Stringer pide triplicar el EITC por parte de la ciudad de NY

Actualmente este programa antipobreza reembolsa un 5% del crédito federal

El contralor de la ciudad, Scott Stringer, quiere aumentar la contribución de la ciudad de Nueva York a uno de los programas más eficientes en la lucha contra la pobreza. Se trata del EITC o Crédito Fiscal por Ingresos del Trabajo, una cantidad que las administraciones reembolsan a las personas que presentan sus impuestos con un número del seguro social.

Además de la devolución federal que es de un máximo anual de $6,242  y un mínimo de $503, el estado de Nueva York concede un crédito equivalente al 30% del EITC federal y la ciudad otro que es el 5% del concedido por el IRS.

La propuesta de Stringer es que la aportación de la ciudad llegue al 15% del EITC federal lo cual requeriría un cambio en la ley estatal además de una acción concreta por parte de la ciudad. Los cálculos del contralor apuntan a que esta subida sacaría de la pobreza a unas 15,000 familias además de poner en circulación millones de dólares en la economía de la ciudad lo que a su vez crea riqueza al estimular la economía con una mayor demanda. Con ello “se ayuda a un millón de niños y dos millones de adultos que viven con medios cercanos a la pobreza”, explicaba en un comunicado el contralor.

Las matemáticas de este aumento suponen que el máximo que pague la ciudad será $627 y como promedio los receptores de este crédito fiscal pueden ver su reembolso subir de $110 a $330 anualmente. Es algo que inyectaría unos $200 millones más de capacidad de gasto en la economía.

Stringer argumenta que el aumento del EITC por parte de la ciudad es una necesidad real porque 20% de su población viven bajo el umbral de la pobreza pero este porcentaje es mucho mayor en vecindarios como Mott Haven o Hunts Points en El Bronx. El contralor explicaba en su razonamiento que un reciente reporte de la Universidad de Columbia señalaba que el 60% de los hogares de la ciudad tienen problemas a la hora de pagar el alquiler, hacer todas las comidas y además poder hacer frente a los gastos médicos.

Según un reciente informe del Food Bank de Nueva York la inseguridad alimentaria (es decir, la posibilidad de pasar hambre) ha descendido en algunos condados pero en otros, donde se han vivido años de incremento de riqueza como en Brooklyn, ha aumentado un 8.7% entre 2009 y 2014.

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