Destapan ‘intensa aventura’ de Tom Cruise y Rebecca De Mornay

"Estudios bíblicos y sexo oral" entre los pasatiempos en el set de filmación de 'Risky Business', donde los actores mantuvieron un tórrido romance según asegura una de sus coestrellas

Solo el tiempo dirá si las impactantes declaraciones que hace el veterano actor Curtis Armstrong en su primer libro de memorias, que saldrá próximamente a la venta, se acercan más al terreno de la fantasía que al de la realidad, pero lo que no es difícil de prever es el intenso debate que a buen seguro generará entre la opinión pública una de las llamativas teorías que defiende en su libro: la posibilidad de que Tom Cruise y Rebecca De Mornay vivieran una “intensa aventura” durante el rodaje de la mítica cinta ‘Risky Business’ (1983).

“No es ningún secreto que Tom y De Mornay mantuvieron una intensa aventura en medio del rodaje. Recuerdo que una noche, cuando llegué algo tarde al set, me encontré un grupo de tres o cuatro chicas, imagino que en sus últimos años de adolescencia, haciendo cola delante de la puerta del camerino de Tom”, explica Armstrong, quien tuvo un papel secundario en la mencionada película, en uno de los extractos de la autobiografía llamada ‘Revenge of the Nerd’ que ha salido a la luz.

“Estamos hablando de un hombre joven que sabía administrar muy bien su tiempo y que compaginaba a la perfección sus estudios de la Biblia con las felaciones que le hacían estas chicas. Sin embargo, lo primero que pensé en ese momento, fruto de mi carácter ingenuo, fue: ‘Pobre Tom, no le va a hacer ninguna gracia tener a todas estas chicas aquí, molestándole mientras trata de estudiar’. Cuando les pregunté si podía ayudarles en algo, me miraron extrañadas y luego se abrió la puerta del camerino. Salió una chica y a continuación entró otra“, relata sin ningún tipo de pudor en uno de estos capítulos.

Cortesía McMillan Publishers

Teniendo en cuenta el carácter algo truculento de esta historia y la falta de pruebas concluyentes que apoyen la hipótesis de Craig Armstrong -que en esa época tenía 28 años, mientras que Cruise tenía 19 y De Mornay acababa de cumplir 23-, parece poco probable que estos dos últimos vayan a enzarzarse en un intercambio de acusaciones y desmentidos con su antiguo compañero a pesar de que este no ofrece precisamente un retrato favorable de ellos.

Cierto es también que tales alegaciones, en el caso de ganar algo de credibilidad entre el público, amenazarían con hacer añicos la imagen angelical que Tom Cruise proyectaba en la década de los 80 y, sobre todo, pondrían en tela de juicio la buena salud del romance que en esos momentos mantenía De Mornay con el también actor Harry Dean Stanton, por el que Tom -siempre según la versión de Armstrong- habría sentido cierta envidia.

“Tom Cruise estaba un poco celoso de él, y acabó sintiendo que Harry era como un invitado de esos que se quedan más tiempo del necesario en su casa. Sospecho que en el fondo Tom echaba en falta algunas de las cualidades que hacían especial a Harry”, explica Armstrong sobre el hecho de que Stanton era notablemente mayor que ellos -actualmente tiene 90 años- y probablemente más maduro y experimentado.

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