Crónicas mexicanas: plagia y serás presidente
Una más, pues, de Peña Nieto
Peña Nieto plagió más de la cuarta parte de su tesis universitaria. Esto, según una investigación periodística revelada por el portal Aristegui Noticias el pasado domingo 21 titulada “De plagiador a presidente”. El reportaje expuso que, quién ocupa la Presidencia de México, plagió –o sea, se robó–, al menos 197 párrafos de la tesis con la cual se graduó de la Licenciatura en Derecho por la Universidad Panamericana; 20 de ellos, copiados íntegros de un libro del ex presidente mexicano Miguel de la Madrid. Al respecto, la vocería del Gobierno respondió diciendo que las pifias del Presidente fueron “errores de estilo”. Por su parte, quien fuera el asesor del entonces estudiante de derecho Peña Nieto, Alfonso Guerrero Martínez –actual magistrado del Poder Judicial de la Ciudad de México–, rechazó una deshonestidad y minimizó las faltas a meros “errores de imprenta”.
Una más, pues, de Peña Nieto. Pero no en balde, ya que me da la oportunidad de condicionar a mis alumnos y alumnas a que no plagien sus propias tesis, so pena de convertirse en Presidente de México.
Como profesor de Filosofía y Comunicación, es mi materia cuestionarles sobre las implicaciones éticas de cualquier fenómeno mediático. ¿Se trata de un robo intelectual o de un burdo error?, les pregunté, a lo que la mayoría en clase respondió que Peña Nieto había cometido un fraude. Sólo una de mis alumnas defendió al Presidente: “¿O sea que, si no le pongo comillas a un texto, me pueden acusar de plagio?”, cuestionó. Por supuesto, le respondí. A lo que ella contestó: “¡Pero imagínese cuantas tesis están hechas así!”. Su triste respuesta se pareció mucho a la que dijo el igualmente triste #LordAudi, un tipo bautizado así en twitter al ser exhibido en la Ciudad de México agrediendo a un ciclista, destrozándole la bicicleta y amenazándolo con un bóxer. Para quedar en impunidad, el agresor se justificó a sí mismo ante un policía: “Es México, wey, capta”.
Sobre tal laxidad moral, es igualmente penoso reconocer que, sobre las experiencias de una larga lista de “errores” de Peña Nieto que han quedado impunes, no hay razón para imaginar que el Presidente asumirá, esta vez, la responsabilidad de lo que hizo. Sobre una premisa: Plagiar una tesis, como acto de deshonestidad, le valdría renunciar al cargo. Pero en eso radica precisamente el problema: EPN no lo hará. Goza de la protección de un sistema de poder donde la ley fue plagiada por la impunidad. Lo hizo #LordAudi y lo hace el Presidente, porque: Es México, wey.
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