Por qué están recreando las terribles condiciones de Venus en Ohio
La atmósfera del segundo planeta del Sistema Solar es tan hostil que los científicos de la NASA la describen como un mundo infernal. Pero eso no hace que sea menos interesante para los expertos
Hoy en día, Venus es básicamente un mundo infernal (y no lo decimos nosotros, así lo describe la Agencia Espacial de EE.UU., NASA)
Tiene una atmósfera de dióxido de carbono 90 veces más espesa que la de la Tierra, prácticamente no hay vapor de agua y en su superficie la temperatura ronda los 462 ºC (por eso lo de infernal).
En el pasado todos los intentos de aterrizar una sonda en el segundo planeta más cercano al Sol fracasaron.
En menos de dos horas los robots -la mayoría de la ex Unión Soviética- quedaron destruidos debido a la lluvia corrosiva de ácido sulfúrico que allí cae.
Pero estos no son motivos suficientes para ignorar un planeta que en muchos sentidos es gemelo a la Tierra.
Como la Tierra, Venus es un planeta rocoso con más o menos 82% la masa y 90% la gravedad que tenemos aquí.
Además, estudios de la NASA sugieren que durante 2.000 millones de años este planeta disfrutó de océanos poco profundos y cálidas temperaturas.
¿Cómo ir?
Con tan buenos motivos para explorar este territorio vecino, ¿cómo hacemos para superar un ambiente tan hostil?
Aquí es donde interviene el Equipo de Ambiente Extremo Glenn (GEER, por sus siglas en inglés) del Centro de Investigación Glenn de la NASA, en Ohio, Estados Unidos.
El GEER es básicamente la reproducción en la Tierra de ese infierno que es Venus.
La apariencia de esta cámara como la de un contenedor de basura de unos 12.700 kg.
Adentro se pueden recrear con bastante precisión las condiciones tóxicas, asfixiantes y abrasadoras de Venus.
Y durante los últimos dos años han tirado allí adentro cuanto material se les ha ocurrido a los científicos para ver qué aguanta y qué termina en cenizas.
“En 2015 pasamos unos 100 días en la ‘superficie de Venus’ y el mayor tiempo continuo fue de 42 días”, explicó Lori Arnett, gerente del GEER.
Un día como mínimo
La idea es construir una sonda que pueda resistir al menos un día venusiano,que serían unos cuatro meses terrestres debido a que ese planeta tiene una rotación más lenta que la Tierra.
“Hay tantas oportunidades para que nuestra tecnología falle, que la única forma de garantizar que nuestro equipo sobreviva es simular todas las capas (de la atmósfera venusiana)”, le dijo al diario Cleveland, Rodger Dyson, ingeniero de la NASA.
Para Gustavo Costa, químico y científico de materiales del GEER, caminar en la superficie de Venus es como caminar en un aire tan denso como el de una piscina de agua, cuya presión es como estar a 100 metros bajo el agua.
“Es difícil de imaginar, sería como meterte en una olla a presión“, señaló recientemente.
La olla a presión de la NASA tarda dos días y medio en calentarse hasta llegar a la temperatura de Venus y cinco días en enfriarse.
Actualmente, la NASA está coqueteando con la idea de lanzar una sonda a Venus para 2023.
Pero para que esto se haga realidad, los experimentos con el GEER son críticos.