Michael Lorber, un broker que es además el hijo del presidente de esta inmobiliaria.

Aprendió deprisa dos cosas. Primero a vender, sobre todo apartamentos de lujo. En los últimos años ha cerrado contratos de propiedades que suman más de $200 millones. Y en segundo lugar a que había una oportunidad de negocio no solo en la venta de casas y apartamentos sino en la posventa. “Comprar un apartamento es muy intimidante y  me di cuenta que había un mercado muy grande para seguir y conectar el proceso de la posventa. Porque la venta se hace, se gana la comisión y se acaba, pero lo que es complicado y en lo que hay que ayudar mucho al cliente es en la posventa”, explica.

“Cuando la gente se muda de casa se necesita un seguro, certificados, reservar el elevador…. Los latinos estamos acostumbrados a que llamamos a alguien y hace todo. Aquí es distinto y aunque tengas plata no eres nadie si no tienes conexiones o no conoces los procedimientos, es difícil porque Nueva York se maneja de manera muy peculiar”, explica. “Todos son problemas, nadie te da una solución, y yo quise ser la solución. Quise encontrar la forma de que mis clientes, muchos de ellos extranjeros, se sintieran en confianza y que aunque no supieran el manejo de la posventa se sintieran tranquilos de que yo les iba a ayudar y no les iba a abandonar en el proceso”.

Así pues creó una empresa de gestión de propiedades, MVNY. “Se trata de una solución que se da a los que quieren invertir en propiedades por inversión, y viven en otro lugar, o quienes ocupan una casa y no quieren hacerse cargo de las eventualidades diarias como las obligaciones de pagos o arreglar cosas que se estropean”, explica. “Era un negocio muy vinculado a la venta. Es un servicio que va de la mano”.

Página web de los servicios de WWW.es.MVNY.com
Página web de los servicios de WWW.es.MVNY.com

“Empecé con un cliente que al comprar una propiedad me preguntó quién iba va a venir a auxiliarle si se dañaba la lavadora o para atender la administración del apartamento. Y dije, ¡yo!. Por hacer esa venta me ofrecí, pero luego me empezó a funcionar”.

A través de la empresa, que puso en marcha en 2009, Velázquez facilita tanto servicios legales como arreglos, limpiezas o servicios de concierge como peluquería, transporte, servicio de nanny… La mayor parte de los proveedores de estos servicios que MVNY canaliza son latinos. “Los latinos no solo somos muy buenos trabajadores sino que además hacemos un esfuerzo extra para marcar la diferencia”, afirma.

Maria Velazquez - DouglasElliman Real Estate salesperson. Foto Credito: Mariela Lombard / El Diario NY
Maria Virginia Velazquez dice que le sigue apasionando el mundo de la cocina y de hecho no solo la mayor parte de sus libros en casa son libros de recetas de todo el mundo sino que ademas explica que lo que más le relaja es cocinar./Mariela Lombard.

El hecho de hablar español, inglés (“con más acento que Sofía Vergara”, dice de buen humor) y entender por qué hay gente que está perdida en NYC (“porque yo lo estuve”) dice que le ayuda con muchos de sus clientes que son latinos (35% colombianos, 10% venezolanos, 3% mexicanos). Con todo, buena parte de su cartera es de clientes chinos (50%). Ella vuela a distintos países, y de hecho hace dos meses estuvo en Hong Kong, para vender propiedades en Nueva York.

El negocio lo empezó en su casa y lo hacía cuando acababa su trabajo vendiendo propiedades. Se dijo a sí misma que cuando tuviera 10 clientes contrataría a alguien. Hoy tiene más de 100 clientes, tres empleadas fijas y acaba de abrir una oficina en Wall Street. Hasta ahora ha tenido ganancias pero dice que este año estarán en equilibrio por la inversión en la oficina y el aumento de la mercadotecnia. No obstante, cuenta con duplicar su clientela en poco tiempo.

Estricto con el dinero

Los negocios y la gestión del dinero no son algo ajeno a la familia de María Virginia Velázquez. Su madre es empresaria en Miami y su padre fue presidente de un banco en Colombia. Ella recuerda que desde que era pequeña él era muy estricto con el dinero y aunque le daba una mesada de forma regular le obligaba a administrárselo para pagar sus caprichos, su teléfono, el gimnasio. “Hace poco me enseñó un contrato de préstamo de 2,000 pesos que teníamos escrito a mano de cuando era pequeña y en el que yo me comprometía a devolvérselo”.

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