Una victoria para la niña violada que mató a su agresor en la CDMX

Las autoridades determinaron que fue en legítima defensa

MÉXICO.-  En el lapso de una hora de este martes, dos hechos corrieron paralelos para hacer justicia al caso de Itzel Navarro Hernández, una niña de 15 años, que mató en defensa propia a su violador debajo de un puente de la delegación Coyoacán en la Ciudad de México el pasado jueves 1 de julio.

El primero fue una conferencia de prensa en la que mientras los padres daban la cara a los medios de comunicación para narrar los hechos, la asustada Itzel se retorcía de los nervios en una cafetería aledaña, vestida con una chamarra de mezclilla azul con brillitos de colores que la hacía verse aún más joven y tímida con la mirada al piso.

En una actuación poco común entre las víctimas de abuso sexual y más aún tratándose de menores de edad, los Navarro no se conformaron con levantar una carpeta de investigación FDS-6-0200592/06-2017 para sumarse a las 81 denuncias que a diario se reportan en México por violaciones, según cifras oficiales.

Al contrario, hicieron público el caso con lujo de detalles: camino de su casa a la escuela, Itzel fue interceptada por un sujeto de 30 años, alto y fuerte (se cree que era centroamericano por su acento), quien a plena luz, con la presencia de transeúntes y autos, la amenazó con un cuchillo para llevarla bajo un puente y violarla.

“A pesar de la petición de ayuda a gritos de la víctima, no hubo respuesta de la sociedad, ni del módulo de policía que se encontraba a menos de cinco minutos”, detalló el padre indignado.

Durante la violación, Itzel aprovechó un descuido del agresor para tomar el arma, empujarlo y, accidentalmente, enterrarle el cuchillo en el pecho durante el forcejeo. “Me acabas de picar, perra”, dijo el hombre mientras se alejaba trastabillando unos 300 metros hasta que lo vio una patrulla desangrándose y detuvo a los involucrados.

Poco después la familia se enteró que e el agresor había muerto y que la hija tenía una averiguación previa por asesinato, sin tomar en cuenta la denuncia por violación.

El caso de Itzel se suma al de  Yatziri Rubio, también en la capital mexicana, la tercera ciudad por el número de agresiones en contra de mujeres y feminicidios, en el que ellas han tenido que defenderse como pueden ante una impunidad que ronda el 98% a nivel nacional.

José Luis Rubio, padre de Yatziri, describió en la misma conferencia de prensa de los Navarro, que hace dos años su hija de 15 años  también fue violentada sexualmente, acusada de homicidio y encarcelada unos meses por matar a su agresor.

“Hasta ahora no ha recibido disculpas publicas, aunque en privado el juez aceptó su fallo, argumentando que necesitaba mandar a alguien a la cárcel”.

Al final de la conferencia de prensa, los Navarro se reunieron con su hija en la cafetería. Charlaban en voz  baja cuando se enteraron  del segundo hecho que dio coherencia a su lucha de semanas.

La fiscalía local dio a conocer que cerraría la averiguación en contra de la menor y el caso sería cerrado como una victoria contra el silencio. María de la Luz Hernández, la madre dijo: la investigación está cerrada, pero no olvidada para la familia. “La niña está deprimida y aún tiene miedo”.

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