Diez trucos psicológicos que usan los supermercados para que compres más

Te contamos algunos de los secretos mejor guardados de los supermercados que hacen que compremos mucho más

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Siempre (o casi siempre) salimos del supermercado con cosas de más. Crédito: Shutterstock

Recorrer el supermercado no es una tarea fácil. Vamos a comprar leche y salimos con seis botellas de vino (¡en oferta!) y una bolsa de papas fritas. ¿Por qué sucede esto?

En el programa de Guy Fieri, Juegos en el Súper con Guy, que transmite Food Network, el periodista Troy Johnson reveló cuáles son los 12 trucos psicológicos que los dueños de los establecimientos emplean.

Según Troy Johnson, “al igual que cualquier propietario responsable de cualquier empresa, los dueños de los supermercados han estudiado a sus consumidores y han aprendido lo que los hace reaccionar. El supermercado está diseñado para conseguir que entres y que vayas lo más lento posible a través de cada pasillo. La mayoría de los productos principales han sido colocados estratégicamente para maximizar tu tiempo y el dinero que vas a gastar“.

Estos son, según el periodista gastronómico Troy Johnson, algunos de los trucos del negocio:

1. La puerta se cierra detrás tuyo. Las puertas de los supermercados son por lo general de una sola vía. Una vez adentro, tendrás que pasar por algunas ofertas especiales para encontrar la salida. Es como cuando las víctimas débiles y asustadas de una película de terror se dan cuenta de que la única manera de salir de ese lugar es a través él. En lugar de matarte, los supermercados sólo quieren venderte algunas galletitas.

2. Dólares y aromas. Hablando de estimulación, ¿viste cómo cuando estás a 16 kilómetros de un aeropuerto o un centro comercial estadounidense, y puedes oler el quiosco que vende rollos de canela? ¿Y cómo empujarías a niños pequeños y a abuelos para poder probarlos? La panadería utiliza la misma técnica. El dueño estimula tu apetito con uno de los olores más básicos y tóxicos: el olor del pan recién horneado. Se te impulsa a comprar con el estómago, no con tu cerebro consciente de tu presupuesto.

3. Escenario central. Los pasillos centrales con los productos de marca son los más rentables. Es por eso que los artículos de primera necesidad – como cereales y café – están colocados en los pasillos centrales. Y están a menudo en el medio de ese pasillo central. De esa manera, sin importar la dirección de la que vengas, vas a estar expuesto a medio pasillo de cosas que no sabías que necesitabas, hasta ahora.

4. Baraja los naipes. Acéptalo. La mayoría de nosotros vamos al súper por los mismos 10 artículos. Así que podríamos desarrollar fácilmente nuestra propia “ruta” a través de la tienda y utilizar el piloto automático cuando entramos por la puerta. Por eso es que mezclan los comestibles. ¿La caja donde las manzanas estuvieron durante los últimos dos meses? Ahora tiene los arándanos de estación por $50 (¡dos por $80!)

5. Llénalos. Apartando los que hacen planes para el apocalipsis zombi, muy poca gente necesita un carrito de compras tan grande. Pero aquí está la cosa. Si a los seres humanos los ponen a cargo de un agujero, sienten la necesidad psicológica de llenarlo. Es por eso que el carrito de compras se ha duplicado en tamaño, y los canastos pequeños son, intencionalmente, difíciles de encontrar.

Foto: Pixabay/La Nación

6. Las mejores cosas. Los estadounidenses “leen” el mundo de izquierda a derecha. Nuestros ojos siempre están inclinados hacia el lado derecho o hacia el lado donde naturalmente se desarrolla la “historia”. Así que ahí es donde los supermercados tienen, con frecuencia, los artículos que es más probable que compres.

7. El bombardeo a los ojos. No es que seamos perezosos, pero sí, lo somos. Compramos mayormente lo que está a la altura de los ojos, así que es ahí donde colocan los comestibles más rentables. Los alimentos más económicos están casi siempre en el estante inferior, al lado del vino en cajas. ¿Cualquier cereal con un personaje de dibujos animados que se ve atacado por problemas emocionales? Los colocan a la altura del muslo, a la altura de los ojos de tu niño, quien ahora está atacado con una, fuerte y desesperada necesidad de granos azucarados.

8. ¡Gratis! Las personas van al supermercado “en una misión”. Es el mayor interés del dueño del supermercado, animarte a ir más lento y que te quedes ahí un rato. Hacer una parada para bocaditos gratis ayuda. Y también te abre el apetito.

9. Haz que llueva dinero. Qué conveniente. Ellos te permiten poner dinero en tu bolsillo tan pronto como entras por la puerta. Y ahora que estás terriblemente rico, es posible que puedas derrochar en esa botella de aceite de oliva gourmet.

10. Sintonizando. Los estudios demuestran que reduces la velocidad y te tomas tu tiempo cuando escuchas música. El Speed Metal te hace salir rápido, Air Supply te mantiene adentro. Vamos a bailar lentos.

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