Lo que el nuevo equipo de Trump dice sobre cómo será su futuro gobierno
La designación de los primeros 16 altos funcionarios que acompañarán al republicano durante su gobierno ofrece pistas interesantes sobre el rumbo que puede tomar el Ejecutivo que regirá Estados Unidos a partir del 20 de enero.
¿Qué se puede esperar del gobierno estadounidense una vez que Donald Trump asuma la presidencia?
Esa pregunta viene rondando la cabeza de miles de analistas en todo el mundo desde que el magnate inmobiliario ganó las elecciones presidenciales el pasado 8 de noviembre.
A medida que se acerca la toma de posesión, prevista para el 20 de enero, el equipo del mandatario electo empieza a tomar forma paulatinamente. Allí se pueden hallar algunas de las claves sobre lo que puede venir.
Aunque Trump tendrá que llenar más de 4.000 cargos en el Ejecutivo estadounidense , repartidos en decenas de agencias, departamentos y oficinas, hay 21 puestos de máximo nivel en el gabinete cuyos ocupantes necesitan recibir la aprobación del Senado.
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Hasta ahora, el equipo de transición de Trump ha anunciado los nombres de 16 personas que serán postuladas para ocupar esos puestos. El último de ellos fue Ryan Zinke, un representante republicano por el estado de Montana, cuyo nombramiento fue hecho público este jueves.
Primero, hay que destacar los datos básicos. De esas 16 personas, 11 son hombres blancos . Por primera vez desde 1993, ninguno de los cuatro principales departamentos -Estado, Defensa, Tesoro o Justicia- estará encabezado por una mujer o por un miembro de algún grupo étnico minoritario.
Ben Carson, propuesto para el Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano, es el único afroestadounidense. Elaine Chao (Transporte) y Nikki Haley (embajadora ante la ONU) son las únicas asiáticas.
Seis de los nominados han ocupado previamente cargos de elección y uno de ellos (Chao) tiene experiencia al frente de una agencia federal. Eso indica un cambio significativo en relación con los gobiernos anteriores, que estaba bien provistos de personal con más experiencia política.
El gabinete de Trump es una mezcla de ricos empresarios, exjefes militares y conservadores extremos , los llamados “true believers”.
Puede que Trump haya hecho campaña como un outsider anti-establishment, pero mayormente se está rodeando de los hombres más ricos, poderosos e influyentes.
Aunque muchos de ellos pueden ser unos recién llegados en el juego de la política electoral, no han sido sacados precisamente de entre las masas enfurecidas.
A continuación, miremos de forma más cercana al futuro gabinete de Trump.
Capitanes de industria
Los electores estadounidenses eligieron a un hombre de negocios sin experiencia política como su presidente y él está llenado muchos de los principales puestos del gobierno con empresarios sin experiencia política.
A la cabeza de ellos están Rex Tillerson, quien ha liderado el consorcio internacional de energía Exxon Mobil desde 2006, como secretario de Estado; y Steven Mnuchin, el inversionista y exejecutivo de Goldman Sachs, quien se encargará del Departamento del Tesoro.
Otros nombramientos destacados incluyen al llamado “rey de la bancarrota”, Wilbur Ross, como secretario de Comercio y el magnate de la comida rápida Andrew Puzder en la Secretaría del Trabajo.
¿Qué indican estos nombramientos? Trump hizo campaña en contra de la élite global que según dijo estaba despojando a la clase trabajadora de su riqueza, pero al buscar a expertos de Wall Street y a caciques corporativos para ocupar puestos clave en el gobierno, sus acciones señalan definitivamente una mentalidad distinta.
Los generales
Durante un momento en la campaña, Trump presumió de saber más sobre la lucha contra el autodenominado Estado Islámico que muchos de los generales que en estos momentos están a cargo de las operaciones militares de Estados Unidos.
Sin embargo, cuando ha llegado la hora de cubrir los puestos de liderazgo del aparato de seguridad nacional, el presidente electo ha ido a buscar con frecuencia a hombres de uniforme.
James Mattis (Defensa) y John Kelly (Seguridad Interior) son dos generales retirados, como lo es Michael Flynn, a quien Trump ha designado como asesor de Seguridad Nacional (un cargo que no requiere de la aprobación del Senado).
Tomados individualmente, estos nombramientos no tienen nada de particular, pues tanto en gobiernos demócratas como republicanos ha habido de vez en cuando algún militar retirado.
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Colin Powell fue el secretario de Estado de George W. Bush, mientras que David Petraeus estuvo a cargo de la Agencia Central de Inteligencia durante el gobierno del demócrata Barack Obama. Ambos eran generales de cuatro estrellas que habían pasado a retiro.
Juntos, sin embargo, estos nombramientos le dan al gobierno de Trump una marcada tendencia marcial.
Aunque se haya burlado de los generales de Obama, Trump -quien en su juventud asistió a la escuela militar- parece inclinado a favorecer el liderazgo militar.
Las Fuerzas Armadas son una de las pocas instituciones que aún son vistas favorablemente por el público estadounidense y Trump parece más que contento de marchar junto a ellas.
