¿Te deprimes luego de ver el mundo maravilloso de tus amigos en el Facebook?

Nuevo estudio confirma que cuanto más se usan las redes sociales, más miserable se sienten las personas

Cuanto más se usa el Facebook, peor se siente la persona.

A esta conclusión llegó un reciente estudio realizado por las universidades de Yale y California San Diego (UC San Diego), que tomó como muestra los datos de una encuesta conducida por la compañía Deloitte el año pasado, cuyo análisis reveló que los usuarios de los teléfonos inteligentes pasan a diario un promedio de una hora  chequeando las aplicaciones de los medios sociales a primeras horas de la mañana, apenas despiertan y, muy a menudo, antes de salir de la cama.

Para llegar a esta conclusión, los investigadores Holly B. Shakya  (profesora asistente de la división global de salud pública de UC San Diego) y Nicholas A. Christakis (director del Human Nature Lab de la Universidad de Yale y  co-director del Yale Institute for Network Science) utilizaron también otras tres ondas de datos de 5,208 adultos de un panel nacional longitudinal mantenido por la organización Gallup, junto con varias medidas diferentes del uso de Facebook, para ver cómo el bienestar de las personas (emocional y general) cambia a través del tiempo en relación con la utilización de esta red de interacción social.

“En general, nuestros resultados mostraron que mientras que las redes sociales del mundo real [es decir, de las interacciones ‘cara a cara’] se asociaron positivamente con el bienestar en general, el uso del Facebook se asoció de forma negativa”, señalan los autores del estudio en un comunicado.

“Estos resultados fueron particularmente fuertes para la salud mental. La mayoría de las medidas de uso de Facebook en un año predijeron una disminución de la salud mental al año siguiente. Encontramos consistentemente que tanto el gusto por el contenido que exponen los demás como el hecho de hacer ‘clic’ en los enlaces, predijeron una reducción subsiguiente de la salud física y mental, así como de la satisfacción de la vida personal que se lleva”, agregan los investigadores.

Antonia Rivera, residente de West Covina (California), está de acuerdo con la conclusión del nuevo estudio ya que “entre más miro los ‘post’ que mis amigos ponen en sus Facebook o Instagram, más me deprimo”.

“De verdad que estoy a punto de cancelar todos mis sitios en las redes sociales porque cada vez que los miro [algo que hace a diario al despertar o irse a la cama], me siento bien deprimida de ver que la vida de mis amigos es divertida, llena de viajes y triunfos, con sus hijos perfectos… Y la de uno bien amolada”, dice con tono de voz triste la madre de dos y de origen mexicano.

Las causas

Para la psicoterapeuta Elizabeth Delicio, basada en Miami, Florida, el estado de depresión e insatisfacción que se produce en algunos usuarios del Facebook —y otras redes sociales en línea— radica en el hecho que “la gente en éstas presentan una vida ‘no real’, ya que solo comparten los momentos felices que tienen y no todo lo que ocurre realmente en su diario vivir”.

“La única interacción social que permite captar la vida real de los individuos es la de ‘cara a cara’, porque solo a través de ella se siente el estado emocional real de la persona”, denota Delicio.

De acuerdo con Gabriella van Rij, experta en el tema del tormento cibernético y sus devastadores efectos, al navegar por todo lo qué subieron los amigos en las redes sociales contribuye también a que la persona pueda llegar a sentirse, inconscientemente, que se encuentra aislada mientras sus amigos la pasan bien.

“La autocomparación negativa es otro factor que influye enormemente en los casos de llegar a sentirse deprimida o miserable ante lo que se ve en las redes sociales”, agrega Van Rij, quien también se desempeña como autora, conferencista y consejera de varias empresas en los temas del bullying, el racismo, la tolerancia y la buena comunicación.

Esta autocomparación negativa puede generar tambión un “sentimiento de inferioridad” tras ver los videos y fotos maravillosas de los amigos que no se pueden igualar.

Los autores del reciente estudio, resaltan que “investigaciones previas han demostrado que el uso de los medios sociales en línea —además de desvirtuar las relaciones ‘cara a cara’— puede reducir la inversión en actividades significativas, aumentar el comportamiento sedentario, incrementar el  tiempo que se pasa ante la pantalla, conducir a la adicción a la internet y erosionar la autoestima a través de una comparación social desfavorable”.

Prevención

Para evitar la depresión y autocomparación negativa, Van Rij señala que al navegar por las redes sociales hay que estar consciente de que, a pesar de lo que se está viendo, no todo puede estar funcionando a la perfección en la vida de las personas. “De partida, nada ni nadie es perfecto”, agrega.

Los investigadores Shakya y Christakis señalan, por su parte, a través de su comunicado en referencia a los resultados del nuevo estudio, estas medidas preventivas: “disminuir el tiempo de navegación que se pasa en las redes sociales y tener claro que la naturaleza y la calidad de este tipo de conexión [social cibernética] no es un sustituto de la interacción del mundo real que necesitamos para una vida sana”.

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