DHS pretende exigir que estudiantes extranjeros renueven visa anualmente

Autoridades confirman que se estudia un cambio en la emisión de visas para estudiantes internacionales

WASHINGTON – El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) confirmó este miércoles que “explora” exigir que estudiantes extranjeros renueven anualmente sus visas lo que, de concretarse, acarrearía más trabas y gastos y afectaría a un sistema universitario ya aquejado por una baja en matrículas de alumnos internacionales.

En declaraciones a este diario, un portavoz del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), David Lapan, confirmó  hoy que, tal como reportó el diario “The Washington Post”, la agencia estudia un cambio en la emisión de visas para estudiantes internacionales.

“El DHS está explorando una variedad de medidas que asegurarían que nuestros programas migratorios –incluyendo programas para estudiantes internacionales que cursan estudios en EEUU- operan de tal forma que promuevan el interés nacional, fortalezcan la seguridad nacional y pública, y garanticen la integridad de nuestro sistema migratorio”, dijo Lapan.

Consciente del impacto del posible cambio, Lapan subrayó que esto es “parte de una revisión más amplia de los programas migratorios, y no se ha tomado ninguna decisión sobre posibles cambios al programa de estudiantes”.

No hay fecha para una decisión que, de concretarse, tomaría al menos 18 meses para su implementación y coordinación con el Departamento de Estado, que es el encargado de emitir visas en el exterior.

A raíz de los atentados del 9/11, las instituciones de enseñanza superior tienen la obligación de vigilar y reportar cualquier cambio de matrícula de sus estudiantes internacionales a través del “Sistema de Información de Estudiantes y Visitantes de Intercambio” (SEVIS, por su sigla en inglés).

En la actualidad, los estudiantes extranjeros reciben una visa “F-1”  si son aceptados en secundarias, universidades  y demás instituciones académicas en EEUU, una visa “M-1”, para instituciones vocacionales, y una “J1” para ciertos programas de intercambio educacional y cultural.

Cada tipo de visa tiene requisitos y restricciones,  pero en general permiten estancia legal durante todo el período de estudios.

El cambio que estudia DHS obligaría a los estudiantes a renovar sus visas cada año, o renovarlas si cambian de programa o si extienden su fecha de graduación, además de que aumentaría sus costos de viaje y trámites, entre otras trabas.

Una de las preocupaciones que han manifestado tanto el DHS como legisladores republicanos en el Congreso es que alrededor de 2,8% de los estudiantes y visitantes en programas de intercambio permanecen en EEUU una vez que vencen sus visas, en lo que supone el doble del promedio nacional para el resto de los visitantes internacionales.

Palanca económica de los estudiantes

Pero grupos cívicos y centros de análisis que llevan el pulso del tema ven con alarma que el posible cambio desalentará el arribo de estudiantes internacionales en los recintos universitarios del país, tomando en cuenta que la política migratoria actual ya ha ahuyentado a miles de extranjeros, para ganancia de otros países.

Más de un millón de estudiantes extranjeros cursan carreras universitarias en EEUU, contribuyen unos $32,800 millones a la economía nacional y ayudaron a crear 400,812 empleos en el ciclo lectivo 2015-2016, según cálculos del grupo “NAFSA”.

En general, por cada siete estudiantes internacionales, la economía crea tres empleos, porque los estudiantes pagan matrícula pero también invierten en la economía local y estatal, según NAFSA, que analizó el impacto de los aportes de estos estudiantes por estado y por distrito.

Por ejemplo, California tiene 149,328 estudiantes extranjeros que en su conjunto aportan $5,200 millones a la economía estatal y ayudan a crear 59,521 empleos, mientras que Nueva York tiene 114,316, con un aporte de $3,900 millones y 46,854 empleos.

Florida tiene 43,462 estudiantes internacionales que aportan $1,300 millones a su economía y respaldan 15,910 empleos, según el análisis.

Jill Welch, directora ejecutiva para políticas públicas de NAFSA, ha dicho a la prensa que, aunque se trata de una política en ciernes y habría que esperar un anuncio oficial, la propuesta traerá “graves consecuencias” para la economía y la seguridad pública del país.

“Esto tiene pinta de ser un proceso duplicativo e innecesario que, sin duda, irá en detrimento de la competitividad de nuestro país”, advirtió Welch.

Otro grupo consultado por este diario, el Instituto de Educación Internacional (IIE), en Nueva York, dijo que es prematuro hacer comentarios porque se trata de una propuesta bajo estudio y “la situación puede cambiar” de un momento a otro.

Sin embargo, el grupo dijo en una encuesta de noviembre pasado que la matrícula de estudiantes internacionales –que conforman el 5,2% de los 20 millones de estudiantes universitarios en EEUU- sufrió una baja del 2% en el último año, debido a asuntos como el alto costo de los estudios, preocupación por oportunidades de empleo a futuro, dificultad para obtener una visa, temor a su seguridad, y la sensación de “no ser bienvenidos en EEUU”.

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