Trump arriesga millonarias pérdidas económicas si revierte apertura hacia Cuba, dice estudio

Se desconoce a ciencia cierta quiénes están asesorando a Trump sobre la política exterior hacia Cuba,  aunque, en general, el empresariado y la opinión pública favorecen un acercamiento para fomentar cambios democráticos

WASHINGTON.- Si el presidente Donald Trump revierte en las próximas semanas la política de apertura hacia Cuba, como advierten fuentes anónimas del Congreso y grupos cívicos, desatará pérdidas económicas por $6,600 millones en tan solo cuatro años, según un estudio divulgado por “Engage Cuba”.

Consultada por este diario, la Casa Blanca no ha querido confirmar o negar informes de que Trump prevé anunciar en algún momento este mes cambios inmediatos y de largo plazo en el entramado de las regulaciones adoptadas por la Administración Obama,  que han ampliado el comercio con Cuba.

En el marco del “deshielo” con Cuba, el empresariado de EEUU ha suscrito al menos 26 acuerdos con el gobierno cubano desde 2015, incluyendo acuerdos de aviación y telecomunicaciones, mientras las instituciones médicas y científicas también han estrechado lazos de colaboración.

El estudio de “Engage Cuba”, realizado con la colaboración de académicos, empresarios y otros grupos cívicos, dejó en claro que la flexibilización de las regulaciones en torno a viajes, remesas y comercio, ha beneficiado enormemente a la economía de EEUU, aún cuando permanece en pie el embargo de 1952.

Si Trump anula la política de apertura eso le costará a la economía estadounidense pérdidas por $6,600 millones en los próximos cuatro años y afectará a 12,295 empleos en todo el país, y el golpe sería más duro en las comunidades que dependen de los sectores de manufactura, turismo, y transporte marítimo, según el documento.

Los estados en el área del Golfo, que mantienen puertos marítimos y terminales de cruceros, estarían entre los principales afectados, según un desglosado sobre cada sector que acompaña el estudio.

En la actualidad, EEUU permite viajes a Cuba en 12 categorías, incluyendo los contactos de “pueblo a pueblo”, que utilizan miles de estadounidenses porque el gobierno prohíbe los viajes de turismo.

Aunque los estadounidenses conforman apenas el 5% de todos los visitantes a la isla,  los viajes desde EEUU incrementaron en un 74% entre 2015 y 2016, según datos del gobierno cubano.

Si Trump restringe de nuevo los viajes, eso le costará a aerolíneas como American Airlines, Delta, JetBlue, Southwest Airlines y United Airlines, pérdidas anuales por $512 millones, o casi $2,000 millones en cuatro años. Eso a su vez, ocasionaría la eliminación de hasta 3,990 empleos en el sector.

Asimismo, el envío de remesas a Cuba por entre $1,400 millones y $4,000 millones anuales beneficia a las compañías de transferencia de dinero de EEUU, al son de $320 millones anuales, o $1,200 millones en cuatro años, por el cobro promedio del 8% por esos envíos.  Ese monto se sumaría a la lista de pérdidas si Trump restringe el envío de remesas.

El estudio no incluyó datos sobre las exportaciones agrícolas y de productos médicos porque las regulaciones que las permiten fueron aprobadas por el Congreso antes del inicio de la Administración Obama.

¿Cruzada para desmantelar?

Desde que asumió el poder el pasado 20 de enero, Trump se ha puesto a la tarea de desmantelar todo el legado de su antecesor, Barack Obama, en materia política, económica, ambiental y migratoria.

Ahora parece inclinarse por revertir también la política de deshielo hacia Cuba, iniciada en diciembre de 2014 y que permitió el restablecimiento de las relaciones diplomáticas, la flexibilización de viajes y remesas, y ciertos intercambios comerciales.

Grupos como el Centro para la Democracia en las Américas, que favorece la política actual, han señalado que los avances hacia la normalización de las relaciones entre EEUU y Cuba han ayudado a generar empleos e ingresos en este país, pese a las sanciones vigentes.

“Este estudio demuestra que, durante 50 años de sanciones contra Cuba, la política de EEUU jamás creó los beneficios de empleos, reunificación familiar y diplomacia que hemos visto en menos de 30 meses de un acercamiento con Cuba”, dijo hoy a este diario Sarah Stephens, directora ejecutiva de CDA.

“Este estudio también demuestra cuán implicado está EEUU en la normalización de las relaciones con Cuba a nivel económico, y arroja la interrogante de por qué debemos pagar el precio de revertirla a nivel diplomático?”, agregó Stephens.

La semana pasada, líderes demócratas y republicanos del Senado presentaron sendos proyectos de ley para liberalizar los viajes y negocios con Cuba, aunque un reducido grupo de legisladores republicanos, incluyendo los de origen cubano, mantiene su oposición a medidas que, a su juicio, “premian” indebidamente al régimen de La Habana.

Se desconoce a ciencia cierta quiénes están asesorando a Trump sobre la política exterior hacia Cuba,  aunque, en general, el empresariado y la mayoría de la opinión pública favorecen un acercamiento con la isla para fomentar cambios democráticos.

El secretario de Agricultura, Sonny Perdue, por ejemplo, lideró una delegación a Cuba en 2010 cuando fue gobernador de Georgia, y en ese entonces dijo a la prensa que siempre apoyará la ampliación del comercio, porque “el comercio cura muchos males”.

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