La Víbora: ‘Mariposa de barrio’, ni tan buena ni tan mala
A nuestra serpiente columnista de entretenimiento no se le escapa nadie
Para que vean que no soy tan víbora, tengo cosas buenas y malas que decir de “Mariposa de Barrio“.
Lo bueno es que lo que vi de la serie, que estrenó Telemundo el martes, me ha gustado, pero no tanto por la historia, sino por las actuaciones, aunque no todas. Por ejemplo, Samadhi Zendejas, la que interpreta a Jenni Rivera cuando era jovencita, está fenomenal, igual que Tony Garza, el que hace de Trino Marín, el hombre con el que la cantante procreó tres hijos, entre ellos a Chiquis y a Jacquie, a quienes abusó sexualmente.
Ahora viene lo malo, que no es poco. Empiezo con lo menos relevante. Pintan a los Rivera como unos niños bastante decentitos, como que muy obedientes y sumisos. Y sorry, pero la imagen que ellos se han encargado de dar de ellos mismos dista mucho de la que se ve en la serie.
Para comenzar, no son tan guapos, que digamos, y en “Mariposa de barrio” los vemos bonitos de chiquitos y muy galanes de más grandecitos. No me digan que Pedro, Gustavo y Juan son muy apuestos. Para nada. Y además eran bastante inquietos, por decir lo menos. Eran violentos, buscapleitos, rebeldes y hasta malandros (Juan estuvo en la cárcel por mafioso).
Sin embargo, la cereza del pastel fue Angélica Celaya, la que hace de Jenni Rivera adulta. Digo, está bien que los Rivera adoren a la fallecida Jenni, que la amen y que la idolatren, pero eso no le quita que no era tan bella nuestra querida Diva de la banda. Así que poner a una casi Miss en su lugar fue un gran error. Comprendo que hay ocasiones en que el maquillaje y los efectos especiales hacen milagros, pero este no fue el caso. Angélica, por más que haga y que le hagan, ni siquiera le da un aire a Jenni.
De nada le sirvieron las 35 libras que aumentó, ni los horribles implantes en el trasero, ni la panza de su embarazo. Fue un gran desacierto de la familia haberla escogido a ella, pero veamos el resto de la serie para ver si aunque sea con actuación se compensa.
En otras cosas, ¿qué onda con Cristian Castro? Este hombre de verdad está más loco que una cabra, e incluso más que su padre. ¿Se enteraron del rumor de que ya tronó con su nueva esposa, Carol Victoria Urban? Dicen que a mitad de la luna de miel por Europa, el miniloco explotó contra quien hasta hace días era el amor de su vida, y la mandó de regreso a México. Que supuestamente fue debido a un ataque de celos de la chica.
La verdad, todo suena muy verídico, conociendo los antecedentes de Cristian. Y si es así, qué bien, de la que se salvó Carol. Pasó a ser una más en la truculenta historia amorosa del cantante.