Siete grandes fiascos tecnológicos (además del Samsung Galaxy Note 7)
Los fracasos estrepitosos son algo común en la industria de la tecnología
Uno de los mandamientos del emprendimiento en Sillicon Valley es que hay que saber aceptar los fracasos y aprender de ellos. El lema “Fail fast, fail often” (fracasa rápido, fracasa mucho) no deja lugar a dudas.
Y Samsung lo acaba de poner a prueba con el lanzamiento de su último teléfono, el Galaxy Note 7, que ha decidido dejar de vender y fabricar.
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Pero en la historia ha habido muchos otras decepciones tecnológicas, más o menos sonadas. Hacemos un repaso a algunas de ellas y te contamos por qué no funcionaron.
Zune de Microsoft
Algunos analistas dicen que fue un fracaso anunciado. En su día, las críticas fueron feroces.
“La experiencia general es tan agradable como un airbag explotando en tu cara. ‘Evitar’ es mi recomendación general. […] Es un producto tan absurdo y tan inmune al éxito que evoca algo parecido a un sentimiento de compasión“.
Fueron algunas de las palabras que el Chicago Sun-Times le dedicó a Zune, el reproductor multimedia de Microsoft, poco después de su lanzamiento en Estados Unidos (el único mercado en el que se probó), a fines de 2006.
Robbie Bach, el ejecutivo de Microsoft a cargo de la división que lo desarrolló, lo definió años más tarde como “un error”, el cual achacó a una mala estrategia de marketing y al dominio de la industria musical por parte de Apple.
Ciertamente, el dispositivo con el que la compañía de Bill Gates quería competir contra el iPod fue un desastre en ventas. Y en 2011 lo enterró por completo, anunciando que abandonaba su fabricación.
Google Wave
Otro ejemplo de desastre tecnológico es Google Wave que, según la propia compañía, “no tuvo la adopción esperada por parte de los usuarios”.
La herramienta de colaboración que Google lanzó en 2009 con la idea de “revolucionar la forma en la que nos comunicamos” apenas tardó un año en desaparecer.
Tal vez la manera en que el gigante tecnológico comercializó su servicio no fue la más adecuada, pues algunos pensaron que era exclusivo de quienes tuvieran ciertos conocimientos tecnológicos.
Otros dicen que el concepto era demasiado complicado: la colaboración entre usuarios a través de mensajes instantáneos, documentos, dibujos, calendarios o listas de tarea, creando diferentes “ondas” de interacción.
Y es que las redes sociales son mucho más simples y fáciles de utilizar…. O tal vez ya nos hemos acostumbrado a ellas.
Mac Cube
A pesar de la historia de éxitos de Apple, la marca de la manzana mordida también cuenta con algún que otro fracaso en su historial.
Uno de los más sonados fue el Power Mac G4 Cube (2000-2001), que nunca contó con el favor del público al que iba destinado, profesionales de internet y diseñadores.
Esta computadora solo tuvo un año de vida y, aunque aportó numerosos premios (y popularidad) a su creador, Jonathan Ive, por su maravilloso diseño -y hoy día se exhibe en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMa)- acabó convirtiéndose en un fiasco empresarial.
Su precio, por encima de los $1,500, pudo ser una de las razones.
Virtual Boy de Nintendo
Tal y como explican desde el blog tecnológico Xataka, Virtual Boy fue la “consola maldita” de Nintendo.
“Aquel lanzamiento demostró que las grandes (empresas tecnológicas) también podían equivocarse“, dicen los especialistas.
Podría decirse que Virtual Boy fue el fracaso por excelencia de la compañía japonesa. De hecho, la revista Time lo calificó como “uno de los peores inventos de la historia”.
Dos décadas más tarde de su lanzamiento, es un objeto de coleccionistas.
Sin duda, la empresa de videojuegos se adelantó a su tiempo ideando un dispositivo de realidad virtual para un mercado que todavía no estaba preparado, con una tecnología extraña y un diseño incómodo que provocaba, literalmente, dolor de cabeza.
Hoy, algunos tratan de resucitarlo gracias a las gafas de realidad virtual de otros gigantes tecnológicos, como las Google Cardboard. ¿Lo lograrán?
Los discos Zip
Otro gran fracaso fueron las unidades Zip, unos dispositivos de almacenamiento que salieron a la venta en la década de 1990 para sustituir a los disquetes de 3,5.
Pero su precio era alto, tenían demasiados fallos -como los ruidos que producían los cabezales al desalinearse (el “clic de la muerte”)- y acabaron desapareciendo y quedando obsoletos.
Muchos usuarios se quejaron, pero sus fabricantes (Iomega) dijeron que el problema se debía al mal uso de sus dueños. Al final, la memoria USB –más reducida, práctica y, sobre todo, económica– la desbancó por completo.
El MiniDisc de Sony
Fue uno de esos productos innovadores que nunca terminaron de despegar y que pasó a la historia como el intento de Sony de pasar a formato digital las cintas de cassette y de competir contra el CD y más adelante el DVD.
Efectivamente, el MiniDisc de Sony no tuvo el éxito esperado, pese a que permitía grabar 80 minutos de música e incluso borrar y volver a grabar. Sólo triunfó en Japón, pero tuvo grandes problemas de comercialización en otras partes del mundo.
En primer lugar, no era fácil encontrar dispositivos compatibles. Y tampoco ayudó que se lanzaran muy poco discos en ese formato. Pero, aunque no llegó a triunfar entre el público, algunos periodistas lo siguen usando.
Sega Dreamcast
Cerramos nuestra lista de fracasos tecnológicos con el tristemente incomprendido Sega Dreamcast, una buena consola con buenos juegos que tuvo muchas ventas en sus inicios, pero murió rápidamente.
Fue una de las máquinas de videojuegos más avanzadas, que marcó un antes y un después cuando salió a la venta, a fines de los 90.
Pero estuvo condenada desde sus primeros días, al salir al mercado sin ningún juego de EA Sports debido a un desacuerdo empresarial. Y empezó a perder fuerza cuando su competencia (Nintendo, Microsoft y Sony) comenzó a generar más ruido.
Al final, la Xbox y la Playstation la dejaron fuera del mercado en poco más de un año y medio.