Padre e hijo, compañeros de equipo
Lo sucedido con Christian Giménez y su hijo, hace repasar otros extraños casos en los que dos generaciones comparten tiempo y equipo en un campo de juego
La historia del fútbol está llena de lazos familiares. No es extraño que padre e hijo hayan compartido la pasión por una misma actividad y hayan hecho carrera pateando un balón. Lo que no es nada habitual, es que ambos lo hayan hecho contemporáneamente, como sucedió nuevamente este domingo, en el insípido amistoso en Houston entre Pumas y Cruz Azul, al que salvará del olvido lo sucedido con los Giménez. El padre, Christian, de 35 años, coincidió con su hijo, Santiago, de 15 años, al que Joaquín Moreno decidió subir al primer equipo.
Algo similar sucedió no hace mucho, el 28 de diciembre de 2013 para ser precisos, en un amistoso en Carson, California, en el que Tijuana y América empataron a tres tantos. Fernando Arce Ruiz, de 33 años, fue sustituido por Fernando David Arce Juárez, de 17 años. Padre e hijo no coincidieron en un mismo partido, pero aparecen en el acta del encuentro, que gracias a esa anécdota suele ser recordado.
Sigue siendo una historia singular que padre e hijo compartan equipo y hasta coincidan en un campo de juego, pero en el fútbol profesional se registran varios de estos casos.
Tal vez, el más increíble, al no coincidir solo en un partido amistoso o de Liga, sino en uno clasificatorio a una Copa del Mundo, ha sido el de los islandeses Arnor Gudjohnsen y su hijo Eidur, quienes experimentaron una situación idéntica a la de los Arce, el 24 de abril de 1996, enfrentando a Estonia. Ese día, el volante de 34 años, ya viviendo el cierre de su carrera, salió del campo y fue sustituido por su hijo, que tenía 17 años, y hoy se mantiene en activo con el Brujas de Bélgica, tras haber jugado, incluso, en el FC Barcelona.
En 2008, se vivieron historias parecidas en dos países sudamericanos. En Uruguay, el delantero Carlos María Morales (38 años), quien jugó en México para equipos como Toluca, Atlas, Pachuca y Tecos, se dio el lujo de jugar junto a su hijo, Juan Manuel, de 19 años, el 24 de agosto de ese año, en un duelo entre el Montevideo Wanderers y el Peñarol, correspondiente a la primera jornada del Torneo Apertura o primera fase de la Liga uruguaya.
Ese histórico día, Carlos María fue titular y su hijo Juan Manuel ingresaría al campo a los 56 minutos, cuando el Montevideo Wanderers ya perdía por 2-0.
Poco antes, el 25 de mayo de ese 2008, en Perú, Juan Carlos Bazalar (40 años) y su hijo Alonso Bazalar Aróstegui (18 años) coincidieron por primera vez en un partido de la Liga inca, con el uniforme del Cienciano enfrentando al Juan Aurich.
En 2013, el delantero uruguayo Walter Pandiani, de 36 años, tuvo el privilegio de jugar junto a su hijo Nicolás, de 18, un partido de la Segunda División B de España, con el Atlético Baleares.
Un año después, ese hecho se dio el Brasil donde coincidieron Rivaldo y su hijo “Rivaldinho”. Fue en un partido entre el Mogi-Mirim y el Piracicaba, del campeonato paulista. Rivaldo, con 41 años, entró al campo a los 10 minutos del segundo tiempo y coincidió con su hijo, “Rivaldinho”, de 18 años: “Le agradezco a Dios por este momento, estoy muy feliz de haber jugado con mi hijo”, fue lo que alcanzó el astro brasileño.
En México, el único antecedente parecido que se recuerda sucedió el 12 de marzo de 1997 cuando coincidieron con el San Luis en un partido ante Cruz Azul Hidalgo, José Luis Sámano, portero, y su hijo Hugo.