Lanzan campaña contra el asma infantil en Nueva York

Autoridades de Salud de la Gran Manzana buscan educar a los padres sobre esta enfermedad crónica

La campaña educativa sobre el asma, que se disfundirá en algunas estaciones de autobuses también está en español.

La campaña educativa sobre el asma, que se disfundirá en algunas estaciones de autobuses también está en español. Crédito: DOHMH

El Departamento de Salud de la ciudad de Nueva York (DOHMH) lanzó este jueves una campaña educativa para que los padres neoyorquinos, principalmente los latinos y afroamericanos, aprendan a controlar el asma de sus hijos.

La campaña les recuerda a los papás que, aunque no existe una cura para esta enfermedad pulmoar crónica, la misma se puede controlar y manejar  diariamente y los infantes pueden vivir vidas saludables y activas.

El asma sigue siendo una de las principales causantes de ausentismo escolar en la Gran Manzana, donde 84,000 niños hasta los 12 años (6.1%) están afectados por esta enfermedad. Se estima además que los ataques de asma son los causantes de 42,000 visitas infantiles a las salas de emergencia y de 7,000 hospitalizaciones cada año en Nueva York y en muchos de los casos esto puede ser fatal.

Según datos del DOHMH, los niños de origen hispanos son los más afectados por el asma (9.8%), seguidos de los menores afroamericanos (6.9%). Y los condados de El Bronx y Manhattan (específicamente en el East Harlem) son los que tienen más casos con 8.1 y 7.4% respectivamente.

El doctor George Askew,  comisionado adjunto de la División de Salud de la Familia y del Niño del DOHMH,  indicó que la campaña le pide a los padres que trabajen junto al médico de su hijo, así como con el personal de la escuela a donde asiste el mismo,  los cuidadores infantiles y las niñeras, para crear un plan diario que les ayude a manejar la enfermedad del niño incluyendo la administración de medicinas.

“Los padres deben asegurarse de entregar cada año a la escuela un formulario con la información sobre la administración de la medicina de su hijo asmático (Asthma Medication Administration Form, MAF), eso sumamente importante”, dijo el médico.

Además, aseguró Askew, la campaña tambié les enseña a los padres cómo evitar los factores ambientales que provocan ataques o empeoran los síntomas que les impiden a los pequeñitos enfermos respirar normalmente.

Según explicó el doctor, los niños más afectados por el asma son los que viven en vecindarios pobres y contaminados, que están expuestos a factores de riesgo múltiples y a una combinación de influencias genéticas y ambientales.  “Si ves la distribución (geográfica) de dónde vive la gente, es muy claro que tenemos un número significativo de niños latinos viviendo en la pobreza y en áreas de bajos ingresos, lo que en sí mismo los pone en alto riesgo de enfermedades como el asma”, aseguró el galeno.

“También, los niños que tienen historia familiar de alergias y asma, los que han sido expuestos al tabaco antes y después de nacer y los que nacen con poco peso están en mayor riesgo”, dijo.

Por esta razón, Askew aconsejó específicamente a los padres latinos que aprendan sobre lo serio y peligroso que el asma puede llegar a ser. “Algunos niños necesitan medicinas diarias y los padres deben hablar con sus médicos sobre si sus hijos deben tomar una medicina todos los días debido a la severidad de su asma y para prevenir que sufran ataques”.

La campaña, con el lema “El asma de su hijo siempre está allí, incluso cuando parece estar perfectamente bien”, será difundida en las estaciones de autobuses del Alto Manhattan, El Bronx y Central Brooklyn, que son los vecindarios que tienen las tasas más altas de hospitalizaciones y visitas a las salas de emergencia  por esta enfermedad en la ciudad.

Para mayor información sobre cómo manejar el asma de su hijo y para obtener la forma MAF que deben entregarle a la enfermera escolar cada año, puede visitar la página: nyc.gov/health/asthma o llame al teléfono 311.

En esta nota

asma Brooklyn El Bronx niños NYC Salud
Contenido Patrocinado
Enlaces patrocinados por Outbrain