La historia secreta que la esposa de Osama Bin Laden revela 6 años después
La noche del 11 de mayo de 2011 lo más que hubo fueron sombras
La noche del 11 de mayo de 2011 cuando Osama Bin Laden murió en su vivienda en Pakistán a manos de militares estadounidenses hubo una mujer que lo vio todo y decidió contarlo: la cuarta y más joven de las esposas del entonces líder de Al-Qaeda, Amal Bin Laden.
Amal habló por primera vez sobre lo que presenció en la emboscada en la que participaron 24 Navy SEALs (equipos Mar, Aire y Tierra de la Armada de EEUU) y dos helicópteros militares Black Hawks. La vivienda estaba ubicada en las montañas de Abbottabad.
El testimonio de Amal consta en el libro de Cathy Scott-Clarke y Adrian Levy, “The Exile: The Flight of Osama bin Laden” (El exilio: el viaje de Osama bin Laden), reseñado por el Sunday Times UK.
Según relató la mujer, la noche de la llegada de los estadounidenses, las calles estaban muy oscuras por cortes en el servicio de energía eléctrica. Amal se levantó a medianoche inquieta; divisó unas sombras en las ventanas. Osama se sentó y lucía asustado.
“Los estadounidenses llegaron”, dijo el hombre mientras jadeaba.
De repente, escucharon un chillido grave y la vivienda se sacudió.
La pareja se abrazó y se movieron lentamente al balcón.
“Era una noche sin luna y era difícil ver”, relató la madre.
Pero sí alcanzaron a ver cómo los militares se acercaban a prisa por el césped. Desde el segundo piso de la vivienda, Seham y Khalid –tercera esposa de Osama y su hijo– también observaban al contingente.
Bin Laden le pidió a Khalid que agarrara un AK-47. Los otros menores lloraban en el piso superior; en un momento, las dos mujeres intentaban consolarlos.
Un golpe fuerte tumbó el portón que daba a la casa.
“Ellos me quieren a mí, no a ustedes”, dijo el terrorista al tiempo que le pedía a sus parientes que se movieran al piso inferior. Eso fue lo que hicieron Seham y Khalid. Las hijas mayores Miriam y Sumaiya se escondieron en el balcón.
Amal, Osama y el hijo más joven Hussein se mantenían en la habitación del piso superior y rezaban. Los efectivos avanzaron hasta el pasillo y derribaron una puerta que estaba cerrada con llave.
Otras narraciones de la noche fatal indican que otra de las cinco esposas de Bin Laden estaba en la escena.
Uno de los miembros de las fuerzas especiales que hablaba árabe y reconocía a Khalid, llamó al menor. Justo después, dispararon al objetivo: Osama bin Laden.
El testimonio del general de brigada Shaukat Qadir basado en una investigación iniciada poco después del incidente apunta a que fue una de las primeras esposas de Bin Laden quien lo delató a las autoridades estadounidenses.
La mujer, celosa de una esposa más joven, habría dado las pistas para que el comando encontrara el paradero del principal enemigo de la nación estadounidense.
Tras el ataque, muchos cuestionaron por qué el cadáver del asesinado no fue mostrado públicamente. Expertos en política internacional teorizan, entre otras cosas, que por el estado en que estaba el cuerpo, no le convenía a EEUU mostrarlo. Según el exmilitar Jack Murphy, los soldados se turnaron para disparar repetidamente sobre el cuerpo del líder de Al Qaeda, por lo que habría recibido más de 100 impactos de bala.