Qué hacer para aprender inglés más rápido

Investigaciones muestran que la lengua materna ayuda en la adquisición de un nuevo lenguaje

Investigaciones científicas recientes nos han dado pautas muy útiles sobre la mejor manera de aprender un segundo idioma. Cuando de chiquitos aprendemos a hablar nuestra lengua materna estamos aprendiendo el primer idioma y no sabemos ni hablar, ni leer, ni escribir —ni siquiera sabemos pensar con palabras. Estamos aprendiendo a comunicarnos con otros seres humanos por primera vez— estamos aprendiendo a pensar.

En contraste, cuando aprendemos un segundo idioma ya somos expertos en nuestro primer idioma, y eso nos da ciertas ventajas. Lo que ya sabemos—que los idiomas tienen ciertas reglas de pronunciación, de ortografía, de puntuación, son habilidades que pueden transferirse al segundo idioma. Aunque muchas reglas son distintas, otras no lo son, y al ir aprendiendo el segundo idioma podemos utilizar lo que ya sabemos. Esto se llama “transferencia”.

Un ejemplo son las palabras afines o cognadas, palabras que tienen la misma raíz y tienen el mismo significado en los dos idiomas, como colaborar y collaborate; especial y special; artista y artist; esencia y essence. Sin embargo, hay que estar conscientes de que no todo puede transferirse. Menos numerosas son las palabras que, aunque son similares, tienen significados muy distintos, como embarazada y embarrassed; decepción y deception. En inglés embarrassed significa apenado, y deception significa engaño, no desilusión.

Y aunque día a día nos veamos forzados a usar el nuevo idioma antes de dominarlo, es importante tener en cuenta que, para aprender lo más rápido posible, lo más útil e importante es enfocarse en escuchar y leer el nuevo idioma antes de hablarlo y escribirlo. Escuchando con atención aprendemos la fonología del idioma—cómo “suena al oído” cuando se habla correctamente, y hacemos las conexiones mentales necesarias. Al leerlo, aprendemos las palabras más comunes y aprendemos la morfología del idioma—el orden correcto de las palabras, cómo se deletrean, y cómo se construyen las oraciones correctamente. Cuando empezamos a conectar en nuestra mente los sonidos del idioma al escucharlo con la ortografía del idioma al leerlo, es cuando realmente “adquirimos” esa nueva destreza, y podemos empezar a hablar el idioma con más y más facilidad.

Para leer lo ideal es el periódico, especialmente artículos sobre temas que sean interesantes para ti. Practica la lectura en inglés aunque al principio sea difícil.

Para escuchar, lo ideal es aumentar al máximo las oportunidades de participar en un intercambio lleno de significado con otro ser humano que habla el nuevo idioma correctamente.

Platicar sobre algo de interés común con una persona siempre tiene más significado para nosotros que un ejercicio en un libro de texto. Busca a compañeros de trabajo, vecinos, o amigos que te ayuden. Pídeles que hablen en inglés contigo aunque al principio tú sólo puedas responder en español. Y recuerda, continúa leyendo el español porque, aunque parezca ilógico, eso te ayuda a aprender el inglés. Tu primer lenguaje es una palanca que, con sus similitudes y diferencias, te ayuda a adquirir el nuevo idioma.

La actitud es muy importante. No dejes que la pena te impida practicar lo que has aprendido, y busca cuantas oportunidades se te ofrezcan para usar el inglés.

-Duane Stilwell es un maestro bilingüe de Ciencias en el estado de Nueva York.

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