¿Qué indican estos nombramientos? Cuando era candidato, Trump con frecuencia abogaba por una política exterior menos intervencionista, pero la decisión del rodearse de generales una vez siendo presidente podría indicar que será más rápido con el gatillo.
Los derrotados
El exaspirante presidencial Rick Perry una vez dijo que Trump era un cáncer en el Partido Republicano. Ben Carson, otro rival en las primarias del Partido Republicano, cuestionó las creencias religiosas del magnate. Ahora, Trump los ha integrado a ambos en su gobierno.
Hay una cierta ironía en la designación de Perry, dado que ha sido puesto a la cabeza del Departamento de Energía, uno que él se olvidó de mencionar al hacer una lista de puestos ministeriales durante un recordado debate durante las primarias republicanas de 2008.
Aunque Trump solo ha nombrado a dos exrivales en el gobierno, se rumorea que puede estar considerando el nombre de Carly Fiorina, la exdirectiva de la multinacional informática Hewlett-Packard (HP), en un cargo de responsabilidad en el aparato de inteligencia.
También está el caso del gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, a quien supuestamente le fueron ofrecidos varios cargos en el gabinete, tras haber sido descartado como posible fiscal general.
Él es un adversario convertido en aliado que ahora parece haber sido olvidado .
¿Qué indican estos nombramientos? Haberse enfrentado a Trump en el pasado no es algo que necesariamente lleva al presidente electo a descartar a alguien, pero luego hace falta doblar las rodillas -como hicieron tanto Carson como Perry- para que el pasado quede realmente atrás.
Los iniciados
De acuerdo con una historia reciente en el medio especializado Politico , el equipo de transición de Trump ha estado rodeado de conflictos entre miembros del liderazgo tradicional del partido, con el próximo jefe de gabinete Reince Priebus, y los outsiders conservadores que le ayudaron durante su campaña.
En cierto número de puestos en el gabinete, parece que el establishment logró ubicar a la gente que quería.
Tom Price, designado para estar a cargo de Salud y Servicios Humanos, es un miembro del liderazgo republicano en la Cámara de Representantes.
Betsy DeVos, nombrada para la secretaría de Educación, es una activista conservadora de larga trayectoria y donante del Partido Republicano.
Elaine Chao fue secretaria de Trabajo durante la presidencia de George W. Bush y está casada con el líder de los republicanos en el Senado, Mitch McConnell.
La gobernadora de Carolina del Sur, Nikki Haley, considerada como una estrella ascendente en el partido, fue nominada como embajadora de Estados Unidos ante Naciones Unidas.
Dado que Trump probablemente se convierta ierta en un mandatario que no se inmiscuya demasiado en el manejo cotidiano de su gobierno , los jefes de los departamentos tendrán un poder considerable durante los próximos cuatro años.
Aunque el presidente electo dijo que hay partes que le gustan del Obamacare -el programa de reforma de cuidado de salud del presidente Obama-, por ejemplo, es probable que Price usará su autoridad como secretario de Salud para quitarle al Obamacare mucho de su poder.
Aunque Trump pueda sentarse a conversar sobre el cambio climático con el ex vicepresidente Al Gore, su candidato para dirigir la Agencia de Protección Ambiental, Scott Pruitt, es un abierto crítico de esa oficina gubernamental, contra la cual incluso ha iniciado demandas judiciales.
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Trump hizo campaña en contra del establishment político, pero algunos de sus nominados están muy cómodos en Washington .
Por lo tanto, la tensión entre los representantes de la política tradicional y los outsiders en el equipo de transición de Trump probablemente se prolongarán durante su presidencia.
Los leales
El primer miembro del gabinete de Trump en ser anunciado, el senador Jeff Sessions, quien fue postulado como fiscal general, fue también uno de los primeros políticos con proyección nacional en apoyar la campaña presidencial del magnate inmobiliario.
Varios donantes y asesores políticos de alto perfil de Trump también han sido designados para altos cargos, incluyendo a Mnuchin, Ross y Puzder.
Linda McMahon, quien donó más de US$7 millones a la campaña de l republicano y a sus grupos afines, fue escogida para encabezar la agencia estatal responsable de la pequeña empresa. McMahon es la mayor donante de la fundación de caridad de la familia Trump.
Todd Ricketts, otro donante de Trump, fue nombrado en un alto cargo en el Departamento de Comercio.
Otros de los principales defensores de Trump fueron ignorados para cargos apetecibles, incluyendo al exalcalde de Nueva York, Rudy Giuliani, el exlíder del Congreso Newt Gingrich, la excandidata a la vicepresidencia Sarah Palin y el exgobernador de Massachusetts, senador Scott Brown.
Ellos salieron del cementerio político para hacer una apuesta temprana por Trump , pero aún esperan a ser recompensados por su esfuerzo.
¿Qué indican estos nombramientos entonces?
Que aunque los discursos aguerridos y las apariciones en televisión son importantes, una de las rutas más rápidas hacia los corredores del poder de Trump parece ser una chequera abierta.
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