El complot que se cocina en la Casa Blanca: Scaramucci habla de sus 10 días en el gobierno de Trump
Serían varios los personajes cercanos a Trump los que le estarían jugando doble
Los rumores que se han filtrado una y otra vez de los pasillos del Casa Blanca vuelven a ser noticia. Salen a la luz indicios sobre un complot por parte de los asesores cercanos al presidente Donald Trump.
El ex director de comunicación de la Casa Blanca Anthony Scaramucci sugirió hoy que en la Casa Blanca hay funcionarios del Gobierno que están conspirando contra el presidente Donald Trump.
En una entrevista con el programa This Week de la cadena de televisión ABC, Scaramucci, que duró en el cargo diez días, antes de ser destituido hace dos semanas por Trump, afirmó que el presiente necesita un equipo “más leal” para proteger su agenda.
“Lo que pasa en Washington es que el presiente no representa a la clase del ‘establishment’ político y por la razón que sea la gente (en la Casa Blanca) ha tomado la decisión de que quiere expulsarlo”, dijo el empresario de Wall Street, que había sido nombrado para erradicar las filtraciones de las intrigas del Gobierno a la prensa.
“Creo que hay elementos en Washington, incluso dentro de la Casa Blanca, que no necesariamente están respaldando los intereses del presidente o su agenda”, dijo más en concreto Scaramucci.
Sobre la llamada telefónica a un periodista del New Yorker, en la que llamó “paranoico esquizofrénico” al entonces jefe de gabinete, Reince Priebus, y arremetió contra el estratega jefe de la Casa Blanca, Steve Bannon, y que le valió el despido, Scaramucci insistió en que no sabía que estaba siendo grabada e insinuó que su destitución le pareció excesiva.
“Obviamente me gustaría que me hubieran dado una pastilla de jabón y me hubieran mandado al baño a lavarme la boca y seguir adelante”, dijo el empresario en relación con el rosario de insultos y malas palabras con los que trufó esa entrevista.
Sin embargo, reconoció que tras el incidente le iba a ser “muy difícil permanecer el puesto” con el jefe de gabinete, John Kelly, recién nombrado por Trump para poner orden en la Casa Blanca, una persona a la que, dijo, le tiene “respeto”.
El financiero de Wall Street también criticó la influencia de Bannon y de la extrema derecha en la Presidencia de Trump y sugirió que el gobernante debe avanzar en una política más para la población, más moderada para conseguir que su agenda legislativa avance.
Scaramucci calificó la influencia de Bannon en el Gobierno de “rémora” e insinuó que el gobernante acabará por deshacerse de él, aunque, dijo, esa es “una decisión que debe tomar él”.
“Lo que quiero decir es que en definitiva, creo que el presiente tiene una muy buena idea de quiénes dentro de la Casa Blanca son quienes filtran (a la prensa) y de quienes socavan su agenda para servir sus propios intereses”, añadió.
Finalmente, Scaramucci criticó la tibia respuesta de Trump al incidente racista de este sábado en Charlottesville (Virginia), donde una persona que había participado en una manifestación neonazi atropelló deliberadamente a un grupo de contra manifestantes antirracistas, matando a una persona e hiriendo a más de veinte.
Aunque calificó de “terrible” lo sucedido, en su primera reacción, este sábado, Trump no citó expresamente a los supremacistas blancos que habían convocado la marcha, entre los que se encontraban miembros del Ku Klux Klan, y dijo que los responsable del hecho era, “muchas partes”.
La Casa Blanca aseguró hoy que la condena de ayer del presidente Trump al acto “de odio y fanatismo” de ayer en Charlottesville, “por supuesto” también se refería a los supremacistas blancos que convocaron la marcha “Unir a la Derecha”.
Las críticas recibidas obligaron hoy a la Casa Blanca a salir al paso para precisar que el presidente lo que había hecho era condenar “con mucha contundencia” todas las muestras de violencia, fanatismo y odio, “incluidos supremacistas blancos, el Ku Klux Klan, neonazis y todos los grupos extremistas”.
“Yo no hubiera recomendado” esa declaración inicial, dijo Scaramucci, quien aseguró que Trump “debe ser más duro con los supremacistas blancos” y desde un principio debía haber calificado el hecho como un caso de terrorismo interno.