Senado podría ser tumba de medidas anti-inmigrantes aprobadas por Cámara de Representantes

Congresista demócrata por Texas, Henry Cuéllar, fue el único “rebelde” del Caucus Hispano en respaldar ambas medidas, pero en entrevista con este diario, defendió sus votos como un asunto de seguridad nacional.

WASHINGTON.- Las medidas que aprobó la Cámara de Representantes contra los inmigrantes indocumentados y las ciudades “santuario” podrían encontrar su tumba en el pleno del Senado, donde no tienen suficiente apoyo para lograr el umbral de 60 votos.

El Congreso inició este viernes un receso de una semana con motivo de las celebraciones de la Independencia, y a su regreso retomará la controversia como la anulación de “Obamacare” y las medidas “anti-inmigrantes”.

La Cámara Baja aprobó el jueves pasado el “Act de Cero Tolerancia a Criminales”,  que priva de ciertos fondos a ciudades y jurisdicciones “santuario” que se nieguen a colaborar en tareas de inmigración, y otra, la llamada “Ley de Kate”, que incrementa las sanciones carcelarias a inmigrantes indocumentados con historial criminal y que reingresan ilegalmente a EEUU tras ser deportados.

Ambas medidas solo requería mayoría simple y fueron aprobadas sobre líneas partidistas, tras un acalorado debate entre conservadores, que promueven medidas policiales, y los demócratas, que piden una reforma integral al maltrecho sistema de inmigración.

En general, los republicanos, y un puñado de demócratas, argumentaron que ambas medidas fortalecerán la seguridad nacional, pero los demócratas replicaron que éstas harían lo contrario porque la represión de los inmigrantes desalentaría su colaboración con las autoridades policiales.

En el Senado, los líderes demócratas, entre ellos Bob Menéndez de Nueva Jersey, y Tim Kaine, de Virginia, han puesto sobre aviso a los conservadores de que no apoyarán medidas punitivas contra los inmigrantes indocumentados, y que lo que corresponde es que el Congreso reanude el diálogo sobre una reforma migratoria integral.

Eso supone una importante traba para los partidarios de las medidas porque, por ahora, aunque no hay fecha para su votación definitiva, ninguna tiene los 60 votos mínimos para su aprobación. Los republicanos tienen 52 escaños en el Senado, contra 48 demócratas, por lo que necesitarán el “sí” de al menos 8 demócratas.

Además, algunos republicanos, como el senador John Cornyn, prefiere una ley más amplia que incorpore ambas medidas. En todo caso, está prácticamente garantizado que las medidas de la Cámara Baja sufrirán cambios en el Senado.

El presidente Donald Trump dio su respaldo a ambas medidas –las primeras de peso en el campo migratorio desde comienzos de año-, y la Casa Blanca ha dicho que él las promulgará si llegan a su despacho.

24 demócratas desertores

Durante el acalorado debate de ambas medidas el jueves pasado, el congresista demócrata por Illinois, Luis Gutiérrez, criticó la “satanización” de los inmigrantes y el cariz racial del debate migratorio, e instó a sus colegas en ambas cámaras a que rechazaran las medidas, aún si ponen en peligro su reelección.

La medida “anti-santuario”, la “HR. 3003”, fue aprobada 228-195, mientras que la “Ley de Kate”, “H.R. 3004”  logró 257 a favor y 167 en contra.

Pese a las advertencias de Gutiérrez, 24 demócratas cruzaron filas con los republicanos y respaldaron la “Ley de Kate”, bautizada así por Kate Steinle, la joven que murió el 1 de julio de 2015 a manos de un inmigrante mexicano indocumentado en San Francisco (California), y que había sido deportado cinco veces.

Entre esos 24 “rebeldes” figuró el congresista demócrata por Texas, Henry Cuéllar, el único miembro del Caucus Hispano del Congreso (CHC) en apoyar no sólo la “Ley de Kate”, sino también la ley “anti-santuario”, que además tuvo el apoyo de otros dos demócratas.

Hay que apartar las emociones, aconseja congresista

En entrevista telefónica con este diario, Cuéllar afirmó que votó, como de costumbre, ciñéndose a las propuestas ante el pleno y no dejándose llevar por las “emociones”, por su origen étnico, o “por lo que diga la gente de mí”.

“¿Qué si (el presidente Barack) Obama deportó más gente? Claro que sí… la gente se vuelve muy sensible y dice ciertas cosas, y lo entiendo, pero no voto con las emociones, voto sobre las políticas que tengo frente a mi“, afirmó Cuéllar, al reiterar su apoyo a una reforma migratoria integral.

A la defensiva, Cuéllar dijo que votó por la “H.R.3003” porque los condados en su distrito, con alta población hispana, llevan años colaborando con la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE) en lo que respecta a inmigrantes indocumentados en cárceles locales y que son “deportables”.

“Si alguien no quiere colaborar, en ese caso podrían perder fondos de los departamentos de Justicia y de Seguridad Nacional”, observó Cuéllar, al subrayar que cuenta con el respaldo del 95% de los votantes en su distrito.

Por otra parte, explicó que, contrario a lo que afirmaron durante el debate sus detractores, ni la ley actual ni la “Ley de Kate” afecta a los inmigrantes sin antecedentes criminales, que reingresan para reunirse con sus familias o buscar su supervivencia en este país.

La ley en vigor contiene sanciones para indocumentados que reingresan a EEUU dependiendo de si tienen o no expedientes criminales.

Los que no tienen condenas penales afrontan una multa y pena carcelaria máxima de dos años, y la “H.R. 3004”, no cambia eso, precisó Cuéllar, quien representa al distrito 28 de Texas, que incluye condados fronterizos.

“Si tienes un inmigrante con historial criminal, no perteneces en EEUU, esa ha sido mi posición”, puntualizó Cuéllar.

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