Arpaio, ya derrotado y en problemas legales, lanza último ataque contra Obama
De nuevo vuelve con el desacreditado bulo de la no validez del certificado de nacimiento del Presidente, mientras se especula que buscaría un perdón presidencial cuando Trump tome posesión. El sheriff saliente de Maricopa, Arizona, enfrenta un juicio penal el próximo año.
El sheriff “duro” de Maricopa, Arizona Joe Arpaio, fue derrotado en las urnas el pasado 8 de noviembre y en abril comienza un juicio criminal en su contra por desacato a un tribunal federal, pero eso no impidió que esta semana volviera a revivir una conspiración ya enterrada en numerosas ocasiones: que el certificado de nacimiento del presidente Barack Obama es falso.
La maniobra de Arpaio, para volver a estar en las noticias, ocurre en momentos en que el sheriff venido a menos podría estar orquestando la solicitud de un perdón formal de parte del presidente electo Donald Trump, si es hallado culpable en tribunales el próximo año.
Arpaio convocó a una rueda de prensa el jueves en sus oficinas de Phoenix a la que, según reportes locales, acudieron 40 reporteros de diversos medios. Durante la misma, dijo que la investigación comenzada hace años por un grupo de investigadores voluntarios –en realidad pagados por contribuciones de los partidarios de Arpaio- había concluido definitivamente que el certificado era “falso, falso, falso”.
Dijo Arpaio que no quería decir que el presidente hubiera nacido en el exterior, sino que el documento “había sido alterado”.
Un investigador de su grupo personal, Mike Zullo, explicó durante casi una hora a los presentes -reporteros y un grupo de personas mayores que aúpan a Arpaio donde quiera que va, sus “fans”- explicando que el certificado de nacimiento que el presidente Obama presentó al público en 2011 cuando comenzaron los ataques a su nacionalidad, tenía “copias y pegadas” del certificado de una mujer hawaiana.
Nunca se explicó de donde sacaron el certificado de la mujer y como llegaron a él.
Las acusaciones sobre el certificado de nacimiento del presidente Barack Obama comenzaron en marzo de 2011, cuando el hoy presidente electo Donald Trump cuestionó su validez y dijo que investigaría el asunto. Poco después, Arpaio en Arizona abrió su propia investigación.
Grupos extremistas de la oposición al presidente han continuado divulgando las dudas en torno al nacimiento de Obama, sugiriendo que alteró su certificado porque en realidad no nació en los Estados Unidos.
El propio Trump abandonó el asunto, declarando en septiembre tras convocar una vez más a los medios sobre el asunto que estaba personalmente convencido “que el presidente Obama había nacido en Estados Unidos, punto”, la primera vez que lo reconoció desde que él mismo comenzó la conspiración en 2011, pero aprovechó para culpar a Hillary Clinton “de haber iniciado los rumores” (falso).
A lo largo de los últimos años, esta conspiración continuó siendo difundida por ciertos medios, a pesar de que el presidente presentó el documento original y su validez fue verificada en Hawaii -donde nació. Diversos jueces rechazaron demandas al respecto al no hallar evidencia del asunto.
Este viernes, el portavoz del partido demócrata de Arizona fue uno de los pocos en reaccionar –ni siquiera Trump se dió por enterado del evento de Arpaio:
“Luego de 30 años en el puesto, las últimas actividades del saliente sheriff Arpaio son verdaderamente patéticas, aún para sus estándares. No tiene ni rastro de humildad después de su derrota aplastante. Es de agradecer que los votantes del condado de Maricopa hayan decidido seguir adelante con nuevo liderazgo, esperamos que el sheriff electo Paul Penzone traiga dignidad y profesionalismo al departamento”.
Durante su larga carrera, Arpaio fue criticado por ocupar gran parte de su tiempo en actividades llamativas como ponerle calzones rosados a los detenidos, mientras descuidaba el arresto de personas requeridas por la ley, investigaciones de abuso sexual y en cambio, se dedicaba a perseguir a inmigrantes, usando tácticas cuestionables y a usar su autoridad para molestar sus enemigos políticos.
¿Arpaio busca un perdón?
Arpaio, quien deja su cargo de Sheriff de Maricopa en enero tras perder una séptima campaña de reelección el pasado 8 de noviembre, debe enfrentar no sólo la pérdida de su autoridad y de la oficina pública que ocupa, sino los problemas legales que lo persiguen desde hace años, que han costado decenas de millones de dólares a los contribuyentes de Maricopa.
Un juez federal recientemente pospuso hasta abril el inicio del juicio por desacato que se le sigue a Arpaio, parte de una demanda civil en la que se acusó al sheriff de violar los derechos constitucionales de los latinos que detenía sin cargos de ningún tipo más que el uso del “perfil racial” asumiendo que eran inmigrantes sin papeles.
Los cargos criminales se derivan de la aparente continuación de actividades que habían sido prohibidas por una orden de la corte y aparte de lo que pueda decidir el tribunal al respecto, el caso civil contra Arpaio por violaciones de derechos civiles también continúa en forma paralela (lleva casi 9 años).
Un artículo publicado en una publicación legal indica que Arpaio, quien hace poco logró posponer el inicio de su caso penal hasta abril -teóricamente hubiera empezado la semana pasada- tendría entre manos pedir un perdón a Trump cuando este sea presidente, ya que el sheriff fue uno de sus principales partidarios y lo acompañó en numerosos eventos en todo el país durante la campaña.
El abogado defensor de Arpaio Melvin McDonald, dijo recientemente que está “considerando todas las opciones” de defensa de su cliente, cuando se le preguntó recientemente si pediría un perdón presidencial.
En declaraciones a lawnewz.com Paul K. Charlton, ex procurador federal en Arizona bajo el gobierno de George W. Bush, dijo que si Arpaio solicita el perdón, Trump se vería “tentado a otorgarlo”.
“Los seguidores de Trump estarían contentos si lo hace”, explicó Charlton, indicando que un presidente puede ofrecer un perdón aún si la persona no ha sido convicta o siquiera acusada de un delito, y se refirió al presidente Gerald Ford en los años setenta, cuando perdonó al defenestrado presidente Richard Nixon casi al momento de tomar posesión de la Casa Blanca.
Se había rumoreado que Arpaio podría obtener un cargo en el gobierno de Trump, y esto aún sería posible, especialmente si Trump decide ofrecerle un perdón presidencial.