Editorial: Intimidación al votante

El argumento de la posibilidad de un fraude electoral, que prácticamente no existe, está arraigado en la genética de los republicanos para desalentar el voto de las minorías que suelen ser demócratas.

En esta elección presidencial hay una inusual tensión por lo que puede pasar el próximo martes. Lo natural es la expectativa de quién ganará en unos comicios que cada vez parecen más disputados, lo nuevo es la inquietud de que haya amenazas, intimidación y obstrucción en contra de los votantes latinos y afroamericanos.

En este año se mezclan algunos factores que crean esta posibilidad. Por un lado, la Corte Suprema de Justicia eliminó en 2013 una parte importante de la Ley de Derechos del Votante que establecía una supervisión federal, diciendo que “nuestro país ha cambiado”. Por el otro, el mensaje del candidato republicano, Donald Trump, de que las elecciones están arregladas, que hay un diseminado fraude electoral y el llamado a sus seguidores a ir a vigilar quién vota en las casillas electorales.

Lo que se anticipa es que habrá seguidores de Trump en algunas casillas electorales que hostigarán a los votantes latinos, especialmente inmigrantes naturalizados, por la mentira del fraude con los votantes indocumentados. Al mismo tiempo, grupos supremacistas y neonazis se preparan para obstaculizar el voto de los afroamericanos.

El argumento de la posibilidad de un fraude electoral, que prácticamente no existe, está arraigado en la genética de los republicanos para desalentar el voto de las minorías que suelen ser demócratas. En el pasado abundan los casos de intimidación con guardias amenazantes en los centros de votación.

Este año se manifiesta también en las nuevas leyes electorales aprobadas en varios Estados de mayoría republicana aprovechando el fallo de la Corte Suprema de Justicia que diluye la defensa del votante de minorías.

Carolina del Norte es el mejor ejemplo. Allí se redujeron las horas para votar por adelantado en tres condados con altos porcentajes de votantes afroamericanos y se redujeron en 17 condados el número de casillas, uno de ellos pasó de 16 a 1. Ese es el motivo que hoy haya bajado la asistencia a votar en persona, especialmente de los afroamericanos, de 21,560 votos en los dos primeros dos días del 2012 a solo 3,295 este año. Una caída del 85%.

Hoy ya se está obstaculizando el voto de las minorías.

El mensaje de Trump de que si pierde es con fraude junto a sus enardecidos seguidores, motivados por un mensaje nativista y racistas, que quieren decidir quién puede votar, es una bomba de tiempo que esperamos que no estalle el martes.

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