Trump tendría un grave problema latino y afroamericano en estados competitivos

Su bajo margen de aprobación entre latinos y afroamericanos es problemático para Trump, particularmente en estados que definitivamente necesita ganar, como Florida y Carolina del Norte.

No es casualidad que la campaña del republicano Donald Trump está empeñada en mostrar su interés por el voto de las minorías raciales ahora que faltan pocas semanas para las elecciones generales del 8 de noviembre: su enorme déficit en la intención de voto de latinos y afroamericanos amenazan con hacerle perder el gran premio presidencial.

Los sondeos muestran que Trump no encuentra prácticamente ningún eco entre los votantes afroamericanos del país que, aunque son tradicional y abrumadoramente demócratas, están más opuestos a este candidato en particular que a todos los demás en la historia reciente del país. En estos momentos, el arrastre del magnate entre estos votantes está entre el 5 al 8%.   

En 2012, Mitt Romney obtuvo 6% entre los afroamericanos, pero este se enfrentaba a Barack Obama, el primer presidente afroamericano de la historia. McCain obtuvo 4% en 2008 también contra Obama. A Bush le fue un poco mejor en 2004, con 11% el voto afroamericano en su segunda reelección.

Con los latinos pasa más de lo mismo, con el agravante para Trump de que el voto latino tiene una más alta concentración en los estados que más importa ganar este 8 de noviembre, donde la competencia es cerrada y difícil: Florida, Carolina del Norte, Ohio, por poner los ejemplos más importantes.

En encuestas nacionales, Trump alcanza un 22% del voto latino, una cifra entre las más bajas obtenidas por candidatos republicanos en la historia reciente y que podría ser aún menor si este noviembre aumenta la cantidad de nuevos votantes y votantes inmigrantes.

Definitivamente, el rey de las grandes torres doradas tiene un serio problema con los latinos y los afroamericanos, señalan los expertos. Un problema que en noviembre podría significar una derrota aún más sonora que la que sufrieron John McCain en 2008 y Mitt Romney en 2012 contra Barack Obama.

“Yo diría que es un problema serio”, dijo Heather Silber Mohamed, politóloga de Clark University en Massachussets. “Hemos visto encuestas de latinos en las que las tres cuartas partes de ellos ven a Trump como una fuerza hostil en su contra y contra otras minorías. Al mismo tiempo, vemos un mayor entusiasmo en particular, probablemente por la misma razón: un 46% de los votantes latinos dice que está más entusiasmado que en 2012”.

Movilizar a los latinos nunca ha sido una tarea fácil, debido a que estos tienden a votar en proporción menor a otros grupos. Pero quizá no sea tan difícil este año. En Florida, el eterno estado en disputa de las contiendas presidenciales, el voto hispano ha crecido con rapidez desde la última elección presidencial.

Las cifras no mienten: desde 2012, se han registrado 436,000 votantes, y sólo 24% son blancos no hispanos, mientras que el 76% es hispano. Y aunque estos aún son únicamente el 15.4% del voto total en Florida, la ventaja de Clinton en esta población es tan  pronunciada (entre 60 y 70% dependiendo de la encuesta), que podrían inclinar la balanza del estado.

Entretanto, grupos progresistas cercanos a la campaña demócrata de Hillary Clinton, anunciaron este jueves que invertirán en una campaña de radio bilingüe en Arizona, Florida y Carolina del Norte, con “spots” en los que se enfatiza la “amenaza que significaría para los latinos” el elegir a Donald Trump como presidente.

“Me da miedo Donald Trump mamá”, dice un niño, hablando en inglés, en uno de los comerciales, impulado por el grupo People for the American Way. “¿Vas a votar contra él verdad?”  La misma campaña incluirá promoción pagada por twitter en esos mismos estados.

En Florida, la combinación del voto latino con el afroamericano es poderosa, y más aún este año, dijo Sylvia Manzano, politóloga y directora de la encuestadora Latino Decisions.

Hay estados, sin embargo, que están tan competitivos que el voto latino, por pequeño que sea, puede importar, dijo Manzano. Ohio es uno de ellos, indicó.

“Hay 200,000 votantes latinos registrados en Ohio, si 75% vota por Clinton, Trump pierde”, apuntó la experta. Latino Decisions está realizando una encuesta de latinos en estados competitivos que será publicada la semana que viene. Es allí donde se verá el verdadero impacto del tono agresivo de Trump hacia los mexicanos y los inmigrantes.

Ese temor a Trump, más que el entusiasmo por los demócratas o por Hillary Clinton, puede movilizar a los latinos en estados donde los demócratas han ganado anteriormente por poco margen o incluso, en estados donde anteriormente han perdido.

Clinton está invirtiendo recursos en atraer el voto latino en estados donde los demócratas normalmente no se esfuerzan demasiado por ese grupo en particular porque saben que es un segmento pequeño de la población, pero este año han estado presentes en Georgia, Carolina del Norte y Pennsylvania.

En Carolina del Norte, la competencia está cerrada, pero una combinación de votos afroamericanos, latinos y blancos con educación universitaria sería la fórmula para darle el estado a Hillary Clinton. Es por eso que mientras Clinton se enfoca en movilizar a esos votantes, Trump ha estado utilizando un comercial muy anti inmigrante entre los votantes de ese estado. 

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