“La Hillary” daría un salto para el movimiento feminista

Ninguna mujer había llegado tan lejos en el proceso electoral de los Estados Unidos

NUEVA YORK.- Si la demócrata Hillary Clinton gana hoy, como apuntan las encuestas, no sólo hará historia como la primera mujer presidenta de EEUU sino que dará alas al movimiento feminista nacional, que durante décadas ha liderado una lucha por la igualdad de las mujeres en el trabajo, en la educación, y en la política.

Es su segundo y probablemente último intento por llegar a la Casa Blanca, después de que en 2008 perdió la contienda por la nominación presidencial frente al entonces senador demócrata de Illinois, Barack Obama.

Clinton, de 69 años, cultivó su pasión por la política desde temprana edad, trabajando de adolescente para la primera y fallida campaña presidencial del republicano Richard Nixon, en 1960.

Su largo y complejo camino a la Casa Blanca la llevó a pasarse al Partido Demócrata, a marchar por los derechos civiles, y trabajar en defensa de los niños y las mujeres.

Durante la contienda este año, Clinton ha enarbolado nuevamente la causa de las mujeres que, pese a sus logros, aún afrontan desigualdad salarial, discriminación, y una menor representación en la vida política del país.

Las mujeres, de ambos partidos, conforman el 19,4% de ambas cámaras del Congreso -84 en la Cámara de Representantes y 104 en el Senado- y es sabido que las mujeres ganan 80 centavos por cada dólar que gana el hombre por el mismo trabajo y mismo nivel de capacitación.

Un momento histórico

Estrategas demócratas consultados hoy por este diario coincidieron en que, gane o pierda Clinton esta noche, nunca antes una mujer había logrado representar a uno de los principales partidos políticos como candidata presidencial, y eso en sí es un importante logro.

“Esta elección marca un hito en la historia del país, ya que por primera vez una mujer tiene la posibilidad real de llegar a la Casa Blanca. Este logro histórico abrirá la puerta a otras mujeres, no sólo en la política sino en otros ámbitos, mostrando que es posible alcanzar nuestras metas” con dedicación y preparación, dijo Melisa Díaz.

“Las niñas y jóvenes verán que con persistencia y trabajo arduo pueden alcanzar sus sueños. Es el comienzo de una nueva era”, aseguró Díaz.

Por su parte, José Fernández, subsecretario de Estado para Asuntos Económicos entre 2009 y 2013, consideró que el país asiste a un momento de “orgullo nacional”.

“En esta contienda tuvimos a un candidato, Donald Trump, que insulta a las mujeres y alentó a aquellos pocos que jamás iba a aceptar a una mujer. Deberíamos sentirnos orgullosos de que el pueblo norteamericano está dispuesto a votar por una mujer, aunque esto va más allá de eso… porque todavía hay muchos obstáculos: la mujer gana menos que el hombre, no tiene licencia con pago para cuidar a sus hijos”, observó Fernández.

“Esto nos da esperanza pero no es el fin de la batalla por la igualdad”, enfatizó.

Que una mujer llegue a la cima del poder en algún lugar del mundo es la excepción que confirma la regla: aunque el número de mujeres líderes se ha más que duplicado desde 2005, sólo 63 de 142 naciones analizadas en un informe del Foro Económico Mundial tuvieron a mujeres como presidentas o jefes de Estado entre 1964 y 2014.

Estados Unidos ha ido a la zaga incluso de países en vías de desarrollo, como India, Chile o Argentina, en tener mujeres presidentas.

De hecho, según el ranking mundial de países en el tema de igualdad de género que realizó el Foro en 2014, Nicaragua ocupó un mayor rango, el puesto número 6, que Estados Unidos, que ocupó el número 20.

Tanto en las votaciones anticipadas como en la última  jornada electoral de hoy, imágenes de televisión y fotos en redes sociales mostraban largas colas, en las que  madres e hijas y abuelas y nietas acudían en parejas a las urnas.

Otras mujeres han acudido a las urnas vestidas de blanco, en particular de traje y pantalón al estilo de Clinton, porque es el color asociado con el movimiento a comienzos del siglo pasado por lograr el derecho al voto para las mujeres. La etiqueta “#wearwhitetovote” (“visteblancoparavotar”) se convirtió en viral en Twitter.

Coincidencia o no, fue también el color que usó Clinton el último día de la convención nacional en Filadelfia (Pensilvania) que la coronó como candidata presidencial, y durante el último debate presidencial en Las Vegas (Nevada) el mes pasado.

Honores a una heroína

Pero, 96 años después de que las mujeres lograron el derecho al voto en EEUU, quizá la imagen con mayor carga simbólica para la campaña de Clinton y sus seguidores es la de largas colas en Rochester (Nueva York) para depositar calcomanías de “Yo voté” en la tumba de Susan B. Anthony (1820-1906), quintesencia del movimiento feminista en su día.

Anthony fue una militante feminista de Rochester que lideró el movimiento a favor de la 19 Enmienda que consagró el derecho al voto para las mujeres.

Aquí parte de la historia de Clinton en imágenes.

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