Las enfermedades mentales son reales

Expertos afirman que los latinos siguen viéndolas como un estigma o tabú y son reacios a hablar de ellas o aceptarlas

Desde la muerte de su esposo hacer un par de años, quien  le dejó las heridas emocionales de un compañero machista, alcohólico y abusador, “Dominga” vive consumida en una profunda depresión que no quiere reconocer, pero que ha afectado a su hija, que es madre de dos pequeños con necesidades especiales, y a su hijo mayor, quien también sufre de depresión y una deshabilidad.

“Son una familia como para una película de terror. Todos viven en una misma casa que está que se cae de la mugre y el desorden que los tres adultos se niegan a recoger”, cuenta Yoli, una mexicana radicada en Corona, California, quien prefirió no revelar su apellido como tampoco el nombre real de su suegra.

“Ninguno, ninguno de los tres, y particularmente mi suegra, quiere reconocer que están enfermos, que necesitan ayuda para salir del problema mental que tienen para atender mejor a los dos chiquitos. Les he dicho que hagan algo, pero ellos me dicen que más bien la que está loca soy yo. Se niegan a reconocer su problema y a salir de él”.

La actitud ante las enfermedades mentales de quienes integran la familia política de Yoli, una housekeeper de profesión, es común en la mayoría de latinos.

Los latinos y las enfermedades mentales

“Las investigaciones siempre nos dicen que los latinos con problemas mentales tienden a negar la enfermedad y no acuden a los especialistas de la salud mental para tratarse”, señala el Dr. Steven López, especializado en psicología clínica.

De acuerdo con el investigador, esto se debe al estigma que los de esta comunidad tienen hacia las enfermedades mentales, la falta de información sobre los síntomas de éstas y la negación a reconocer que se experimentan los síntomas de una enfermedad grave.

Siempre hay una excusa para aceptar o reconocer los síntomas”, dice el galeno, que por más de tres décadas ha fungido como investigador y profesor de Psicología y Trabajo Social de Universidad del Sur de California (USC).

Por ejemplo, si un adulto manifiesta cambios bruscos en su personalidad, quienes lo rodean de inmediato piensan que se debe a problemas en el trabajo y, de tratarse de un adolescente,  dicen que se debe a su edad inmadura, pero nunca  les pasa por la cabeza que se trata de una enfermedad mental grave, como lo son el trastorno bipolar, la depresión maniática o la esquizofrenia, explica el experto.

Resalta que esta manera de pensar, ya sea por desconocimiento o la actitud negligente, pone a los latinos en una situación de desventaja ante la misma enfermedad al no recibir los tratamientos y servicios de salud indicados, especialmente cuando se trata  de un asunto mental grave,  combinado con el uso de drogas.

Las enfermedades mentales graves se pueden tratar y entre más temprano se reciban los servicios de salud se disminuye la carga sintomática de estas en los pacientes y sus familias”, resalta el Dr. López. “Los síntomas no tienen porqué desarrollarse tanto ni ser tan severos cuando se pueden minimizar y controlar con el tratamiento adecuado”.

Campaña educativa

Y para alertar ampliamente a la comunidad latina sobre la pronta detección y los tratamientos de las enfermedades mentales, el galeno pone en relieve el llamado que desde septiembre del año pasado está haciendo la campaña La CLAVE de la USC, que él y su esposa Leticia diseñaron para educar y servir a los latinos del Valle San Fernando y la zona norte de Los Ángeles, así como para ofrecer conferencias sobre el tema en todo el país.

Al tomar conciencia del mensaje de cada una de las letras de este acrónimo, el investigador asegura que se logra identificar las señales de las enfermedades mentales en uno mismo y los seres queridos. A continuación el significado de cada palabra:

C- Creencias falsas o ideas delirantes.

L- Lenguaje desorganizado.

A-  Alucinaciones.

V- Ver cosas que otros no ven.

E- Escuchar sonidos o voces que otros no escuchan.

Rompiendo el mito

Matthew Shapiro, coordinador de participación pública en la división de la Alianza Nacional de Enfermedades Mentales (NAMI) en Nueva York, asegura que con este tipo de campañas y los servicios que su organización no lucrativa está ofreciendo se busca romper el mito tan marcado que existe entre los latinos frente a las afecciones mentales.

“Los latinos, más que otros grupos, son reacios a hablar sobre las enfermedades mentales. Las ven como una  debilidad”, asegura Shapiro. “Por eso nuestra organización cuenta con programas de base en español para educar a los padres sobre sus síntomas para que las identifiquen tempranamente en sus hijos y les den un pronto tratamiento”.

Recursos

  • La CLAVE: UseLaClave.com

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